Todos eran valientes

‘Todos eran valientes’ es otra de las escasas joyas Anti bélicas del celuloide. Retratista en primera persona de dos bandos enfrentados absurdamente por la guerra de sus Naciones dentro un marco general social- fratricida, que convergen en armonía hasta que les llega el toque de queda e inevitable posicionamiento con su congéneres.
Frank Sinatra filma con maestro disimulo, falsamente recubierto de perspectiva U.S.A, que se va diluyendo poco a poco para relevar su importante y crítico mensaje al espectador mayorista ( por lo menos en aquella época). A camino entre un film teatral (por su puesta en escena), sin llegar al toque documental de ‘Objetivo Birmania’, el intimismo y personalidad, controlada y efectiva, sin las dosis de ‘playa roja’ y ‘Infierno en el pacífico’, y con los mismos valores y mensajes que las anteriores, guardando las formas de la posterior ‘La delgada línea roja’, sin su continuada melancolía ni filosofía, concretando en estilo casual, pero con mucha enjundia de fondo, que da en la diana.
Un film a reivindicar y altamente recomendable

A pesar de que pasó bastante inadvertida, los más de 90 minutos de duración, hacen que sea entretenida. Sin duda, un buen trabajo de Frank Sinatra en su único intento de ponerse tras la cámara.
La película, sólo trancurre en una isla perdida en medio del océano, en la que se encuentran abandonados, dos grupos de ambos lados de la guerra, los japoneses y los americanos.

Episodio bélico de ficción que perfectamente podía haber ocurrido en cualquiera de los atolones del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Un avión de carga americano es derribado por los cazas japoneses en un atolón previamente ocupado por las tropas niponas y tienen que compartirlo, con episodios bélicos que se suceden con treguas en que ambos destacamentos colaboran para sobrevivir.

Dirigida y protagonizada por el prolífico Frank Sinatra incide un tanto en el aspecto sentimental y hospitalario del pueblo japonés por encima de su tradición guerrera amparada en los ritos y costumbres samurais.

Para pasar un buen rato y básicamente recomendada para los amantes de la cultura japonesa y las historias bélicas.

Aprobado, 5.

Esta es una muy entretenida película antibelicista, curiosamente rodada en plena época de éxito de filmes de comandos ambientadas en la Segunda Guerra Mundial:

"Infierno bajo las aguas", "Comando en el mar de China" y tantas otras donde los japoneses eran los malos malísimos.

La dirección, por parte de Frank Sinatra es sorprendentemente buena a lo largo de todo el metraje, si exceptuamos un par de pasajes donde cae en el sentimentalismo fácil.

Las interpretaciones son correctas por parte de un buen reparto con el propio Sinatra en un papel secundario muy jugoso.

El argumento, como he dicho antes es muy interesante y hace reflexionar.

No entiendo como esta película está tan olvidada

Atrevida, extraña, rompedora, sutil, inteligente, desenfadada, explosiva, pasajera, entrañable, y memorable producción bélica en lo que constituye una lucha de culturas por defender las raíces e ideologías de dos naciones enfrentadas en plena Segunda guerra mundial, como: Japón y EEUU,

El reputado y conocido actor y cantante, Frank Sinatra, todo un referente del cine dorado de Hollywood, dirige y produce un relato bélico lleno de intrigas y conflictos personales, con espacio para el humor, ofreciendo diversas reflexiones de interés sobre: valor, honor, amor y amistad.

Los responsables de la película hacen lo que pueden con lo que tienen y confeccionan una historia de honor, amor, amistad, valor y venganza, en la que se consigue potenciar y exprimir al máximo, el carisma de los personajes principales.

Las interpretaciones de los secundarios, son apropiadas y ayudan a sumergirse en las vivencias y sensaciones por las que están pasando los personajes.

Su director Frank Sinatra, con su habitual carisma e inteligencia ante la cámara, consigue dar fuerza y sentido a un conflicto bélico de buenas intenciones en el que no hay espacio para el aburrimiento.

Un encuentro fortuito de culturas enfrentadas, que resulta aparatoso, dinámico, certero, mágico e inolvidable.

Amistad, deber, honor y valor, quedan como las armas clave de un relato magnético y pasajero que deja diversas lecturas de interés sobre la condición humana.

Todos eran valientes, queda como una plausible coproducción bélica, que resulta: imaginativa, ingeniosa, entrañable, vertiginosa, irónica, épica y memorable.