Cuando la crítica viene encontrada no es fácil decidirse a ver un film, mas allá del atractivo casi colectivo del leit motiv. Pero un buen pasado en el director y algún que otro premio aceleran la decisión. Es un círculo -empieza y termina en el mismo lugar, o un cuadrado - esa cómplice habitación, o un espiral, un infinito, un empezar y concluir a cada estado de ánimo, a cada conversación que surja, a cada estímulo recibido o no, en definitiva a lo que una mujer con su compleja esencia dual, diversa, neurótica, autorreferencial, es.

Dos mujeres, una española, una rusa, de vacaciones en Roma, se conocen en un bar, se atraen y deciden 'no conversar' - como lo dice el personaje de Alba - en la habitación del hotel de una de ellas.
Y si que conversan. Y son mujeres. El film no pierde tiempo y comienza con el atractivo argumento de entrada. Y a través de diálogos sencillos, auténtico, concretos, tímidos, histéricos e inmaduros va tejiéndose una relación erótico-amorosa entre ellas (una lesbiana, la otra no) plagada de belleza, desde lo estético del film, sus cuerpos tallados a la perfección, hasta la magia de una supuesta ciudad que no vemos pero imaginamos, la ideal a un amorío colmado de seducción pura y exclusivamente desde la mirada femenina.

Que no hay sexo denodado, sino exquisito y natural. Que el director muestra lo justo y necesario para que el espectador comprenda el universo femenino desde el lugar de la dulzura, de la atracción un tanto espiritual que se produce en almas con un alcance más allá del placer por mera satisfacción, después de un par de copa y antes del enamoramiento constante. De un sexo trabajado desde una situación que se traduce en realidad pura y no banquetes ilusorios para mentes hambrientas de lo alevoso, sino para plasmar la percepción de que el amor es un arte, el arte es la femineidad, la femineidad es entrar en un trance, en este caso, de una hora y media entre la fantasía y la realidad del amor erótico, esa magia, ese lirismo envolvente y definido que planteo el filme de manera extrema, que perturba y sofoca por el exclusivo temor que se vulnere.

La cámara nunca sale de la habitación en cuestión, allí las espera y desde allí las vemos 'seguir'. El espectador es un cómplice, un vouyer, y lo que es más aún, el film logra que el público, paulatinamente, comience a fundirse en esa atmósfera íntima y envolvente. Crear una atmósfera tan cercana que en el clímax y resolución del film sean 4 los protagonistas, las dos jóvenes, la habitación y el ya a esta altura parcial espectador.

Un escenario muy teatral, colmado de flores, pinturas, cargado y desnudo a la vez. Al servicio de las situaciones que se van presentando en una larga noche. Donde hay charlas esta cubierto de elementos que las impulse, esos estímulos que toda mujer busca en pos de una ceremonia tan sagrada como son las largas conversaciones en los diferentes estados de ánimo con otra mujer. Y escenarios despojados, cuando se trata de llevar a los hechos esas ganas de vincularse desde otro lugar con la otra parte, la parte tuya, la que ves, la que ve la mujer en otra mujer, la parte de que carece, la parte oscura, la que desea ser, la que es, la que busca, la que encuentra, la parte de la que a la larga se trata todo este revuelo.

Por momentos el film se hace una historia erótico-amorosa entre dos mujeres, por momentos es la fusión de dos conciencias en busca de algo más allá de una historia homosexual. Ahí es justamente donde la película se certifica como una obra de ensueño, de 'fantasía' -ya la protagonista menciona varias veces esta palabra- llevada a cabo en esa habitación testigo que por un querer del director nos deja con la corazonada de una vida posible más allá de la concreta y real que existe.

La narración se vuelve cómoda y atrapante, creciendo en un tímido suspenso o en las ganas que genera de un happy ending. Y un a música que a veces acompaña y otras supera a las protagonistas echando mas leña al fuego y favoreciendo la certeza de ese universo femenino inconfesable para la mayoría de los aprensivos mortales.
A fin de cuentas, es solo una película, y cada cual vera en ella lo que podrá y ojala pueda mucho.

