Es verdad que Verónica no es una mala película, y he de reconocer que tiene algunos momentos que me gustaron mucho, pero la bandera pesa demasiado y no veo tantas diferencias con otras películas del género. Sí, desgraciadamente Verónica es otra película de exorcismos y posesiones más, y aunque ese toque patrio le da un punto diferente sería injusto si dijera que me ha gustado lo suficiente como para perdonarle el resto.

Porque la estructura es la misma de siempre, y no aporta realmente nada más allá de ese toque retro con una banda sonora, eso sí, casi de sobresaliente. Verónica tiene entre sus principales valores su contexto, su época y lo que le rodea, pero lo que es la historia y sobre todo su desarrollo dejan indiferente.