Un país destruído, familias rotas, madres, viudas y huerfanos deambulando en busca de los suyos, pueblos en ruinas y un paisaje gris y desolador, y sin embargo, la Francia de 1920 era un país que acababa salir victorioso de una gran guerra. ¿Victorioso?, tal vez no, tal vez, como en todas las guerras, todos perdieron. Bertrand Tavernier transmite prodigiosamente con una cuidadosa puesta en escena el ambiente desesperanzante de un país que pese a haber ganado una guerra ha perdido a millones de sus hijos y cuyos dirigentes se obstinan en enterrar cuanto antes, tal vez, para hacer olvidar el olor de los muertos incluso aunque no se sepa si lo están.
De la pelicula emerge potente en la parte final una muy interesante historia de amor que no desmerece pero que se ve superado por el mensaje puesto en pie de manera memorable por el director. Excelentes interpretaciones y magníficos diálogos para una película fundamental en el cine europeo de finales del siglo XX.
De visión imprescindible en cualquier época.

Cielo amarillo es uno de los menos valorados y reconocidos grandes del western.
Se trata de una película que podemos catalogar entre las que introducen una reflexión moral sobre la redención (horizontes lejanos sería otro ejemplo), y en ese sentido:¿que mejor espacio que el descrito por Wellman, que traza un auténtico apocalípsis en un territorio infernal, cuasi subreal, en cualquier caso, no humano?.
C.A. es una auténtica parábola con componentes extraordinariamente metafóricos, no es una excepción sobre todo entre los directores de origen europeo que dirigieron algún western (Lang, Siodmak, etc...), la utilización de los parámetros del western para resaltar una historia que podría haberse explicitado en forma de cine negro.
La fotografía es extraordinaria, la puesta en escena es formidable la persecución inicial es absolutamente maravillosa y la travesía del desierto también. Las interpretaciones son magníficas, sobre todo la de Widmark, pero también la de Peck y la Baxter. Los diálogos son precisos y la música más que solvente.
De visión necesaria.

Una y no más se puso Marlon Brando detrás de la cámara para realizar una película.
El rotro impenetrable, tras volverla a ver al cabo de unos 20 años, me sigue pareciendo una película muy atractiva con una atmósfera y un ritmo magnífico al que le ayuda una fotografía "acartonada", un sólido argumento buenas interpretaciones (me encanta la de Katy Jurado) y una destacable banda sonora.
Supongo que en mucho de ello, en las elecciones de los profesionales encargados, estará la mano de Brando, pero de lo que no cabe duda es que su mano está presente en los "despistes" técnicos del film, los fallos de raccord son clamorosos y creo que merecen estar entre las páginas más curiosas del cine, la escena de la playa entre Brando y Pellicer es sencillamente pavorosa. Muy interesante también, por poco conocida, la joven Pina Pellicer, también un poco estrambótica la escena del baile "flamenco" (en su descargo hay que decir que es rigurosamente flamenca).
En general la película transita por unos parámetros visuales, argumentales, de personajes e incluso de localizaciones, poco habituales para un Western, por ejemplo la acción se desarrolla en Méjico en su primera parte y luego en la costa californiana, existe un protagonismo importante de la población criolla hasta entonces púramente atractivo exótico en los films del oeste, el propio tema posee cierto grado de originalidad y se evita caer en el manido resorte fácil de la venganza justiciera, los personajes igualmente llevan a cabo progresiones psicológicas muy interesantes y que permiten dar atractivo al desarrollo haciendo que no se hagan largos los casi 140 minutos de metraje.
Pese a todo recomendable.

"La niña de tus ojos" sitúa su acción en los estudios UFA de la Alemania nazi, a partir de la experiencia real de las producciones realizadas por artistas españoles en plena guerra civil, promocionadas por el entente nazi-franquista del momento.
En general la película funciona bastante bien en intentar plasmar el "alucine" de los artistas que venían de un país en destrucción total sin prácticamente una industria cinematográfica al mundo inalcanzable de la Alemania de Goebbels. Ese choque marciano entre el grupo artístico heteróclito muy bien dibujado por el guionista y magníficamente interpretado (un poco floja Loles León yo hubiera puesto a una mujer algo mayor), será el motor básico de la película.
La ídea de representar una alegoría sobre lo que estaba sucediendo en España es también harto patente, como Macarena, como el grupo, España está sometida como una marioneta o como un torero sacudido inmisericorde por el toro a los designios de las potencias europeas, la guerra civil, no és ni más ni menos que una representación de los intereses políticos y militares un prólogo de la posterior Guerra Mundial en el que precisamente quien menos tiene que decir y que decidir somos los españoles, hasta el gallardo galán falangista acabará mordiendo el polvo.
La película contiene escenas memorables, como la de la cantina, es química pura, y Penélope pero sobre todo Resines funcionan muy bien.
Desgraciadamente, existen personajes que no funcionan (Goebbels, Leo...) y otros que lo hacen de manera intermitente. Algunas escenas resultan excesivamente artificiosas (represión en el Ghetto, salida del campo de concentración con el "Arbeit macht frei" en tubo de neón, etc...
Sinceramente hemos de ser honestos, la apuesta argumental era muy dificil y los resultados son más que dignos.
Recomendable.

En los films de Boetticher conviven a partes iguales, artesanía e industria. Artesanía por crear con muy pocos elementos unos formidables westerns, industria por la impecable factura comercial de los mismos.
Reconozco que el argumento base de la película, la venganza justiciera tan trillada en el cine norteamericano, no es precisamente de mi agrado, pero en sí la película es admirable por la economía de medios (casi minimalista) como el resto de los westerns de Budd. Muy bien Scott y Roberts, la chica como que ni fu ni fá. El desarrollo de la historia está muy bien hasta la resolución que me parece un poco cutrecilla. La música se apoya en una melodía repetida hasta la saciedad de carácter popular con una instrumentación básica: violines, violas y violonchelos en pizzicatto un clarinete bajo y una flauta, más contrabajos. Los subrayados melódicos de los timbales son francamente curiosos.
La aparición de los indios, tiene más de aliño que de sustancia en la historia, aunque lo sabe resolver muy bien con el tema del caballo.
También es destacable otro tema frecuente en el cine del oeste, la redención (que pesado me pongo pero "ele" aquí otra vez).
En fin una película recomendable, por ahorrar, ahorra hasta en la duración (70 min.).