Media votos
6.5
Votos
5,702
Críticas
5,200
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
6
6.5
2,154
Drama
Alegato antinuclear basado en hechos reales. En 1974, Karen Silkwood (Meryl Streep), trabajadora y sindicalista de una central nuclear de Oklahoma, recoge pruebas e indicios que demuestran la ineficacia de las medidas de seguridad de la planta. Esa actitud la enemistará tanto con sus compañeros de trabajo como con los dirigentes de la central. (FILMAFFINITY)
21 de julio de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
117/01(02/07/16) Interesante film realizado por Mike Nichols, perteneciente el relato a una corriente de crítica social, de explorar las condiciones laborales a que están expuestos los obreros en la inhumana maquinaria del capitalismo, el centro de la historia es una central nuclear, pero podría ser una fábrica de cualquier tipo en que se saltan las medidas de seguridad por codicia. Se basa en la historia real de una sindicalista real, que en los años 70 tomó fama (spoiler), el guión de Norah Ephron ("Cuando Harry encontró a Sally") y Alice Arlen ("El peso del agua"), cuenta con rigor los hechos, relata con gran naturalismo y frescura un microcosmos de personajes marcados a fuego por el entorno geosocial, árido adusto, seco, de casa desperdigados por vastos páramos, donde la silueta de la central nuclear aparece como un monstruo en la inmensidad. Nichols tarda en entrar en el thriller que se convierte el film, se toma su tiempo para desarrollar personajes, en su primer tercio del film se dedica con pulso narrativo fluido a mostrarnos el modo de vida de estas gentes, sus relaciones, su costumbrismo extraño en medio del plutonio, el disfuncional trío que forma una mujer divorciada viviendo con su pareja y una amiga lesbiana, para después adentrarnos en ella turbia investigación en que vira la cinta en el susodicho thriller, este evolucionando de modo sereno, sin grandes giros, jugando con la ambigüedad, queriendo ser fiel a la realidad. Tiene en su gran elenco actoral una enorme baza, destacando una espléndida Meryl Streep en el rol de la carismática protagonista. En su debe cierta sensación de añeja, de anclada en estilo algo apolillado setentero, llegando a hacerse largo el metraje, con situaciones que abundan a lo remasticado, con la trama de las indagaciones de Karen desprovistas de tensión. Tuvo cinco nominaciones al Oscar (guión original, actriz de reparto, actriz principal, director y edición del film).
Karen Silkwood (Meryl Streep) trabaja en una instalación nuclear de Oklahoma, parece ser feliz en su trabajo, aunque en su vida personal sufre por sus tres hijos que están lejos de ella, con su ex. Karen vive con dos compañeros de trabajo, Drew Stephens (Kurt Russell ) y Dolly Pelliker (Cher), el primero con una relación sentimental con ella. Un día tras una radiación accidental, Karen comienza a tomar conciencia del peligro que corre en su trabajo, con lo que toma interés por la seguridad de los obreros, esto le lleva a estar involucrada activamente con sindicalistas. Tendrán importancia en el relato Mace Hurley (Bruce McGill), jefe de Silkwood, Winston (Craig T. Nelson) empleado de la central que pare guardar algún secreto, y el sindicalista Paul Stone (Ron Silver).
Es un retrato de personalidad de una mujer que evoluciona de despreocupada empleada en un trabajo en apariencia seguro pero en realidad muy peligroso, a activista en destapar deficiencias y trampas por mor de ahorrar dinero y ganar más plata, nos habla de cómo esto va a la inversa en sus relaciones domésticas, con amigos y pareja, como esto le causó problemas, un fresco rebosante de naturalidad de una mujer fuerte, segura, autosuficiente, lo hace conmoviendo pero el realizador lo hace sin caer en sensiblerías maniqueas, es el viaje de la inconsciencia laboral a la toma de conciencia laboral contada con buen pulso narrativo. Este alumbramiento a una activista que lo arriesga todo se nos presenta demasiado brusca, sin gradualidad, pasa de cero a diez en nada. La historia se convierte en una denuncia contra los abusos de los poderosos, pero lo hace de modo sutil, sin exponer a los antagonistas de la protagonista Karen como caricaturas de villanos, dejan la duda de si su comportamiento es servil hacia sus “dueños” o creen lo que dicen, no se comportan los de la central como “depredadores”, se les da cancha para dejar dudas en espectador, con lo que se trata al espectador de inteligente, eso es de agradecer. En su debe es que se hace en ciertos tramos densa, reiterativa en lo que cuenta, asimismo parece le cuesta arrancar, con lo que el espectador está un poco perdido al principio, tarda en desatarse la conciencia de Karen.
