39/16(23/02/20) Entretenidilla última entrega de las aventuras del dragón Desdentao y el vikingo Hiccup. Film de acción, aventuras, fantasía, comedia y algo de romance en formato animación por ordenador, basándose libremente en la serie de libros homónimos de la londinense Cressida Cowel, producida por DreamWorks Animation y distribuida por Universal Pictures, secuela de “Cómo entrenar a tu dragón 2” (2014), como esta lo fue de la de “2010”. Escrita y dirigida por el de toda la saga, Dean DeBlois, protagonizada por las voces en protagonista Jay Baruchel, además de America Ferrera, Cate Blanchett, Craig Ferguson y en el rol del villano por F. Murray Abraham. La trama de la película sigue a Hiccup buscando una tierra utópica de dragones. La primera fue la mejor con diferencia, rebosando frescura y originalidad, siendo un relato sobre la amistad de unos niños valientes con otra especie (los dragones) que desafiaban a sus mayores que veían a los dragones como enemigos, donde además se trataba con inteligencia y coraje el tema de las minusvalías; La segunda parte era una historia de maduración, pero se notaba una historia que se auto plagiaba demasiado, solo sabía innovar en atomizar y saturar la estética; esta tercera que me ocupa es una cercamiento a ese paso entre la adolescencia y la adultez, donde se han de tomar decisiones cruciales, donde la pérdida suponen a veces actos de amor. Esto que sobre el papel suena atractivo, una vez visto en la película resulta poco estimulante, donde la originalidad primigenia ha dejado paso a la falta de ideas para seguir avanzando, tanto que toda la acción parece un relleno caótico y sin intensidad alguna, para llegar a su hermoso y enternecedor epilogo. Pero este por sí solo no tapa las carencias narrativas de esta cinta, que se siente cansada en un guión perezoso, donde la inspiración es escasa (siendo benévolo), siendo la capacidad de sorprenderte nula. Tratando temas como el liderazgo, la autoconfianza, los sacrificios por un bien mayor, pero esto abordado de modo superficial, sin poder de emocionarte, se siente liviano. Tampoco es que el romance del protagonista humano con Astrid (América Ferrara) resulte de hondura, más bien por imperativo del guión, aunque contrapuesto a la otra historia de amor exhibida con sentido expresivo silente, con danzas seductoras entre la dragón albina y Toothless, adornadas estas escenas sin palabras por la bella música de John Powell. Tampoco suma la saturación de secundarios que sueltan gags sin gracia alguna, puro relleno. La trama del enemigo Grimmel (F. Murray Abraham) resulta poco imaginativa, con motivaciones del antagonista simplonas, y al final todo resuelto de modo trivial.

Entre lo bueno está la explosión de color e imaginación al servicio de la animación fantasiosa, gracias al gran Roger Deakins ede consultor visual, con ese pueblo vikingo del inicio, con viviendas para ellos y en alto para los dragones, un enjambre de cromatismo sofocante, sustentado en tomas aéreas vertiginosas, donde los vuelos son filmados de forma excelente. Recaudó más de $ 522 millones en todo el mundo, quinta película animada de mayor recaudación de 2019, ganando más de mil millones de dólares a nivel mundial la franquicia. En los Oscar fue nominada a Mejor Película Animada, pero perdió ante Toy Story 4.

Tioene un arranque con una escena de rescate de dragones, done Hiccup vemos que ahora lucha contra sus enemigos con una espada ardiendo. Tras esto nos adentramos con la juguetona cámara en la isla nórdica, donde la comunidad vikinga vive al borde de un acantilado en armonía con los dragones, el color y la saturación de elementos parece desbordarán la pantalla, y es que a veces más es menos (magia lírica). Para a continuación desarrollar el núcleo de lo que será la historia, que se torna con la aparición del villano Grimmel en especie de Éxodo, dirigidos por este particular Moisés vikingo, Hiccup, donde lidera a su pueblo a la Tierra Prometida desconocida, huyendo del peligro. Esta ‘Tierra’ cuando la vemos es presentada como un espectáculo épico visual brillante, un paraíso que surcamos a lomos de dragones, este es uno de los mejores momentos del film, gracias al CGI. Junto con las del cortejo danzarín de Desdentao con Light Fury (preciosa animal de color marfil), una poética escena en silencio en la playa, en una mezcla de romanticismo y humor estimable, ello ante los consejos escondidos del particular Cyrano, Hiccup.

Pero como he dicho arriba, la película se polariza en subtramas de secundarios que estorban, y desvían la atención delo que debería ser lo importante, como el arrogante Snotlout (Jonah Hill) y su ‘enfermiza’ obsesión por la viuda Valka (Cate Blanchett), teniendo como rival a Eret (el ‘tronito’ Kit Harington). Tampoco los dilemas morales de Hiccup sobre como sobrellevar su liderazgo con su pueblo me resultan sugerentes, llenos de tópicos, acartonados. Cinta que al ser conclusiva de la saga, parece hecha con la motivación de su emotivo epílogo. Lo que hay antes de esto resulta ameno sin más, pero entre poco y nada a permanecer tiempo en la mente.

La animación, como ya he comentado es digna de la superproducción que es, donde los bosques, cielos, dragones, vikingos, cascadas, cuevas, barcos, el agua del mar, las tormentas, la lluvia, todo resulta hermoso, siendo los zenit los vuelos con los bichos escupe-fuego; Reseñable es la música del inglés John Powell (de la trilogía), con melodías que se amoldan. Destacando el tema escrito y entonado por Jon Thor Birgisson (guitarrista y cantante del grupo islandés Sigur Rós), de resonancias místicas.

En conjunto me queda un film que denota el desgaste de la saga, pero que al menos es amena, y tiene un tramo final entrañable. Fuerza y honor!!!