-Falla la presentación de la premisa: Es un hombre preocupado por si asaltan su casa y se tira el día mirando las cámaras de seguridad. Esta preocupación aparece como de la nada y se intenta explicar a través de un vídeo de 5 segundos al principio: en la tele sale una reportera hablando con una persona anónima en la calle sobre lo peligroso que se está poniendo todo y esto parece convencer al prota, como si fuera un habitual del programa de Ana Rosa. Quedo con la impresión de haberme perdido algo y esto hace que no me importe lo que ocurra.

-Que la mujer tenga ese enfoque dramático (mucho más que el padre, que se supone que es el paranoico) por la preocupación de la familia y de no saber qué ocurre me parece normal, pero al principio del capítulo dice tan pancha que no tienen nada de valor para robarles, que para qué poner seguridad, que es mucho gasto… y luego se va descubriendo el pedazo chalet con piscina y cancha de tenis que han comprado. No entiendo a esta mujer; casi parece dos personajes distintos.

-Asustar como en los 90 con imágenes de fantasmas en primerísimo plano con ruidos fuertes tipo videoclip ya cansa. Jaume, con “Rec” aún te funcionó y me cagué de miedo, pensé que esta vez renovarías un poco.

- Quizá no pillé bien esto: Si al final el padre dice todo seguro que la gente sale del televisor y está esperándoles con un bate, ¿por qué no se carga el televisor directamente?

-Que en la primera grabación nocturna en la cancha de tenis aparezca la hija como sonámbula (sin llevar mucho metraje), supongo que ayuda a que al final no parezca sacado de la manga que ella se convierte en fantasma pero, por otra parte, se hace demasiado obvio y no hay sorpresa.