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Críticas de Kyrios
Críticas 1,316
Críticas ordenadas por utilidad
4
16 de marzo de 2023
67 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oso Vicioso (2023; maravillosa traducción al español de su título original, Cocaine Bear) se trata de una película que se ha hecho viral por varios motivos (seguramente a unos niveles a los que los propios productores o cualquier otro relacionado con el producto se pudiera imaginar) y que está teniendo muy buena acogida en taquilla en Estados Unidos. En España se estrena en cines el 31 de marzo. Es además la última película de Ray Liotta, que falleció después de rodarla. 

El Meme se hizo película

Más que la película en si mismo, lo más interesante de Oso Vicioso es todo lo que se ha construido a partir de una obra que per se no parece más que una producción cualquiera de serie B, que en otras circunstancias habría pasado sin pena ni gloria. Pero en gran medida las redes sociales (entre las que debemos incluir la propia cuenta de Twitter de la película) han creado unas expectativas que se han reflejado en la taquilla americana. Un fenómeno viral que parte de una premisa a priori absurda, a pesar de que muy parcialmente está basada en hechos reales, como es el concepto de un oso puesto hasta las cejas osunas de cocaína. Desafortunadamente, también se ha unido al Hype la muerte de Ray Liotta, que firmó su última película con Oso Vicioso. 

¿La pregunta es, el meme vale para una película? Sorprendentemente Oso Vicioso no es tan mala como podría parecer en un primer momento. Sin embargo, el chiste tampoco sirve para justificar una hora y media de metraje y lo peor de todo, teniendo en cuenta la premisa, la película se muestra demasiado blanda, siendo incapaz de contentar a ningún tipo de público específico. 

Como si fuera un Slasher (la película tiene muchas concordancias con este subgénero de terror), la película nos presenta una secuencia introductoria en la que el Oso (El Killer de nuestra película) se despacha de dos campistas despistados. Esta secuencia define el tono de la película, para bien y para mal. Vemos lo que estábamos esperando (mala baba y un poco de casquería), pero sin embargo a esta secuencia le falta mucha garra y no es lo suficientemente imaginativa como para que el espectador pueda quedarse sorprendido. Nuestro oso es un asesino de slasher más, pero sin el carisma suficiente que debería aportar la cocaína. 

Y ese es básicamente el resumen de la película. A Oso Vicioso le falta punch. Le falta casquería (porque esa es la propuesta que quiere ofrecer, con sobradas muestras a lo largo del filme), le faltan toques de genialidad que la distingan de otros productos medios. Y a fe que teniendo esta premisa se podría haberle echado mucha más creatividad de la que vemos en pantalla. Y eso lo sabe cualquier espectador medio, que puede hacerse en su cabeza una película mucha mejor de la que se ha conseguido al final. 

Técnicamente la película es pobre. La fotografía huele demasiado a serie Z, y no hay ningún atisbo de genialidad en ese sentido. Paradójicamente la puesta en escena no es lo desastrosa que podría parecer a primera vista. Hay algunas secuencias en las que merece destacar la creatividad de Elizabeth Banks (como la persecución en ambulancia), sin embargo, son las menos, porque en su mayoría nos encontramos ante una obra sencillamente convencional.

Conclusión

No estamos ante una película de la productora Asylum ni mucho menos. Oso Vicioso es soprendentemente aseada en ciertos aspectos (puesta en escena y guion), y deficiente en otros (imaginación, efectos especiales). Una película que puede hacerte pasar un buen rato si vas con el modo cinéfilo totalmente desactivado.
Kyrios
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Habitación 237
Documental
Estados Unidos2012
6.0
2,269
Documental, Intervenciones de: Bill Blakemore, Geoffrey Cocks, Juli Kearns, John Fell Ryan ...
6
31 de marzo de 2013
44 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda Room 237, documental estrenado en 2012, se ha hecho un hueco entre los admiradores de la obra de Kubrick (ya sea para alabarla, degustarla o denostarla). Ahora bien, también hay que decir que la película es cuanto menos una curiosa obra que se sale de los esquemas habituales de los documentales al uso. En cuanto a contenido, claro.

