Muy motivado por el espíritu de mi niñez, he de decir que disfruté mucho de esta adaptación de la popular serie. Entiendo todas las críticas que le rodean pero lo cierto es que no puedo engañarme a mí mismo. Power Rangers es una película que intenta ser seria/épica pero que acaba tornándose en demasiado infantil, y es que su propia estructura sorprende demasiado.

Tenemos el típico esquema de superhéroes reciente donde las piezas se van situando para ofrecer un clímax potente. Desgraciadamente, lo que le falta a la película son Power Rangers, y es que no es hasta muy pasada la hora cuando los jóvenes consiguen enfundarse el traje, y lo que nos queda es un clímax atropelladísimo donde todo se sucede a una velocidad absurda sin tiempo a digerirlo o disfrutarlo. Todo lo de antes es aceptable, aunque alguna vez patina, pero es ese final tan mal llevado lo que no consigue hacer despegar a una película que me gustó bastante. El reparto está bien, aunque destaca Elizabeth Banks como una rediseñada Rita Repulsa. Los cinco jóvenes apelan al sentimiento original de la serie, y aunque por sí solos no acaban de brillar como grupo es un reparto aceptable.

En definitiva, me gustó mucho más por haberla visto desde los ojos de mi yo pasado que por lo que realmente es. Es aceptable como punto de partida, y repito, disfruté mucho de la parte inicial. Ojalá haya una secuela que pueda pulir un poco más todas las cosas buenas que vi en esta película.