Un viejo televisor y una videocámara permiten conectar con el pasado, con un niño que justo va a presenciar un asesinato. Este thriller español parecía más interesante de lo que resultó. El guión es innecesariamente complicado, todo suena falso, impostado, pero la calidad de la puesta en escena salvan a la historia del desastre total. Se hace larga y pierde sentido después de tanto giro. Una pena que el guión estropee el gran trabajo artístico que hay detrás.