Un relato biográfico, convincente, detallista, que no deja pasar ni un resquicio de una de las personalidades más atractivas y reivindicativas que ha dado el siglo XX, tanto por su inalterable espíritu de lucha como por sus controvertidas opiniones... dos caras de una misma persona que el filme sabe reflejar a la perfección y que desgranan a este personaje de una forma excelente ayudado claro está por la magnífica interpretación de Denzel Whasington. La forma que tiene Spike Lee de poner al descubierto la realidad social de una época convulsa, en la que el racismo era todavía un mal por extirpar (El hecho de ver a Obama en la Casa Blanca confirma que al menos ha habido una mejoría en esos temas) y la forma de explicar las tesis políticas de esa facción, de ese ejército ideológico negro, es más que plausible, ya que uno logra desentramar muchas de las incógnitas de la época. Es ante todo un tipo de cine didáctico, con el que se toma una visión amplia de lo que ocurrió en el 'apartheid afroamericano' (una visión partidista claro está) en el que se comprende la repercusión que tuvo Malcolm X y porqué la tuvo y en el que además se disfruta de momentos de tensión, de amor, donde se mastica el drama y donde se puede estar casi cuatro horas viendo una película sin que se haga pesada porque Lee maneja los tiempos narrativos y la dosificación del argumento con buen criterio.