Los chistes no tienen gracia, los diálogos son cutres y los personajes están diseñados para que la gente actual los acepte y se sientan identificados -son vacíos y no despiertan el más mínimo interés-.

La realización es correcta, la fotografía es decente pero todo lo demás no merece la pena.

Apesta un poco a panfleto "woke" aunque no llega a las cotas de miseria habituales en estos tiempos o al menos no lo hace en el primer episodio y en los cinco primeros minutos del segundo que es cuando dejé de ver la serie.

Película de aventuras con un toque de ciencia ficción que emula perfectamente el grueso de películas de serieB de los 80 y los 90's -de hecho me recuerda más a las películas de los 90's que a las de los 80's-. Se le nota que está completamente fabricada para ser eso, un producto para adolescentes.

Quizás es precisamente esa artificialidad lo que lastra una historia que podría estar mejor desarrollada ya que los diálogos son previsibles y anodinos, los personajes están completamente estereotipados y toda la historia se mueve por inercia para llegar al final de la película sin que su desarrollo sea lógico -en el tramo final de la película es más evidente-.

Es una película mala, de hecho ni siquiera es una de esas películas tan malas que son buenas pero diablos, que me aspen si no la he disfrutado como un maldito adolescente. Me ha recordado vagamente a "My Science Project" (1985) y a películas del mismo calibre que disfruté a lo largo de mi infancia/adolescencia.

Sólo he visto cuatro episodios y tengo dudas de acabar de verla porque lo que empieza como una buena serie más o menos bien escrita salpicada de achaques de mediocridad actual, acaba explotando en su cuarto episodio todo lo malo que tiene: desde deus ex machina hasta culebrones pasando por mensajes "woke" absurdos e innecesarios -tan obvios y cutres como en cualquier otra producción actual- y con una realización pésima a la altura de cualquier película de sábado por la tarde.

Pareciera que esta serie la haya escrito una persona capaz y adulta pero luego le hayan quitado todo lo bueno y lo hayan sustituido por mensajes arquetípicos de la nueva hipercomercialidad.

Una auténtica lástima.

Este es sin ninguna duda alguna el único episodio real que compone "el gabinete de las curiosidades", el resto de episodios son sólo relleno de inmundicia y mediocridad típica de netflix.

Tremendísima fotografía, ritmo y actuaciones solventes (Peter Weller se los merienda a todos) con un climax a la altura del crescendo que se va construyendo. Cierto es que al tener un prólogo tan extenso podrían haber cuidado más los diálogos y convertirlos en algo más interesante y profundo ya que nos pasamos más de media hora simplemente escuchando a gente tener conversaciones sin ningún tipo de sustancia pero sé que estoy pidiendo un imposible en estos tiempos modernos ya que todas las producciones actuales adolecen de una mediocridad infinita en lo que se refiere a personajes y diálogos, siendo netflix el caso más notable de estulticia y cutrez.

Este episodio se sustenta en su trabajadísima estética, fantástico ritmo y su narrativa, que acompañan de la mano al espectador hasta el final.

Panos Cosmatos se saca los genitales, se mea encima de todos y yo quiero su líquido.

Es sin duda de lo mejor que he visto en años.

Alex de la Iglesia nos devuelve en plena decadencia de occidente del siglo XXI una comedia rescatada de los tiempos en los que te podías reír sin temor a que te hagan campañas de difamación ni cancelación.

Es una película tonta, sí.
Es un despropósito, sí.

Y precisamente lo bueno de esta pequeña joya es que es autoconsciente de que es una comedia del absurdo existencial jugando con los estereotipos, algo que es típico del cine de Alex de la Iglesia.

No es una comedia políticamente incorrecta -aunque habrá algún progre rancio que opine que sí- y no llega al nivel de "muertos de risa" o de "crimen ferpecto" pero es de lo mejor que he visto esta última década, plagada de comedias anodinas, sobadas y moralizantes con personajes planos y vacíos.

Si esta película fuera estadounidense o francesa tendría miles de fans.

Gracias, Alex de la Iglesia, por hacernos reír en estos tiempos tan turbios.