Meryl Streep está radiante en su papel de Karen, vitalista, alegre, divertida, desinhibida, enérgica, emotiva, impetuosa, cariñosa, extrovertida (maravilloso cuando en la central nuclear le enseña un pecho a un tipo que no deja de mirarla, lo deja a cuadros, dando además a entender su dicharachero carácter), emitiendo un caudal de emociones formidable, con un carisma y personalidad que desbordan la pantalla, con ramalazos de una viscerabilidad desgarradora, haciendo su arco de desarrollo de un modo físico-gestual fenomenal, de la sonrisa permanente en la primera mitad al gesto duro y adusto cuando comienza sus pesquisas y activismo, sumándose además un gran parecido físico a la Silkwood real, un año después de ganar el Oscar a mejor actriz por “La decisión de Sophie” volvió a estar nominada al Oscar. Cher encarna con gran vigor y espontaneidad a la lesbiana Dolly, desplegando fuerza, emociones, sensibilidad y una gran química con Meryl, como premio su nominación al Oscar a actriz de reparto. Kurt Russell cumple con brío como el amante de Karen, tiene una enorme compenetración con ella, emanado entre los dos una gran ternura, ello sin acudir a la sobreactuación, todo muy natural. Bruce McGill interpreta con mesura y contención al rostro de la central nuclear, al brazo ejecutor de la empresa, lo hace con gran sutilidad, sin caer en n simplista estereotipos de villano, se desenvuelve con ambigüedad, sin saberse de qué pie cojea, muy bueno.
Karen Silkwood (Meryl Streep) trabaja en una instalación nuclear de Oklahoma, parece ser feliz en su trabajo, aunque en su vida personal sufre por sus tres hijos que están lejos de ella, con su ex. Karen vive con dos compañeros de trabajo, Drew Stephens (Kurt Russell ) y Dolly Pelliker (Cher), el primero con una relación sentimental con ella. Un día tras una radiación accidental, Karen comienza a tomar conciencia del peligro que corre en su trabajo, con lo que toma interés por la seguridad de los obreros, esto le lleva a estar involucrada activamente con sindicalistas. Tendrán importancia en el relato Mace Hurley (Bruce McGill), jefe de Silkwood, Winston (Craig T. Nelson) empleado de la central que pare guardar algún secreto, y el sindicalista Paul Stone (Ron Silver).
Es un retrato de personalidad de una mujer que evoluciona de despreocupada empleada en un trabajo en apariencia seguro pero en realidad muy peligroso, a activista en destapar deficiencias y trampas por mor de ahorrar dinero y ganar más plata, nos habla de cómo esto va a la inversa en sus relaciones domésticas, con amigos y pareja, como esto le causó problemas, un fresco rebosante de naturalidad de una mujer fuerte, segura, autosuficiente, lo hace conmoviendo pero el realizador lo hace sin caer en sensiblerías maniqueas, es el viaje de la inconsciencia laboral a la toma de conciencia laboral contada con buen pulso narrativo. Este alumbramiento a una activista que lo arriesga todo se nos presenta demasiado brusca, sin gradualidad, pasa de cero a diez en nada. La historia se convierte en una denuncia contra los abusos de los poderosos, pero lo hace de modo sutil, sin exponer a los antagonistas de la protagonista Karen como caricaturas de villanos, dejan la duda de si su comportamiento es servil hacia sus “dueños” o creen lo que dicen, no se comportan los de la central como “depredadores”, se les da cancha para dejar dudas en espectador, con lo que se trata al espectador de inteligente, eso es de agradecer. En su debe es que se hace en ciertos tramos densa, reiterativa en lo que cuenta, asimismo parece le cuesta arrancar, con lo que el espectador está un poco perdido al principio, tarda en desatarse la conciencia de Karen.
Meryl Streep está radiante en su papel de Karen, vitalista, alegre, divertida, desinhibida, enérgica, emotiva, impetuosa, cariñosa, extrovertida (maravilloso cuando en la central nuclear le enseña un pecho a un tipo que no deja de mirarla, lo deja a cuadros, dando además a entender su dicharachero carácter), emitiendo un caudal de emociones formidable, con un carisma y personalidad que desbordan la pantalla, con ramalazos de una viscerabilidad desgarradora, haciendo su arco de desarrollo de un modo físico-gestual fenomenal, de la sonrisa permanente en la primera mitad al gesto duro y adusto cuando comienza sus pesquisas y activismo, sumándose además un gran parecido físico a la Silkwood real, un año después de ganar el Oscar a mejor actriz por “La decisión de Sophie” volvió a estar nominada al Oscar. Cher encarna con gran vigor y espontaneidad a la lesbiana Dolly, desplegando fuerza, emociones, sensibilidad y una gran química con Meryl, como premio su nominación al Oscar a actriz de reparto. Kurt Russell cumple con brío como el amante de Karen, tiene una enorme compenetración con ella, emanado entre los dos una gran ternura, ello sin acudir a la sobreactuación, todo muy natural. Bruce McGill interpreta con mesura y contención al rostro de la central nuclear, al brazo ejecutor de la empresa, lo hace con gran sutilidad, sin caer en n simplista estereotipos de villano, se desenvuelve con ambigüedad, sin saberse de qué pie cojea, muy bueno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La puesta en escena rezuma naturalismo, con un tono de cuasi-documental, con un fenomenal diseño de producción de Patrizia Von Brandenstein (“Amadeus” o “El escándalo Larry Flint”), filmándose en en Albuquerque y Los Álamos en Nuevo México y Dallas, Howe, Texas City, y Tom Bean en Texas, que con la estupenda fotografía del checo Miroslav Ondricek ("Hair" o "Amadeus"), establece en su tonalidad seca, agreste, árida, el tono adusto del relato contrastando los paisajes de la naturaleza de vastas llanuras con el “ogro” que es la central nuclear, emitiendo un mundo gris, triste, con secuencias largas a cámara fija que dan frescura de ritmo, dejando en su sencillez la cámara expresarse a los personajes, que son lo importante. Todo esto adornado por la música del galo Georges Delerue (“El conformista” o “Platoon”), de reminiscencias folk del sur USA, con mucho banjo, con orquesta de cuerdas de acompañamiento dramático suave, destacar dos temas (escrito por el propio Delerue), “Pretty Little horses” (escrito por el propio Delerue), cantado por Cher y Meryl Streep, y “Amazing Grace”(escrito por John Newton) cantado por Streep.