Porque el formato deja bastante que desear, no nos vayamos a engañar. Mientras se utiliza las imágenes de las películas de Kubrick, evidentemente la palma se las lleva “El Resplendor” por ser la protagonista del documental, se cuentan las peculiares interpretaciones de los diferentes personajes. Y ni más ni menos en eso consiste Room 237, documentales con mejor tratamiento de la imagen y de la estética, los hay a patadas por televisión. Así que lo mejor que podemos hacer es olvidar el formato y centrarnos en lo que nos cuenta la obra. Porque es pensar en los momentos en que se utiliza de manera reiterativa la secuencia de Tom Cruise en “Eyes Wide Shut” y uno se empieza a ponerse malo.

Es tan cierto que se trata de un documental manipulador (y pese a todo nos lo avisa de primeras mediante un rótulo, estamos ante un documental subjetivo, las teorías expuestas no dejan de ser opiniones sin intención de sentar cátedra) como de que uno no va a volver la película sin tenerle aún más respeto, porque si algo consigue el documental, entre majadería y majadería es meternos un poquito del miedo que nos ofrecía la película original.Y eso ya es decir mucho.

Y veremos lo que queramos ver, ahí reside la gracia de la película, mil y una teorías que especulan sobre cualquier posible significado de la película y que tratan de darle más dimensiones de vida a la película. Es lo que sucede cuando las grandes películas (u obras de arte) logran hacerse un hueco propio y conseguir diferentes niveles de interpretación. Podemos poner como ejemplo el mítico cuadro de La primavera de Boticelli, cuyos temas iconográficos sigue siendo tema de debate ente múltiples personalidades del mundo del arte.

Por otra parte, hay detalles muy interesantes y que a uno se le pasan por la cabeza cuando ve la película. Sillas que desaparecen entre plano y contraplano, árboles que tienen una mida imposible y no deberían salir en el encuadre o hojas que se mueven solas. Sin duda estos pequeños detalles, que Kubrick buscaba de manera intencionada, son lo mejor del documental, porque es obvio que una silla no desaparece entre plano y contraplano sino hay una intención detrás del director (o un descuido monumental, pero recordemos que durante esta misma película Kubrick llegó a repetir la toma de la escalera más de veinte veces con tal de conseguir la máxima perfección posible). Ahora bien, hay otras anécdotas y vías que resultan un poco más ridículas.

Paso a repasar brevemente las teorías expuestas.

1-La casa tiene parte de fantasmas que se esconden debajo de todo, pues está construida en un cementerio indio. Teoría que se sustenta mediante un recuadro de un indio navajo que aparece al principio de la película, un bote de comida con la imagen de un indio y la secuencia del ascensor donde brota sangre.

2-Holocausto nazi. Según esta vía, la película recoge pequeñas señas en las que Kubrick hace referencia al holocausto nazi. Se vuelven a citar las puertas del ascensor, el número 42 (el año en que se empieza la solución final y que aparece en la camiseta de Danny) y diferentes águilas que aparecen por la película (el águila era un símbolo nazi)

3-Revisión del mito del Minotauro. Seguramente la teoría más alocada de todas, con apenas un poster y poco más (el laberinto). La experta de la teoría asegura la locura de que nos encontramos ante una revisión del mito griego.

4-Construcciones imposibles. No es que sea una teoría en sí, pero el documental nos muestra como la arquitectura que plantea Kubrick no se corresponde con la que tendría que ser en realidad, es decir, construye un escenario totalmente irreal. Es uno de los momentos más interesantes del documental, porque más que especular libremente se ofrecen ideas sólidas y mapas que corroboran la idea.

5-La ida de olla total, cuando se nos presenta como de manaera simbolica que el final de la película y el principio van cuadrando de cierta manera, es decir que la cinta se puede ver al revés y que cuadra en algunos momentos. Sin duda la teoría más floja que le deja a uno con cara de bobalicón.

6-Alusión al montaje ficticio de la luna, Room n237 (moon, el número releva el estudio donde se grabó el alunizaje). También la camiseta de Danny donde vemos el Apolo., el cohete que aterrizó en la luna

Pero entre estas teorías se muestran algunos detalles, como los ya citados, que resultan muy interesantes y que relevan detalles de los que uno se da cuenta a primera vista. Evidentemente las diferentes teorías están expuestas por gente más amante de la paranoia que verdaderos cinéfilos. Aún así resulta muy útil para los amantes de la película, para darse cuenta de los detalles más nimios que a uno se le pasa y por reírse un poco de algunas de las teorías más alocadas que se presentan.

