Es evidente que esta película del añorado Leone no es sin duda su mejor obra, máxime si se la compara con alguna de las de su famosa "Trilogía del Dólar" o la monumental "Hasta que llegó su hora", pero tampoco estoy nada de acuerdo y sí en rotundo desacuerdo con aquellos que la han intentado vapulear y descuartizar, en esto sí que no se puede permitir. Es cierto que posee un arranque brutal y electrizante, extremadamente interesante y que por momentos se va viniendo abajo para volver a encumbrarse como en una montaña rusa (estilo Leone), pero aparte de esto posee un argumento sobrio e ingenioso, un Morricone excelente como nos tiene acostumbrados y unos actores que dotan de poderío y carácter al desarrollo del film... y por supuesto aderezado de las travesuras y magistral visión del creativo Sergio Leone, con esos planos apabullantes y esa brutalidad tan espectacular comparable a la del maestro Sam Peckinpah. ¡Y a cuántos oscarizados y empalagosos directores actuales y tan recientes, les gustaría rodar una película como esta! Y por cierto las versiones que yo ha visto y la que manejo es verdaderamente caótica, medicore e infame, voces superpuestas, pésima imagen... y esta es la versión que en España se ha distribuído en todo este tiempo. Un flaco favor al director y a la película.

Difícil de catalogar, "Ordinay Man" es un thriller muy bien llevado a cabo, de imágenes desagradables, momentos cómicos y en especial de electrizante suspense. Es muy probable que Alfred Hitchcock se hubiese vuelto loco por rodar esta historia que describe a una persona que a priori parece normal, con una familia normal, trabajador y que un día comete una locura que desencadena en una inabarcable lista de problemas.

A un pueblo fantasma de la frontera mexicana, comido por el fango y el barro y asediado por dos bandas rivales, llega un personaje apocalíptico arrastrando un ajado ataúd en cuyo interior esconde una potente metralleta. A "grosso modo" los spaguetti western sólo poseen interés en la figura de Sergio Leone y en algún film muy concreto de Sergio Corbucci, entre ellos este y "El gran silencio". La puesta en escena de los spaguetti western representando a conciencia un cine sucio -en el sentido más amplio del concepto-, polvoriento y tan alejado tanto en estética como en ética del puro western clásico -aquí también en sus múltiples vértices-, llámese John Ford o Raoul Walsh (entre otros muchos), expone un sentido tan escasamente ético e inmoral que no existe un héroe o unos valores políticamente correctos ni por un bando ni por el otro, encontrando un difuminado punto común en una vaga continuidad y en contados tramos de las películas de Sam Peckinpah o Clint Eastwood aunque nunca llegando a las cotas inmorales que presentan los spaguetti western. En definitiva esta película es uno de los trabajos más dignos y reseñables de este subgénero del western.

Film intimista de bellísima fotografía en blanco y negro y deliciosas escenas y paisajes de bucolidad extrema, está basado en la novela homónima de 1934 escrita por el novelista neerlandés Antoon Coolen (1897-1961), que narró magistralmente la vida en el medio rural de Brabante. La película -leí antes el libro y puedo asegurar que es una adaptación perfecta- relata la vida de un peculiar médico rural y su quehacer diario en su relación con los pacientes, la dureza de trasladarse de un lugar a otro a visitar enfermos y su rol como padre de familia, sobre todo cuando todo cambia al sufrir el drama de perder a uno de sus miembros. Max Croiset, importante actor neerlandés realiza una actuación memorable.

No adjudicarle la nota más baja a esta película responde simplemente a mi afición por el western en general y a algunos spaguetti western en particular, pero en este caso sencillamente no se sostiene bajo ningún punto de vista: una historia manida hasta la saciedad, de penosos diálogos y nimia originalidad. Para colmo de males la edición española no permite ajustarle el idioma original, por lo que se debe soportar un pésimo y soporífero doblaje. En ocasiones se tiene la sensación de que Klaus Kinski es una especie de trasunto del mismísimo Nosferatu. Consejo: no pierdan el tiempo... yo ya lo hice.