Documentales de fútbol hay muchos y cada vez más dedicados a jugadores. Se ha puesto de moda en el mundo audiovisual. Cuando recurres a ver este tipo de piezas, quieres encontrarte algo diferente. Que no te muestren lo clásico, los tópicos, lo que ya se sabe,... sino la verdadera esencia del protagonista. La del futbolista profesional y ante todo la de la persona. Y con el 'Último Símbolo', lo han conseguido.

Más allá de la admiración o prejuicios que pueda uno tener de antes sobre Fernando Torres, animo a que se vea sin ese sentimentalismo. Que se deje llevar por ese momento, por la historia real que se cuenta en las poco menos de 2 horas que dura. Porque no es fácil plasmar casi dos décadas de fútbol y momentos deportivos y personales en ese espacio tan reducido de tiempo mediante imágenes y palabras. No solo escogen las imágenes de archivo indicadas, sino que también se graba las tomas y escenas apropiadas para poder llevar a cabo dicha producción. Y además con los testimonios adecuados, tanto de su entorno más familiar como incluso futbolístico. Todo ello, fruto de una buena elaboración y documentación, cuyo trabajo se traduce y aprecia enseguida en su realización.

Fernando Torres se destapa desde bien pronto. Muestra ese chico de "Fuenla", un tipo de barrio y de los suyos desde bien pequeño, que nunca ha tenido egos y que la fama poco le ha cambiado, con valores que faltan y se anhelan tanto actualmente en este deporte, y con un Atlético de Madrid y su entorno que le ha marcado en casi todo, directamente o indirectamente. Para lo bueno y para también lo más negativo, que tienen su momento especial y destacado.

Sobre todo es de agradecer la sinceridad con la que el propio Fernando Torres transmite su mensaje, con la nobleza que le caracteriza. Te dice lo que él mismo cree, piensa y ha vivido en primera persona, no lo que quieres escuchar o lo que hayan querido "vender" desde fuera en un momento dado, recurriendo a esa autocrítica en ciertas etapas de su carrera. Lástima que no siempre y por parte de todos los futbolistas sea así, preocupándose más por la imagen que muestran y no por su "yo" más real e identificativo.

"Fernando Torres es un futbolista de muchos clubes, pero de un solo equipo", menciona Petón en una de sus declaraciones del documental. Por ello, con 'Fernando Torres: El último símbolo', considero que no habrían podido haber escogido un título más apropiado, siendo muy difícil conjugar un montaje mejor y haciendo un precioso homenaje hacia su figura. Merece mucho la pena.

Antes de mi comentario, vaya por delante que la serie no me disgustó. Está bien elaborada, pero le falta ese algo que te termina de cautivar.

'Alba' es la historia de una chica que sufre una violación en grupo, algo que hoy en día por desgracia sigue estando a la orden del día. Un tema delicado de tratar y al que se ha querido dar visibilidad y respeto, pudiendo ya entrar aquí los "juicios audiovisuales" de cada uno a posterior. A partir de ese punto de partida, surgen otras tramas en base a intereses personales, económicos y otros romances.

Elena Rivera, como intérprete de la protagonista, vuelve a estar impecable. Como casi todo a lo que acostumbra. Eso da fuerza a la serie, porque el resto de actores y actrices flojean, por decirlo sutilmente. Otra de las cosas que me llama la atención es la poca fuerza de escenarios que han sacado a la serie, rodada en la zona de La Vila - Benidorm. Quien conoce mínimamente esos municipios, sabe de la riqueza de esos sitios y, salvo pocas excepciones, tampoco han profundizado mucho en el entorno y su contraste.

Además, 'Alba' consta de 13 capítulos. Una historia sin duda más extensa de lo que podría aglutinarse, pese a los giros imprevistos de guion. Es decir, prácticamente en la mitad podría haberse resuelto perfectamente.

A tener en cuenta (y no quiero pasarlo por alto) es que la producción de la serie se llevó a cabo en un corto tiempo, al poco de superar el confinamiento y la primera ola del COVID. Eso tiene mérito pero, por contra, creo que también ha penalizado para el resultado final. Aunque tal vez esa fuera la idea inicial que llevaran.