Siento haber desglosado las teorías para realizar la crítica, pero es la única manera de entender la idiosincrasia del documental.

http://neokunst.wordpress.com/2013/03/31/ciclo-kubrick-room-237/
Kyrios
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6
20 de marzo de 2024
68 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
Road House, de Profesión duro (2024) se trata de una película dirigida por Doug Liman, y que a la vez es un remake de la película homónima del 1989. La película se estrena directamente en Prime Video el 21 de marzo y ha cosechado críticas mixtas antes de su preestreno.

un servidor no entiende del todo cuál es el motivo por el que un actor como Jake Gyllenhall ha aceptado un rol como el que ofrece Road House, de Profesión duro (más allá de fines crematorios). La única idea que se me ocurre es la de mostrar al mundo sus dotes como actor de acción, y conseguir así postularse como futurible Batman para el nuevo universo del DCU de James Gunn. Porque más allá de repartir estopa a diestro y siniestro, poco podemos ver de uno de los grandes actores del Hollywood contemporáneo.

Road House, de Profesión duro, sigue el tono estándar de numerosas películas que además han tenido ya su estreno en plataformas digitales, mostrándonos una trama arquetípica dentro del cine de acción (que ya de por sí es un género manido) que navega entre el chascarrillo ingenioso y las tundas. A diferencia eso sí de John Wick y sus sucesores bastardos (como Nadie, 2021) la acción viene dada por los puños y las patadas, sin el excesivo empleo de armas de fuego. La película en ese sentido se acerca más a los 80 y 90, con Van Damme y cía, que a las secuencias de tiroteos. ¿Están bien construidas? Lo cierto es que Road House, de Profesión duro tiene más gracia al recurrir al diálogo, por ingenioso, dentro del propio combate que no a la coreografía en sí.

El guion de Road House, de Profesión duro, que no tiene problemas en verbalizar la inspiración del filme en Westerns (por ejemplo, el filme nos puede recordar a Johnny Guitar de Nicholas Ray) nos presenta un "saloon" del oeste que es asaltado continuamente por bandas de matones. Para poder sacar adelante su negocio, la dueña del bar buscara la ayuda de un exluchador de la UFC, que es el personaje que interpreta Jake Gyllenhall. Este personaje está construido como si fuera un santurrón que ni siquiera quiere hacer de verdad daño a sus rivales (luego entenderemos porqué).

La trama de Road House, de Profesión duro es burdamente simple, quizá ahí radica su virtud y su esencia, lo que hace que la película se apoye principalmente en el carisma de los actores y de las secuencias de acción. En ambos apartados la película cumple sin artificios, lo que nos deja una película entretenida que pasa a ser carne de catálogo de VOD. A la moda de sumar caras sacadas de la lucha libre o la profesional (The Rock, John Cena, Dave Bautista), la película nos presenta a un Conor McGregor como antagonista principal, que no deja de interpretarse a si mismo, y que quizá sirva como plus para ciertas audiencias.

Conclusión de 'Road House, de Profesión duro'
Road House, de Profesión duro es una película que no hace daño a nadie. Un entretenimiento de acción enfocado a los amantes del gimnasio y los batidos de proteína, que disfrutarán de algún par de secuencias de acción y se olvidaran de la película al cabo de unas horas.

Cinemagavia.es
Kyrios
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3
15 de agosto de 2013
39 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película maldita que nos ocupa hoy es la cinta filmada en el 1956, titulada en español como el Conqusistador de Mongolia y en su idioma original, el inglés, como The Conqueror. La película la dirigió Dick Powell, un hombre que apenas había realizado unas cuantas películas, pero el empeño del productor, el multimillonario Howard Huges era muy grande, y tenía una ambición desmesurada para con el film, esperando que fuera un auténtico bombazo en taquilla. Como el propio nombre indica, el conquistador de Mongolia es un film que trata en su argumento sobre el mítico Gengis Khan y se trata pues de una película de género histórico que tan de moda estaban por aquella época. No había nada en el argumento que hiciera pensar que estábamos ante una película que de alguna manera iba a cambiar el cine. La película tiene también una anécdota detrás de la producción, y es que fue la penúltima película producida por la RKO, una de las grandes productoras de la historia del cine. Estamos hablando de la productora que produjo películas de la talla de Ciudadano Kane (1941).

