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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Western La Guera Civil estadounidense (1861-1865) ha terminado, pero muchos en el Sur se resisten a admitir la derrota. Algunos de los héroes que cabalgaron junto a Lee se han convertido ahora en unos facinerosos. Entre ellos, y dominando las praderas de Missouri, se encuentran los hermanos James, ladrones de bancos y asaltadores de trenes que viven al margen de la ley. (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la apasionada crítica que dediqué a "Broken Trail" (Los protectores, 2006) me refería a Walter Hill, y espero me perdonen la autocita, como "heredero de Peckinpah y fordiano reconocido". Pues bien, "Forajidos de leyenda"- ampulosa traducción del mucho más lacónico "The Long Riders"- evidencia lo primero y permite sólo intuir algunas trazas de lo segundo- si acaso la escena de la boda, que hasta cierto punto remite a "Centauros del desierto"-. No podía ser de otro modo, pues tanto la fecha de realización-1980- como la edad de Hill a la sazón- 38 años- por fuerza han de tirar de esta película hacia la nerviosa área de influencia del gran Peckinpah. La sabiduría reposada, la mística homérica, llegarán con el tiempo, "porque la juventud es una enfermedad que se cura con los años".
De momento, "Forajidos de leyenda" ofrece un rendido homenaje a la inconfundible, e inimitable- pese a la porfía y a la innegable habilidad de Hill-, imaginería de Sam Peckinpah. Las explosiones de violencia, filmadas a cámara superlenta y salpicadas de copioso tomate frito, no dejan lugar a dudas acerca de la deuda estética de Walter Hill. La escena del asalto al banco de Northfield, manifiestamente inspirada en el "opening" de "Grupo salvaje", es un ejemplo palmario de ello. Añade, por cuenta propia, su peculiar gusto por los cristales rotos; aunque sin llegar a los niveles de "48 horas más", donde establece un récord al respecto todavía no superado.
Si bien "Forajidos de leyenda" logra recrear con éxito la estética de Peckinpah, no muestra el mismo acierto a la hora de exponer el peculiarísimo "pathos" que impregna las películas de éste. Walter Hill no va más allá de esbozar una mera caricatura de los héroes desencantados que transitan las películas de su maestro. No es menos cierto que algunos integrantes del curioso reparto familiar no están a la altura de los personajes que les tocan en suerte- concretamente los hermanos Keach, cuya pálida interpretación de los legendarios Jesse y Frank James deja bastante que desear-. No así Randy Quaid- hermano mayor de Dennis, peor provisto de galanura que éste, pero más dotado en cuanto a talento- y, sobretodo, David Carradine, cuyo Cole Younger, carismático perdedor, sí es puro Peckinpah. James Keach, pobre de él, no resiste un solo plano compartido con Carradine, ni siquiera dejándose crecer la barba.
Carorpar
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