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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama. Romance. Comedia Adaptación de tres cuentos del escritor francés Guy de Maupassant que versan sobre el placer: - Un hombre extraño, que asiste a un popular baile de máscaras en París, baila hasta caer extenuado. El médico que lo atiende descubre sorprendido que tras la máscara se oculta un anciano. Cuando lo acompaña a su casa, la esposa le cuenta al médico la triste historia del bailarín. - A Madame Tellier, que regenta un prostíbulo, la invita su ... [+]
3 de septiembre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
220/38(29/06/22) Con motivo del 70 aniversario del estreno de este film (14/02/1952), me lo he visto, que era (tras lo visto) un lunar en mi cinefilia. Y me he encontrado una deliciosa dramedia francesa, muy adelantada a su tiempo, y muy valiente en el tratamiento de los adultos temas, una exploración incisiva sobre el título. Fue la antepenúltima dirección y guión del germano Max Ophüls, que adapta de modo estupendo tres cuentos del normando Guy de Maupassant: "Le Masque" (1889), "La Maison Tellier" (1881), y "Le Modèle" (1883), siendo la segunda la que se lleva la mayor parte del metraje, y las restantes son especie de ‘sujetalibros’ (hubo un cuarto relato, “La Femme de Paul”, pero primero por falta de presupuesto, y al cambiar los productores, estos la censuraron, pues traba el tema tabú del lesbianismo). Pertenece a un grupo de películas que fueron filmadas por Ophüls tras la WWII y su regreso a Francia, entre las que se encontraban además “La Ronde”, “Madame de...” y “Lola Montes”, siendo sus últimas obras como director. Obra imbuida de un sentido poético epicúreo, apoyado en una labor de cámara (hubo dos DP, Philippe Agostini & Christian Matras) sensacional en sus juegos dramáticos de filmación, con una composición de personajes muy humanos y cercanos, enfrascados en situaciones que se mueven con gran equilibrio entre el lirismo, el humor y el drama. Expone la debilidad de la carne, la difusa línea que separan los deseos sexuales del amor de corazón, nos habla de que no siempre la felicidad es alegre. Todo ello con un narrador omnisciente (y testigo ocular) nos guía por los tres relatos, que auscultan nuestra condición natural de buscar el placer, y como puede ser al fugaz.

Tres historias de las que dejan huella por su fuerza, por los sentimientos que proyectan, en la primera nos hablan de aquello del paso lapidario del tiempo y cómo afecta a un antaño galán mujeriego y adúltero consentido; en la segunda confronta el placer de la carne con el de la pureza religiosa, ello con enormes dosis de reflejar el choque entre lo rural como algo puro y las muchachas de ciudad como algo con vicios; y la tercera ahonda en el amor y sus veleidades, lo complicado que es amar y la frágil línea que se cruza cuando el tiempo pasa y caemos en el tedio que desgarra parejas.

Tres historias colocadas no al azar su cronología, puyes se puede ver una progresión clara de la mujer en cada segmento. Desde la primera esposa sumisa e infeliz pareja de un lujurioso tipo, que acepta de buen grado que sea u n promiscuo adúltero; la segunda exposición de la mujer es como un grupo de ellas que son un bien social para contener la testosterona de los machos del pueblo, donde la sororidad es la nota predominante, y donde el hombre está a merced de ellas; Y en la tercera es alguien que por amor es capaz de ir lo hasta el final en su demostración de que nada le importa más que ser amada.

Obra de una brillantez visual sibarita gracias sobre todo a la maestría de los encargados de la cinematografía en glorioso b/n de Philippe Agostini (“Rififi”) & Christian Matras (“La Gran Ilusión”), creando sensaciones emocionales en el espectador con su infinidad de recursos de movimientos de cámara desde planos-secuencia virtuosos, travellings prodigiosos, filmaciones voyeur a través de ventanas, tras columnas, tras árboles, sobre reflejos rotos, giros danzando cual los personajes, con acciones en segundo plano, y todo con un sentido orgánico para hacer sentir.

El film se inicia con un fundido a negro, y oímos la voz de Jean Servais dirigiéndose al público, ejerciendo de alter ego de Maupassant. Narrador en off que dará prólogo a los bloques, así como servirá de coda.

Él primer segmento es “La Máscara”: Un aparente joven dandi (Jean Galland) enmascarado va a un salón de baile adornado, donde encuentra a una mujer joven para que sea su pareja de baile. Cuando se desmaya por el esfuerzo, se llama a un médico (Claude Dauphin), y lo llevan a su casa, un humilde piso donde está su esposa (Gaby Morland); Este relato se inicia de modo electrizante con la llegada de un tipo al baile, su energía y vitalidad son contagiosos, sus movimientos, incluso frenesí al bailar son apoteósicos, la cámara se funde con él hasta hacer al espectador el propio danzarín, con esos giros de cámara al compás del protagonista, emitiendo un éxtasis cuasi-sexual, es la visión del Placer de la vida, del disfrute de la fiesta. Ello hasta que llega el colapso y nos enteramos de la historia tras la máscara. Este tránsito de la idealización de la Felicidad en el baile al contraste de la realidad en el apartamentucho modesto es simbolizado con esa carreta que lo lleva a través de la niebla, cual viaje lóbrego de los Sueños a la cruda realidad. Y nos enteramos que el danzarín es alguien mayor que intenta recuperar lo imposible, volver a la juventud. Tras la tersa piel (falsa) de la máscara, las arrugas de los lapidarios años. Y todo esto nos es narrado por su abnegada esposa de modo comprensivo.

La Maison Tellier: Julia Tellier (Madeleine Renaud), la señora muy respetada de un burdel de un pueblo pequeño, lleva a sus ‘niñas’ de viaje al pueblo de su hermano Joseph (Jean Gabin) para asistir a la Primera Comunión de su sobrina Constance (Jocelyne Jany). Sus clientes habituales se sorprenden cuando descubren que el burdel está cerrado sin explicación ese sábado por la noche; La introducción en la historia es de una sutilidad sibarita en como la cámara se hace la ‘mirona’ y ‘espía’ la casa de lenocinio, ello a través de puertas que se abren, por las ventanas, ascendiendo a otras plantas de modo fluido para seguir mironeando por los cristales, ello con gran sentido armónico, exponiendo un submundo de hombres necesitados de lo que no les dan en sus casas… (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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