Seis parejas, después de varios años de " plácido" matrimonio, descubren que el juez de paz que los casó, no estaba autorizado para ello, por lo tanto, su matrimonio no es legal.
Simpatiquísima comedia de episodios, donde nos introducirán en la vida de estas parejas, a las que la vida da una segunda oportunidad.
Como toda película de estas características, unos episodios son mejores que otros, pero no cabe duda que toda la película en general mantiene un tono y ritmo muy regular, con muy buenas interpretaciones y personajes muy bien definidos cada uno de ellos con una casuística muy especial.
Cabe señalar que los episodios que mejor funcionan son, precisamente, los más mordaces con respecto a la situación de las parejas " desgastadas", no en vano, los mejores comediantes están ahí.
Algunas escenas son desternillantes y nos van a resultar muy, muy, cercanas.
Lo malo es que esta película se pliega mucho al " happy end" para no echar por tierra la sagrada institución.
La censura de la época planea sobre todo el film, impidiendo que se lance a fondo para otorgar un " touché" que la derribe del todo.
Posteriormente hemos visto muchas películas y series sobre este mismo tema, ya libre de las restricciones que se le imponen a este film, pero aquí tenemos varios magníficos ejemplos, muy bien llevados, que nos van a otorgar muchas sonrisas y no poco placer.
Los diálogos son muy buenos. No se los pierdan.
Por último señalar que me parece una pena la poca fe que tenían los realizadores con Marilyn Monroe.
Todo el mundo señala que no era buena actriz, pero yo sigo diciendo que Howard Hawks, Billy Wilder y Jean Negulesco, supieron sacar un excelente partido de ella descubriendo una vis cómica en su ingenuo personaje.
Aquí no ocurre nada de eso. Monroe actúa de florero, como casi siempre, para lucir palmito. Una pena.
Pero fíjense en Ginger Rogers, James Gleason, Zsa Zsa Gabor y todos los demás. Son acojonantes.
Muy, muy disfrutable.