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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Comedia. Musical La República Democrática de Freedonia, un pequeño país centroeuropeo, a cuyo frente se encuentra el muy liberal señor Rufus T. Firefly, se ve amenazada por la dictadura de Sylvania, país de vieja y reconocida solvencia como agresor. Dos espías de prestigio, Chicolini y Pinky, sirven a Sylvania, lo que no impide que acaben siendo ministros del ahora ya excelentísimo Firefly. (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta inolvidable, divertida y loca película de los Hermanos Marx, es mejor remedio para el cáncer que 75 quimioterapias. Es más efectiva contra la hipertensión que 100 años tomando propanolol. Y cura con mayor certeza una artritis, que diclofenaco 3 veces al día por 60 años. Y tengo dos razones: una, que la quimio no cura jamás un cáncer, y cualquier fármaco contra la hipertensión o la artritis, es apenas un calmante, pero no cura absolutamente nada, sirviendo sólo para aligerar bolsillos. Y dos, que la risa, al estimular el sistema curativo del cuerpo, despertar el optimismo, y renovar la sensación de que la vida es rico vivirla, se torna de una alta efectividad en la sanación de cualquier tipo de enfermedades.

Lo digo en serio: Los Hermanos Marx, como Keaton, Lloyd, Laurel & Hardy, y todos los grandes comediantes, deberían hacer parte de las videotecas caseras como remedio de primera línea contra las enfermedades tanto psíquicas como físicas. No exageraba Henri Bergson (Premio Nobel de Literatura 1927), cuando decía que “la risa es un remedio infalible”.

“SOPA DE GANSO” es una comedia tan deliciosa como una sopa de pato… siempre que éste no se cocine vivo, con plumas, patas y pico incluido. Aunque yo creo que aquí, el pato que espera una olla, es el intruso Trentino de Sylvania, quien busca ganarse los favores de la genero$$$a señora Tisdale, para apoderarse así de la tierra de Freedonia. Por fortuna, Rufus T. Firefly, un nuevo y diligente gobernante está a cargo, y con sus dos irremediables traidores aliados, buscará que las cosas queden como deben quedar.

Groucho, Harpo, Chico (y Zepo casi invisible en su canto de cisne) logran aquí uno de sus mejores filmes, con segmentos inolvidables, risas aseguradas y hasta con una certera crítica a las ambiciones colonialistas. Por primera vez, los números musicales (breves y llevaderos, aunque no encantadores) están coordinados con la historia y sus letras hacen referencia a lo que sucede. Por fortuna, las canciones fueron escritas, esta vez, por los mismos guionistas.

El resto es una sucesión de magníficas locuras: Groucho, jugando con el lenguaje de una manera envidiable, juega a gobernar entre el falso amor de la bella Vera Marcal y el amor verdadero, pero… de la sra Tisdale. Harpo, estrenando tijeras y cortando todo lo que cuelga o está erguido… bueno, ¡casi todo! Y Chico, sacándole punta a sus víctimas y poniendo lógica donde muchos ni siquiera la percibimos: “Si le encuentran, está perdido”, le dirá alguien. A lo que él responde: “¡Es absurdo, ¿cómo voy a estar perdido si me encuentran?!”

Leo McCarey se apunta otro notable acierto en su deliciosa misión de dirigir a los grandes comediantes.

Título para Latinoamérica: “HÉROES DE OCASIÓN”
Luis Guillermo Cardona
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