38 Témoins (38 Testigos), película francesa, muy. Ese cine que es catalogado de ‘lento y de que no pasa nada’, si es él cine que no gustas de ver, no lo hagas, si eres de los que sí ves que pasan cosas y que la lentitud es solo una sensación, es un muy buen film. No inolvidable, pero sí de ésos que siempre son necesarios, que te complacen y porque no, te satisfacen en su totalidad.
Un cruel asesinato en un tranquilo edificio, en él cual ninguno de los habitantes vio u oyó nada.
Hasta que alguien decide cambiar las cosas.
Si por mí fuese, vería una película de éstas por día, la música acorde, la puesta en escena fría y distante compenetrándose plenamente con los personajes.
No contiene el maniqueísmo barato por lo que cada personaje se te hace muy familiar. Todo está servido para que nos veamos y podamos elegir cómo vivir.
Mantiene el suspenso justo para que no imagines el clímax del film y un final absolutamente honesto.

Ok ok me retracto, después de 3 largos días por fin y con luz prendida terminé de ver MAMÁ. Y sí, es más, mucho más de la media, aunque yo le hubiese dado el final 'que parecía el final', para darle un poco de dignidad a Mama, pero supongo que el género o el mal de las almas en pena exigen el que vimos.
Sin dudas que la presencia de Chastain le dio más nivel al film y más en estos días. Y la puesta en escena algo gótica y sobre todo esos minutos finales en donde el 'monstruo' aparece a las claras, y la película deja de ser de terror y pasa a ser de fantasía justamente es ahí en donde la valido. Más allá de que hay varios elementos que la hacen de arranque diferente, dos mamás, no mamás, luchando por las niñas, padres ausentes, elecciones a tomar. Pero lo que más me convenció repito fue lo que en otras ocasiones me decepcionaba y creo que al público también, el hecho de ver criaturas que nos causaban risa y hoy con Mama nos llenaron de dolor. Será que también estoy en estos días por aprender sobre Tim Burton, pero salvando las distancias me hizo pensar en él. La parte gótica del personaje, los marrones y azules y ese brillante final, me convenció o tal vez solo sea Chastain.....