Spoiler:
Historia inspirada en la vida real de la activista sindical Karen Silkwood, una trabajadora en una central nuclear, Kerr-McGee en Oklahoma, murió (13-11-1974) en sospechoso accidente de coche mientras investigaba presuntas irregularidades en la Kerr-McGee. Encontró muchos ejemplos de abusos de las empresas, incluidos empleados habían sido contaminados con plutonio, testificó sobre presunta negligencia de Kerr-McGee ante la Comisión de Energía Atómica. Unos meses más tarde, Silkwood fue contaminada inexplicablemente con niveles anormalmente altos de plutonio, se sospecha se plantó en su ropa y en interior de su casa por Kerr-McGee, incluso se especuló con que fue la propia Karen la que se autocontaminó radiactivamente para perjudicar a la central nuclear. Ella recopiló evidencias en contra de su jefe, murió en el mencionado misterioso accidente de auto, conduciendo de después de reunión del sindicato en 1974, la carpeta que contenía pruebas contra Kerr-McGee que tenía con ella cuando salió de la reunión, no se encontró en el coche, hay quien especula que pudo haber sido empujada fuera de la carretera a la fuerza, otros que simplemente se quedó dormida debido a la ingesta de tranquilizantes y analgésicos. La planta de Oklahoma cerró un año después de su trágica muerte. En 1979 hubo una victoriosa demanda, Silkwood v. Kerr-McGee, dirigido por abogado Daniel Sheehan, pero por la contaminación de Karen,el jurado emitió un veredicto de $ 10 millones en daños y perjuicios a ser pagados a los herederos de Karen, sus hijos, la cantidad más grande por daños habia sido otorgada hasta ese momento. Los hijos finalmente se conformaron con $ 1,3 millones.
Recomendable a los que gusten de grandes interpretaciones, en este caso de una mujer real que fue una valiente al enfrentarse contra todopoderosos, sumado a denuncias de abusos a los trabajadores. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
Historia inspirada en la vida real de la activista sindical Karen Silkwood, una trabajadora en una central nuclear, Kerr-McGee en Oklahoma, murió (13-11-1974) en sospechoso accidente de coche mientras investigaba presuntas irregularidades en la Kerr-McGee. Encontró muchos ejemplos de abusos de las empresas, incluidos empleados habían sido contaminados con plutonio, testificó sobre presunta negligencia de Kerr-McGee ante la Comisión de Energía Atómica. Unos meses más tarde, Silkwood fue contaminada inexplicablemente con niveles anormalmente altos de plutonio, se sospecha se plantó en su ropa y en interior de su casa por Kerr-McGee, incluso se especuló con que fue la propia Karen la que se autocontaminó radiactivamente para perjudicar a la central nuclear. Ella recopiló evidencias en contra de su jefe, murió en el mencionado misterioso accidente de auto, conduciendo de después de reunión del sindicato en 1974, la carpeta que contenía pruebas contra Kerr-McGee que tenía con ella cuando salió de la reunión, no se encontró en el coche, hay quien especula que pudo haber sido empujada fuera de la carretera a la fuerza, otros que simplemente se quedó dormida debido a la ingesta de tranquilizantes y analgésicos. La planta de Oklahoma cerró un año después de su trágica muerte. En 1979 hubo una victoriosa demanda, Silkwood v. Kerr-McGee, dirigido por abogado Daniel Sheehan, pero por la contaminación de Karen,el jurado emitió un veredicto de $ 10 millones en daños y perjuicios a ser pagados a los herederos de Karen, sus hijos, la cantidad más grande por daños habia sido otorgada hasta ese momento. Los hijos finalmente se conformaron con $ 1,3 millones.
Recomendable a los que gusten de grandes interpretaciones, en este caso de una mujer real que fue una valiente al enfrentarse contra todopoderosos, sumado a denuncias de abusos a los trabajadores. Fuerza y honor!!!