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Voto de Pp Ferrer S:
7
Drama. Romance Kyoji Fujisaki (Mifune), un joven cirujano militar, contrae la sífilis mientras cura a un herido durante la guerra. Acabada la contienda, la enfermedad será motivo de discusión entre el médico y su prometida. Finalmente, él no tendrá más remedio que enfrentarse a un grave dilema: aceptar, en su estado, las responsabilidades de la vida familiar o dedicarse en cuerpo y alma a la medicina. (FILMAFFINITY)
7 de mayo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque la película formalmente sea una perfecta realización como corresponde a un maestro del cine, en cuanto al tema tiene una gran debilidad pues es bastante increíble que un cirujano después de hacerse una herida en el dedo siga operando sin guantes. Así contrae la enfermedad y el guión sigue fallando por la incomprensible obstinación del cirujano por ocultar su enfermedad y la manera como se contagió. Más adelante entenderemos las razones que le llevan al cirujano a ocultar su enfermedad en una escena con su padre, llena de dramatismo y que Kurosawa desdramatiza con un juego de cigarrillos y encendedores. También podríamos entender las razones por las que Kurosawa se decide a realizar este guión con ese fundamento tan débil de la enfermedad si pensamos en que por esos tiempos y seguramente como consecuencia de la guerra, a lo que se hace referencia al principio de la película, en Japón existía un auténtico problema con la sífilis y seguramente esta película quiere contribuir a la concienciación del pueblo japonés. Hay un detalle curioso, como en tantas películas, y que creo que todo el que vea la película en su versión española debe conocer: la auxiliar de enfermería que descubre que el cirujano tiene sífilis en un momento determinado se llama “bailarina” cuando en la versión original se reconoce prostituta. Hay momentos que demuestran la maestría incipiente de Kurosawa y que son indicios de lo que será capaz de hacer con la imagen más tarde para contar una historia. Me refiero en concreto a la forma de utilizar las elípsis, una verja con una planta con flores y esa misma verja con la planta seca, o el que es un momento magnífico, pasando de un vaso que rebosa con el vino que derrama un enfermo borracho, a una lluvia torrencial que anuncia la tormenta de sentimientos que se avecina. Y sobre todo destacar el magnífico trabajo de interpretación por parte de Toshiro Mifune, el cual llega al cine sin pasar por ninguna academia de actores. Kurosawa confió en él desde el principio, se dio cuenta del enorme potencial interpretativo que tenía, y trabajará con él en casi todas sus películas.
Pp Ferrer S
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