'Podré tener algún día descanso yo ? ... El padre revienta, el hijo la remata .... andá a limpiarle el culo al puto retrasado'
El film, una distopía, comienza con una breve y clara explicación de lo que sería la nueva ley implantada en Canadá y que permitiría a padres de menores en determinadas situaciones entregarlos a la autoridad pública sin el debido proceso, sin ningún tipo de evaluación previa de la condición del adolescente. Paso siguiente, nos encontramos con dos escenas que describen y dejan sentado a todas luces las características sicológicas, de personalidad, de los personajes con los que nos vamos a encontrar. Una prenda de ropa interior masculina con dibujos de flechas y corazones encontrados, que se enfrentan, que tienen diferentes direcciones; y a 'Moomy' - la madre viuda y en situación financiera de urgencia a cargo de este chico con problemas de apego y violencia - en una actitud adolescente alcanzando una manzana (el fruto prohibido) del árbol, vistiendo un jean bordado con flores. Una mujer-niña.
La historia muestra a tres personajes, la mamá, el hijo y una vecina que conforman un trío, a los efectos, perfecto, que se encuentran en un momento y un lugar determinado de sus vidas que intentan por ese 'feeling' que surge entre los tres, buscar una solución a la vida de Steve (el joven), pretexto encubierto que las llevará sino a un cambio, a una etapa de aprendizaje y aceptación basada en el intercambio de 'favores' que en un principio parecen ser.
Es una película tan rica que es difícil encontrar un punto desde donde abordarla, o todos ellos, o desde cualquier lugar que se la mire. Porque además de las formidables actuaciones, pasando por una edición que se detiene en lo que parecen ser los mínimos detalles y va hilvanando la trama convirtiéndola en una poesía musicalizada sin perder la impiedad del leit motiv de la historia, se le suman unos primeros y primerísimos planos que convierten a los personajes en seres que el espectador parece tocar, que se vuelven semejantes no obstante la distopía y una realidad planteada que no tiene que ser la del que mira.
Es cautivante el modo en que el director canadiense Xavier Dolan ganador de varios premios por su corta y fructífera trayectoria con films como 'Tom à la ferme', 'Laurence Anyways', y 'Los amores imaginarios', todas ellas obras en las que trata de frente o rozando temas como la homosexualidad y los lazos de amistad u amor, 'Mommy' de alguna manera viene a confrontarse con la durísima ópera prima 'I Killed My Mother'.
Metiéndose en Mommy, en la espinosa relación entre una madre en sus 40 y tantos y su hijo apenas adolescente con sus comprometidas dificultades de apego y una violencia a flor de piel fundida con su dulzura y sobreprotección mutua. El director juega peligrosamente y sale airoso con situaciones que podrían haberse vuelto espinosas y sin embargo arriesga y con habilidad las salva.
Esa devoción mutua que sienten madre e hijo nunca pierde el bienintencionado vínculo que los une, que por momentos se tema un desliz que podría ser mortal tanto para los personajes como por ende para el film y lo íntegro de la obra es que todo ello es resuelto con una destreza de trapecista; Dolan reta al límite sabiendo que es dueño de una capacidad incuestionable para dejar asentada una obra mayor colmada del mas puro afecto materno y del más entrañable amor de un hijo a esa madre 'gladiadora', en donde el se reconoce y encuentra en ella su única razón de vivir.
Un film que lleva a la emoción extrema, a la identificación con esas perseverantes mujeres (la mamá y la vecina que entra en escena con sus propios dolores), que en una escena simple y casi celestial en un especie de baile casero que se arma en una cena entre los tres, unen sus manos en tanto que la cámara enfoca ese instante y eso marca el nacimiento de lo que será la unión y el desencadenante de la sanguínea y apabullante historia a la que asistiremos agradecidos por una 'Mommy' que nos va a hechizar con las armas más honorables con las que se pueda reconciliar.