Uno de los actores que protagonizaba la película era ni más ni menos que John Wayne, uno de los más grandes actores que ha dado Hollywood e ilustre miembro que ha protagonizado películas como La diligencia (1939) o el Hombre que mató a Liberty Balance (1962). Wayne leyó el guión del Conquistador de Mongolia y decidió que aquel papel había de ser suyo, así que se hizo con el personaje principal. El reparto fue completado por Susan Hayward, Pedro Armendáriz y Agnes Moorehead.

Howard Huges quería que su producción fuera tremendamente efectiva, así que no optó por rodar la historia en un estudio o en una localización al uso, sino que decidió rodar la película en el desierto de Escalante, por el obvio parecido que había entre el desierto real y el que había detrás de la película. El Escalante es un lugar ubicado en Nevada, Utah, es decir, en los Estados Unidos. El problema es que dicho lugar había sido utilizado por el propio gobierno como lugar de prueba para las bombas atómicas, y toda la zona estaba absolutamente impregnada de radiación nuclear. Gran parte del personal lo sabía, incluyendo el actor, John Wayne, pero se desconocían en aquel momento los efectos que la radiación podía hacer en el cuerpo humano, así que subestimaron tales efectos. De hecho se cuenta que hay una foto en la que aparece el mítico actor con ni más ni menos que un contador Geiger en las manos.

Se dice que la radiación eran tan potente que durante las noches, el polvo del desierto brillaba con un color rojizo. Para más Inri el propio productor, Howard Huges, se trajo grandes toneladas de aquella arena hacia Hollywood, con lo que la radiación se vendría seguramente con aquellas dunas.

La película fue un auténtico desastre de crítica y de público. No se pudo rescatar absolutamente nada y al productor, Howard Huges, el resultado le llegó a enloquecer. Se dice que intento hacerse con todas las copias para que la película no volviera a ver la luz después de su estrepitoso estreno y el caso verídico es que no se estreno en televisión hasta el 1974, mucho tiempo después de que se rodara. La leyenda cuenta que el multimillonario se quedó en los últimos días de su vida enclaustrado en su mansión, mientras se consumía viendo una y otra vez la película que había producido, y que tantos quebraderos de cabeza había traído a más de uno.

Pero lo que está fuera de toda leyenda son los resultados que la radiación provocó en los miembros del rodaje. Los números oficiales nos cuentan que de los 220 integrantes de la película, 91 morirían de cáncer. No murieron de un día para otro evidentemente, pero la enfermedad les cortó seriamente la existencia. El propio John Wayne, así como el director de la película, Dick Powell, acabarían falleciendo por la enfermedad. Pero no sólo ellos, sino también Susan Hayward, Agnes Moorehead…Incluso Pedro Armendáriz, que al enterarse de que había desarrollado una enfermedad terminal, se suicidó. Pero estas eran las estrellas más visibles. Los extras que se utilizaron para la película (muchos de ellos eran nativos, es decir, indios, que se utilizaron para completar las secuencias de batallas) no se cuentan dentro de esta fatídica estadística, pero seguramente la radiación también traería consecuencias nefastas para todos ellos.

La historia del conquistador de Mongolia es más que escalofriante. Parece una de aquellas leyendas que uno nunca quiere aceptar porque su naturaleza parece muy distante de la nuestra. Pero el caso es que la historia está ahí. En el 1980 en una revista titulada People, se podía leer un pequeño artículo enviado por los muchachos del pentágono, en el que pedían perdón a Dios, por haber matado a John Wayne.

http://neokunst.wordpress.com/2013/08/15/peliculas-malditas-el-conquistador-de-mongolia/
Kyrios
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2
25 de diciembre de 2014
67 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Última pataleta pseudointelectual de Kevin Smith se titula Tusk (Tusk, 2014), un filme demencial que no hace más que atestiguar la caída artística de un director que si bien en los años noventa se pensaba de él que regeneraría el cine alternativo o Indie de los Estados Unidos con películas como Clerks (Clerks 1994), se encuentra en una caída en picado imparable.

