Quizá fue el hecho de volver a escuchar la gran banda sonora de John Williams.
Quizá fue el hecho de ver la foto del gran Brody, protagonista de las 2 primeras películas.
Quizá fue el hecho de que volviese a aparecer Lorraine Gary, lo que la conecta más con el inicio de la saga.
Quizá fue el hecho de ver flashbacks que rememoraban Tiburón, la gran película de Spielberg.

Algo de eso tuvo que ser porque extrañamente me ha gustado. Después de una infumable tercera parte no tenía esperanzas en esta última, aunque me decidí a verla por eso de no dejar la saga sin terminar. Además el argumento era bastante psicodélico. Pero salvo algún que otro momento no me he aburrido. Eso si, sigue sin llegar al nivel de la segunda.

Es cierto que la base de la película (un tiburón que persigue a la familia) es una mamarrachada carente de toda lógica. Eso de que un tiburón te persigue hasta las Bahamas, en unas aguas que no son de su agrado y que te encuentra siempre sabe dios como (será médium) echa para atrás a cualquiera. Pero si obviamos eso aún se encuentra algo interesante de ver.

También hay que comentar que los efectos son malos y que el final es patético, por decirlo de alguna forma. Pero quedar quedé satisfecho, no me importa reconocerlo.

Y destacar la participación sorprendente de Michael Caine, que no se que pinta aquí, pero no lo hace muy allá que digamos.

Y una vez llegados hasta aquí, resumen de las películas de "Tiburón":

Tiburón -> 8
Tiburón 2 -> 6
Tiburón 3 -> 2
Tiburón 4 -> 5

Hay un antes y un después en el momento en que decides registrarte en FilmAffinity y empezar a votar películas, y los más aventureros a escribir críticas, ya sean tradicionales, surrealistas o destructivas. Lo que empieza siendo un pasatiempo más, votar lo que hayas visto y ver las medias y las opiniones, acaba siendo algo más, acaba haciéndose parte imprescindible del día a día y de la rutina habitual.

Cuando se habla del "antes", se veía una película y la disfrutabas, la aborrecías, la olvidabas, la recomendabas o simplemente no acababas de verla y se pasaba a otra cosa. Si no eras una persona muy versada en el mundo del cine simplemente se conocían los estrenos palomiteros o aquellas películas famosas que sonaban de que estaban en los Oscar, así como aquellos clásicos de los que se hablaban tan bien y de los que estabas seguro de que no ibas a ver en tu puta vida (¿clásicos en blanco y negro? ¿pero qué me estás contando...? eso no lo toco).

Pero llega el "después". Pasan unos meses y ya te descubres viendo películas que "antes" no habrías visto y que no se te habrían ocurrido. Ya no se habla solo de cine clásico (sí, ese, el que está en blanco y negro, el mudo, que anteriormente provocaba escalofríos), sino de películas de cualquier país y de cualquier género. Aparte de eso, hay otra novedad a la hora de visionar una película: durante todo su desarrollo inconscientemente se va pensando la nota que se merece, impidiendo que se pueda ver aislado de FA. Es en esos momentos cuando te das cuenta de que ya no te acuerdas de cómo veías las películas "antes", que esos tiempos agradables fueron sustituidos por otros también amenos, pero cambiando de perspectiva, pensando menos como mero espectador y haciéndolo más no tanto como un crítico pero sí con rigor, intentando fijarse en los detalles.

¿Qué se prefiere? Sin duda FilmAffinity es una gran página para todo los amantes del séptimo arte, en donde se puede acabar conociendo a gente que sabe mucho de este tema, aparte de aumentar todo nuestro conocimiento cinematográfico. ¡Qué narices, es la hostia!

(Opinión de "Balada triste de trompeta" en el spoiler, sin destripar nada).

Vamos con las cosas buenas:

• Lo que vienen siendo las peleas entre robots y los bichos: sorprendentemente se ve bien lo que pasa entre ellos, las hostias, destrucciones y demás.

• En cuanto a efectos especiales/digitales/lo que sea está muy bien hecha.

• Idris Elba con bigote.

Lo malo es que ya no hay mucho más donde rascar. La película va cuesta abajo hundiéndose entre la multitud de peleas y las tonterías habituales y tópicas del género. Las peleas al principio están muy bien pero acaban siendo repetitivas y cansinas.

Cosas que chirrían en el spoiler:

Se podrá criticar su inverosimilitud pero lo cierto es que cuando te des cuenta el capítulo ya se habrá acabado después de observar conspiraciones políticas, de la tripulación, amenazas nucleares, duelos con la población local, conflictos internacionales, misiones secretas... En la desmesura está su principal ventaja, en no dejar pensar si lo que sucede es plausible o no.

Además el hecho de que un submarino nuclear se oponga a su país tiene ese puntillo de rebelión ante el poder establecido que siempre es un punto a favor, máxime si la nación es Estados Unidos.

Cada personaje tiene su interés aunque haya algunos que lo posean más que otros, como suele ocurrir, sobretodo aquellos que fluctúan entre dos bandos y su elección final pueda ser determinante para el devenir de los acontecimientos. Marcus Chaplin es carismático así como el contramaestre Prosser. Por el contrario los personajes de las intrigas políticas son menos interesantes.

Entre las dos historias diferenciadas (la política y la de la tripulación) la segunda es de largo mucho más interesante ya que cuenta con muchos más detalles que la primera y es sencilla de seguir. Si es que los submarinos nucleares molan mucho.

La lástima es que haya sido cancelada y solo existan estos 13 capítulos de los que consta la temporada. La audiencia manda en cadenas como la ABC y el descenso que sufrió es una razón de peso pese a tratarse de uno de los estrenos más potables de la temporada.

La película relax por antonomasia.

• Te llaman por teléfono: todos sabemos lo incómodo que es estar viendo en soledad una película y que a alguien se le ocurra llamarnos por teléfono. No es motivo de preocupación, después de la charla protocolaria de diez minutos es muy probable que estén en el mismo plano caminando, no nos habremos perdido nada.

• Llaman a la puerta: para esos momentos que aparece tu madre por sorpresa sin llaves y tienes que abrir. El máximo riesgo es perderse dos líneas de diálogo de las diez que debe de haber en todo el guión.

• Tienes que encargarte de la pizza que estás preparando: sacarla del horno, cortarla, lo habitual. Seguramente se vea a un hombre encima de una piedra en clara analogía espiritual del querer y no poder acercarse a la cúpula celeste. No hay razones para preocuparse, seguirá allí a la vuelta.

• Entran ganas de miccionar en el cine: otra situación harto desagradable. A nadie le gusta levantarse de la butaca e ir a los aseos perdiéndose parte del metraje. No pasa nada, lo más grave sería no formar parte de la discusión sobre la reproducción y búsqueda de agua de los animales del desierto.

Entre otras...

Lo curioso es que al final acabas satisfecho.