En éstos tiempos que me corren en donde las 8 horas por 5 días se han hecho mi esperado sustento, muy a mi pesar muchas noche no termino de ver una película y la dejo para el otro día. Con lo que comencé a hilar mas fino en mis gusto, pasados los 40 minutos, si no hizo el shock, es muy difícil que la retome.
EL lobo de Wall Street. Hace 8 días que la vi, 3 horas, mucha torta de chocolate, muchas pausas para servirme coca- de la permitida-, muchos WP y TW -dignos de una compulsiva y viciosa y solitaria humana de éste siglo, me llevo 5 horas que aún no he podido superar.
Hace 8 días, como me gusta fechar, que no consigo concentrarme en ningún film. Esta pasando 'Agosto' con una Streep pa' alquilar balcones y una Roberts que no le banco esas canas teñidas porque no me las creo, me he reído como me gusta, de las desgracias ajenas, que son parecidas a las mía, pero no la termino.
Ha pasado Out of the Furnace, 'de las que me gustan', con ese letargo que te hace intuir que algo pronto va a explotar, como esa genialidad que nos da un Coen por ejemplo, esas que no llegan a ser intimistas pero lo rozan, alcanzando a un público mas amplio, tampoco me llenó.
También pasó esta semana el 1er capítulo de esa fabulosa serie con música lyncheana, 'True Detective', salgo del closet; no lo he terminado..perdón.
Y supe disfrutas 'All is lost' se me hace como un dulce caramelo de colores lleno de sorpresas y que nos va a gustar.
Todo esto y alguna que otra más no han logrado que -como dicen los más jóvenes- flasheee, como digo yo, que me vuele la cabeza, o como hago, que me provoque pararme y aplaudir, como me paso con el re hijo de puta Lobo de Wall Street......
'El mundo es un negocio y una jungla..' voz en off en la primer frase del film y esta definido lo que vendrá, a rajatablas. En los próximos 3 minutos el mismo personaje de Belfort describe con brutal sinceridad su vida. Y allí, el, como un Dios pagano, como un predicador, con una estrella de rocanrol aparece en escena. Es que a el le gusta, nació para eso. Es un negociante, es un lobo, es una star, es un mujeriego, es un galán, es un monstruo, es un drogadicto, es un gentleman, es un delincuente, pero no es vulgar, y ahí es donde el film crece y se autoalimenta de forma inagotable en lo que se convertirá en en 3 horas de absoluto desenfreno, locura, exaltación de los más bajo instintos ilegales e inmorales del ser humano en las que el exclusivo disparador es el dinero y un hombre hambriento e insaciable hasta el hartazgo dentro de una sociedad necesitada de héroes fabricadores del gran sueño americano.
Una mención aparte merece la temprana escena que comparte Di Caprio con su mentor -el personaje que de McConaughey- ese almuerzo filmado con gran angular, en donde MM se lo muestra ya despojado de prejuicio y a un LD aún pensando en sus cliente, con ese especie canto final, de ambos, golpeándose el pecho, comprometiéndose consigo mismos en lo que luego se convertiría en una ceremonia o canto de lucha a lo largo del film. Ese dialogo de MM es definitivamente hipnótico, tanto para el personaje de Dc como para el afanado espectador, porque a escasos 14 minutos de los 179 que dura el film, ya se esta enteramente 'drogado y poseído' por lo que este Scorsese nos va a disparar.Y ahora si, cataratas de diálogos inteligentes, escenas llenas de erotismo salvaje, un mundo deteriorado por los desmanes de la droga el alcohol y el sexo y sin embargo ahí nos encontramos, perdidamente enamorados de esos personajes, exitosos, millonarios, increíblemente listos, con el mundo a sus pies. Y que importa la moral, si Scorsese, los 'ensalza' como dijo mi amigo, y hace que lo nefasto parezca la vida a la que todos queremos acceder.
Y no me importa el precio, a nadie importa. Y no me parece juzgar al director en esta instancia, porque lo que nos entrega es justamente eso, un mundo que nos ciega, un mundo en que el ser humano se convierte en un glamoroso -por momentos- animal, que solo piensa en ser - Leo me llevo a Titanic- 'el Rey del Mundo. Como ese león del principio que se pavonea entre los simples mortales con su elegante y engañosa benignidad.
No, no juzgo en esta al director. No hubo maniqueísmo, aunque por momentos pensé que si. Me presento las luces de una vida que nosotros hipócritas moralistas jamas confesaríamos que nos atreveríamos a vivir si el precio no fuera tan caro.
Y el de Belfort no lo fue. Y no es culpa de MS. O de muchos MS, ya es hablar de sociedad y demás yerbas.
Y no quiero dejar de hacer referencia a la escena de el protagonista drogado con efecto tardío (una slapstick), una de las escenas mas graciosas que he visto y dentro de un film dramático y de una situación que te llevaría a la muerte y no se me ocurre otra palabra para definirla que 'hilaridad' extrema.
Este recomendabilísimo, entretenido, que sacude, que emociones en demasía, film, me trajo a la memoria Carnage de Polanski. Lo que lleva a agradecer casi de rodillas que los Directores de cine sean como los vinos y todas esas cosas que con el tiempo se ponen sobresalientes. Filmado con una velocidad, un lenguaje cinematográfico en el que no se permite ni un pestañeo, porque cada plano filmado es una obra de arte en si misma. Sigo sorprendiéndome, ya que posmodernista soy, y es lo poco que conozco mucho, que tipos llegando a sus 80 nos muestren sexo, drogas y rocanrol en un nivel tan alto que no caben juicios, ni éticas, ni moralejas, solo cabe cine, solo cabe ritmo, color, inteligencia, excelencia, música, desparpajo, la osadía y la destreza de que nos hagan amar lo deleznable, solo cabe Scorsese.