Al igual que Red State (Red State, 2011), película por cierto mucho más inteligente, Tusk supone un giro tremendo (por lo menos aparentemente) en la carrera del cineasta. Habituado nos tenía a la comedia juvenil, con dejes de humor ácido pero sobre todo lleno de referencias Freaks a otros filmes míticos como la saga Star Wars O la de El Señor de los Anillos…¿En qué género se inscribe Tusk? comedia cínica? ¿Terror? Lo que parece es que Kevin Smith se ha retado con algún amiguete suyo con una frase parecida a la de “A que no hay huevos a…” y el director, que para chulo él, ha aceptado hacer el filme, aunque sea algo tan absurdo como lo es reconstruir una morsa a partir de un ser humano mediante un experimento digno del doctor Mengele. Sí, más o menos lo que ya anunciaba la bizarra The Human Centipede (The Human Centipede, 2009) del holandés Tom Six.

El argumento es el siguiente: Justin Long interpreta a un auténtico gilipollas que trabaja como Podcaster (un locutor de radio virtual). Decide realizar un viaje a Canadá para explotar un fenómeno Freak que está triunfando en la red, aunque cuando llega se entera de que ha fallecido. Para no gastar el viaje en vano, el personaje entrevista a un anciano con el que se encuentra por casualidad, que interpreta Michael Parks. Sin embargo, hay algo realmente oscuro en este personaje…

La Pregunta principal es ¿Qué pretendías Kevin Smith, con esta película? Aparte de asco, poco más nos ofrece Tusk. Como comedia fracasa estrepitosamente y los puntos cómicos son mínimos. Como filme de terror resulta nauseabunda pero poco terrorífica. Lo peor de todo es el discurso subyacente que encontramos en Tusk. A pesar de lo inmoral que resulta todo en el filme, el cineasta no se molesta lo más mínimo en justificar las acciones de su protagonista. Simplemente se divierte con una bizarra transformación, como sí el hecho inhumano que exhibe el filme (y Smith se recrea bastante en las imágenes grotescas de nuestro personaje siendo torturado) fuera gracioso por sí mismo. Pero no, no lo es, y la sensación que da la película es que trata de causar polémica aunque no haya ningún sustento detrás. Es cierto que las películas de Kevin Smith siempre se habían caracterizado por su inane trasfondo, por su oda a la banalidad y a la frugalidad de la vida, pero Tusk realiza un paso más allá, un paso extremo, convirtiéndose en una película totalmente nihilista.

No sé puede salvar nada de Tusk. Quizá la interpretación de Michael Parks, el único motivo por el que filme no se encuentra en el ranking de peores películas del año. Sin embargo, su interpretación queda contrastada con la de Justin Long, actor que sobreactúa de tal manera que estropea en parte el filme.

Además no hace falta ser muy listo para ver que hay multitud de secuencias que simplemente están incluidas en la película para alargar el metraje (si no fuera por estas secuencias seguramente no se llegaría ni a la hora de duración). Desde algún que otro flashback, pero sobre todo las sangrantes escenas en las que aparece el personaje interpretado por Johny Deep. No sólo es que su importancia en el filme sea totalmente nula, sino que su personaje provoca cualquier sentimiento contrario al que Smith busca con él (puede que sea un efecto cómico).

Sí que es cierto que hay algunas señas del cineasta reconocibles en el filme (lo que nos demuestra que las diferencias del filme con otras del cineasta no están en su esencia sino en la calidad de esta), como el diálogo que encontramos en el aeropuerto, cien por cien Kevin Smith, aunque sea una secuencia que demuestra un humor totalmente deslucido e insulso. Algunas gotas de humor negro perdidas en un mar que no pueden disipar la tremenda tortura que es ver Tusk.

Por cierto, una pequeña pregunta, ¿Por qué si estás encerrado con un psicópata que te ha amputado a una pierna y tienes poco tiempo para llamar malgastas tu tiempo en avisar a tu novia y a tu compañero, pero no a la policía?

http://neokunst.wordpress.com/2014/12/25/tusk-2014/
Kyrios
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