Como encabecé, no es mala serie pero no le daría prioridad respecto a otras. No muestra tampoco nada nuevo, único ni pone el grito en el cielo ante este tipo de actos que marcan de por vida a quien sufre estos delitos. Poniendo en balanza todo, lo más positivo y lo menos destacado, un 6 muy raspado le otorgaría.

Cuando se anunció que el documental de Carolina Marín iba a ver la luz, pudo pasar por un segundo plano y a muchos inicialmente no les generara interés (me incluyo). Pero en 'Puedo porque pienso que puedo' te ayuda a entender más a la deportista y lo que engloba a este deporte.

El bádminton apenas tiene cultura y seguimiento en Europa, pero gracias a los logros de Carolina Marín ha tenido algo de eco en España. El enfoque que se le ha dado al documental tiene un punto de visto muy interesante, partiendo desde la lesión que pudo marcar un antes y un después en su carrera y sirviendo como ejemplo de superación.

Su esfuerzo y entrenamiento que en ocasiones sobrepasa los límites que muchos humanos permitirían, su ambición y su mentalidad ganadora se conciben en el mismo. Siempre muy unida a su entrenador (a quien en ocasiones se le da excesivo protagonismo), no exento de polémicas en algunos momentos por sus métodos y discurso. Pero precisamente una de las frases mencionadas por Fernando durante una charla muy profunda es otra de las claves de todos sus logros: "¿Quieres ser un ser humano ordinario, extraordinario o súper extraordinario?".

Además, desde el ámbito más audiovisual, los cuatro capítulos que lo componen se ciñen muy bien a lo que quisiera el espectador: aportando lo necesario, sin sobrepasarse con los tiempos y reflejando tanto el lado deportivo como el más personal de Carolina Marín y su entorno (tanto amigos como otra gente vinculada o que sigue el bádminton por sus países de origen).

En conclusión, todo lo que ha sacrificado Carolina Marín en su vida se plasma muy bien aquí, empezando por su personalidad y siendo una deportista sin miedos y a la que aún le queda mucho camino por recorrer. Altamente recomendable a forma de tributo.

Más que un viaje de descubrimiento podría decirse que esta película se trata de asumir una dosis de realidad: el final de una vida se acerca. Como dice Lucky: "nada es eterno". Y no lo podemos controlar, tan solo tratar de afrontarlo de la mejor manera posible.

Y es que, en contra de películas vistas con un prisma similar, esta me ha generado bastante decepción y un vacío interior. Más allá de algunos actos de compasión, reflexiones (muy subjetivas) de algunos de los personajes que se van topando con Lucky y la BSO como aspectos más reseñables, el film te mantiene a la espera de que pase algo más. De que termine de explotar definitivamente. Y nunca sucede.

Muy plana, ritmo muy lento, tratando de buscar simbologías con la que asociar ciertos momentos e incluso (siempre a mi modo de ver) con el actor protagonista pudiendo transmitir más, bien sea por cómo ha orientado el director la escasa trama o por su expresividad artística. Aún me mantiene más incrédulo al ver las nominaciones a tanto premio.

En definitiva, Lucky en mi caso ha terminado por ser Unlucky. Una mala decisión, aunque entiendo a quién le pueda transmitir más este tipo de producciones.

El documental 'Maneras de Vivir' es la muestra más clara de que una persona con discapacidad no tiene porque ser diferente al resto. Aunque por circunstancias su vida se haya visto condicionada, no por ello se debe de renunciar a su sueño o aspiraciones. De hecho, muchas veces el deporte es lo que ha permitido a estas personas encontrar nuevas ilusiones o no venirse abajo en momentos difíciles.

Desde la Fundación Cent Anys del Levante UD, a lo largo de los años se viene desarrollando una gran labor por dar importancia a sus secciones de deportes adaptados o de inclusión. Y mediante el testimonio de los protagonistas del documental, algunos deportistas paralímpicos profesionales y otros que se unieron a las secciones del Levante, nos descubren esta experiencia y todo lo que significa para ello, tanto desde su vida diaria como en la práctica deportiva. Un ejemplo de vida, un ejemplo de todo.