Bien está lo que bien acaba (aunque nunca se sabe…). En cualquier caso esta trilogía basada libremente en la franquicia de libros infantiles (12 hasta ahora) de la inglesa Cressida Cowell (1966) siempre voló muy alto como sus dragones, de la mano de Dreamworks. Cada una de las entregas fue distribuida por un estudio diferente: Paramount, 20th Century Fox y Universal. Ninguna tuvo que arrepentirse de ello. Estos simpáticos vikingos y sus dragones nos han acompañado una década bajo la batuta del director y animador canadiense Dean DeBlois que también participa como guionista. DeBlois se ha entregado en cuerpo y alma a esta trilogía casi en exclusiva que ahora remata con un buen sabor de boca (impresionante en IMAX) para el recuerdo y la posteridad. Desdentado un Furia Nocturna, Hipo y sus amigos y enemigos nos han enseñado a superar la adversidades, mientras que nos divertían con sus aventuras. El desarrollo de esta última entrega deja un mensaje animalista impagable. El ser humano no se merece el amor y la lealtad de los animales hasta que comprenda que no somos sus amos sino sus compañeros y en todo caso responsables en la medida de nuestra supuesta mayor evolución.

Cuando lo entendamos, volveremos a volar con los dragones en nuestros sueños de paz, convivencia y libertad con el planeta que habitamos.

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