Este es un film muy recomendable. No creo que haya alguien que pueda hablar mal del mismo en su conjunto. Estamos ante un guión sin fisuras, dónde todo sucede para graficarnos cómo de injusta era la vida de las personas de raza negra en Estados Unidos en los años 50-60. En este caso particular, nos sumergimos en la vida de tres mujeres que trabajan para la NASA, y que con todas las de perder, arriesgando mucho, intentan ir un paso más allá de lo que el establishment racista les quiere imponer. Si a esto le sumamos situaciones cómicas que alternan con el drama, buenos momentos de amor y el meternos de lleno en la carrera espacial de aquellos años, creo que podemos decir que esta es una película muy buena.
Aunque tenemos tres personajes protagonistas, se hace centro en el personaje de Katherine G. Johnson (Taraji P. Henson). En mi opinión, es esto lo que no permite que el film sea perfecto. Tanto Octavia Spencer como Dorothy Vaughan y Janelle Monáe como Mary Jackson, interpretan a dos enormes personajes que me hubiera gustado que se profundizara en sus vidas un poco más. Comprendo de todos modos, que Katherine es la que tiene una mayor responsabilidad laboral determinante en la trama, pero, de todos modos con tal duración de metraje, no es tan descabellada mi crítica. El elenco restante está muy bien.
En resumen, es un film sólido y no te arrepentirás de visionarlo.

Una breve reseña con respecto a este film.
Si leemos la sinopsis de este largometraje, sabremos que nos enfrentamos a un guión no demasiado innovador. Este hecho, por mi parte, no me quitó el envión de visionarlo (de expreriencias "nuevas" se construye el sentido crítico). Me encontré con una historia con tópicos a montones, pero amables, no bochornosos. De hecho, la música y el baile, ejes centrales, sostienen la estructura narrativa, y son el enganche para que no nos levantemos de nuestras butacas, o en mi caso, del sillón del living. La película nos regalará pocas imágenes bellas, ninguna memorable. No veremos planos, ni puestas de escena, ni actuaciones que nos conmuevan, pero, sin embargo, la seguiremos viendo inexplicablemente. Mentira. Todo tiene un orden en el universo. Los humanos, somos seres muy predecibles, y aunque neguemos que este sea un gran film (y con justa razón), porque no lo es, cada tanto sonreiremos en algunas escenas, nos gustará el amor inminente y esperable de la pareja protagonista, y disfrutaremos de los momentos a pleno violín y baile. Eso es en resumen esta película. Ni demasiado mala, ni por asomo muy buena...pero pasaremos un momento agradable visionándola con nuestra familia.

Nos encontramos ante una historia verídica admirable, retratada en una muy buena película.
La primera mitad nos adentra en la vida del protagonista, Desmond Doss, su infancia, su familia, en particular, su padre, un excombatiente de la primera guerra mundial, también un hombre alcóholico con esporádicos arranques de violencia, pero que tendrá su momento de redención para con su hijo. Nos muestran la importancia de la religión en su vida, su primer y único amor definitivo, y su decisión de partir a la guerra.
Sin haber leído previamente la sinopsis, ni saber bien el argumento, esperando un film puramente bélico, esta primera parte sorprende, pero en ningún momento molesta, ni se hace lenta, además de ser esencial para comprender las acciones futuras del personaje principal. Sin embargo, es aquí dónde se logra ver en toda su expresión actoral a Andrew Garfield como Desmond Doss, y aunque es correcta su interpretación, no es para nada perfecta, y hay algunas gestualidades del personaje, que por mi parte, llegan a molestarme. También en los diálogos en general, siento en muchos casos, cierta inconsistencia.
La otra mitad nos muestra su enlistamiento, con todas las consecuencias que surgen por malentendidos con las autoridades, y luego la guerra y su valiente actuar como médico del ejército. Aquí no hay nada que reprocharle al largometraje. La batalla se muestra implacable. Mel Gibson como director, no deja lugar a la imaginación, y filma la guerra sin maquillarla para la ocasión, con montones de cuerpos despedazados en cuestión de segundos, y sangre, mucha sangre.
El film funciona, pese a ciertas inconsistencias, porque la increible historia que se cuenta, supera el medio para llevarla a cabo, y esta nos va envolviendo por completo. Las convicciones férreas del protagonista, por más que estemos o no de acuerdo con su accionar, nos hacen sentir respeto por él, queremos que su propósito se cumpla y que sobreviva para contarlo.
Con un ritmo muy correcto, la película nunca aburre, gana en intensidad con la batalla y en las ocasiones que el joven Doss corre serio peligro de ser descubierto por los soldados del bando contrario.
Para finalizar, solo me resta decir, que la historia contada, no solo deja grandes imágenes en nuestras retinas, sino también, como todo film bélico, pero en este caso aún más por la idiosincracia del protagonista, grandes planteos desde la ética y la moral, en cuanto al significado de la guerra.

Para los fanáticos de Harry Potter que buscamos sin suerte magia en la floja "Animales fantásticos y dónde encontrarlos (2016)", al fin encontrar este elemento en la notable "Doctor Strange" nos tranquiliza el alma y, por qué no, la mente, el corazón, y nos devuelve las ganas de vivir.
Este largometraje tiene más que muchos hechizos, efectos especiales a raudales y un excelente guión. Hallaremos aquí, tantos ingredientes usados con las medidas justas (o casi) para entretenernos en todo momento, logrando un producto más que satisfactorio.
La ciencia ficción, se entremezcla con el drama de la vida de este cirujano protagonista, interpretado con gran destreza y acierto por Benedict Cumberbatch, con elementos fantásticos, mucha mágia y filosofía, acción que recuerda por momentos a "The Matrix (1999)" y por otros a "Inception (2010)", y comedia que envuelve al film, y que siempre lo acompaña, consiguiendo hacernos disfrutar de un gran espectáculo hábilmente dispuesto.
El ritmo narrativo está muy bien conseguido. Solo podría reprocharle un exceso de extensión en alguna que otra secuencia con mucho efecto visual, que por mi parte llega a cansarme la vista, y que, de haber sido menos extensas, aportaban lo mismo a la trama. No obstante, estás mismas secuencias, a nivel técnico, son espectaculares. Todos los actores están más que correctos en sus papeles. En particular cabe destacar a Rachel McAdams, muy bella como siempre, que aporta el ingrediente (olvidado nombrar anteriormente) de historia de amor a la trama. Tilda Swinton, en un papel muy creíble como líder de la tierra mágica. Chiwetel Ejiofor y Benedict Wong como simpáticos compañeros de circunstancia de Strange, para salvar al mundo de la magia oscura. Y por último Mads Mikkelsen, en un correcto papel, no demasiado genial, de villano de turno.
En fin, estamos ante una gran película de la factoría Marvel, que logra con creces su propuesta de entretener y darnos ganas de tener superpoderes mágicos. Más que recomendada.