El escritor de literatura infantil estadounidense Munro Leaf (1905-1976) escribió en 1935 y publicó en el 36 "El cuento de Ferdinando", ilustrado por su amigo Robert Lawson. Un toro español pacifico que prefiere disfrutar del aroma de las flores a embestir a diestro y siniestro. Este toro algo hippie que prefería el amor a la guerra vio la luz en tiempos convulsos donde el aperitivo de la SGM estaba a punto de comenzar con la guerra incivil española, y a pesar de convertirse en un clásico traducido a más de 60 idiomas, no consiguió que millones de niños y por extensión adultos perecieran fruto de esas otras embestidas menos nobles de otro tipo de animales también menos nobles que se hacen llamar humanos. Así es que no es de extrañar que en países como España y Alemania fuera prohibido y quemado. Claro que en España el hecho de masacrar y torturar, eso sí, "artisticamente" en el mejor de los casos para goce de "entendidos" y zafiamente en el peor para disfrute de mozos y mozas en las fiestas de santos patronos de pueblos que parecen no saber divertirse de otra forma, al animal que se tiene por emblema patrio, siguió y sigue haciendo las delicias de, afortunadamente cada vez menos, aquellos incondicionales de unas bárbaras tradiciones que catalogan de "fiestas" y de "nacionales".
Y una vez rota una lanza, a ser posible de picadores y "toros de la vega varios" en favor de tan hermoso animal que deberíamos tener en palmitas, digamos que Walt Disney hizo un corto, "Ferdinando el Toro" (Dick Rickard / 1938) sobre el cuento de Leaf, que se llevó el Oscar. Una variante de la historia fue "El niño y el toro" (El Bravo / The brave one / Inving Raper / 1950) coproducción mexico estadounidense en el que Dalton Trumbo participó en el guión que se llevó también el Oscar.
Pero las historias de toros bravos que conviven pacíficamente con humanos no son exclusivas de la ficción. El toro salmantino Civilón, fue un toro pacífico criado por una familia que fue indultado en la plaza Monumental de Barcelona dos días antes del nefasto 18 de Julio del 36. No sabemos si su historia, ampliamente difundida pudo inspirar el cuento de Leaf.  Otros casos recientes son "Machote" en una finca de Granada en el 2009 o el toro de Cristophe Thomas cuyo video colgado en YouTube recomiendo.
El director brasileño Carlos Saldanha habitual de la productora Blue Sky ("Robots" y las sagas de "Ice Age" y "Rio"), nos regala una preciosa media hora inicial antes de claudicar a los estándares y clichés habituales en la animación de última generación USA con alocadas persecuciones, bailes variopintos y humor surrealista que si bien divierten y entretienen ponen distancia con la magia y la poesía que encierra este bello cuento, ejemplo universal de que los animales son compañeros de un viaje común que debemos compartir aunque solo sea por puro egoísmo dado que su extinción indiscriminada, inhumana y absurda que venimos realizando conlleva también la nuestra.

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