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Voto de Tomdoniphon:
8
6.7
48,709
Bélico. Drama
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). La batalla de Iwo Jima (1945), el episodio más cruento de la guerra del Pacífico, quedó inmortalizada en la foto de unos soldados que izaban una bandera norteamericana. El objetivo de esta batalla era la toma de un islote insignificante, pero de gran valor estratégico, pues desde allí los japoneses defendían su territorio. En la contienda cayeron más de 20.000 japoneses y 7.000 estadounidenses. ... [+]
10 de febrero de 2007
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clint, como siempre, bien. "Banderas de nuestros padres" es una película sólida, que va marcando su territorio poco a poco, hasta ganar al espectador y convertirse en algo muy diferente de lo que al principio prometía.
La batalla es pura dinamita. Está filmada con maestría y logra transmitir toda la brutalidad y espectacularidad de la guerra. Pero no es lo mejor de la película. Lo mejor es la carga de profundidad que ésta encierra dentro.
Clint domina los hilos de la trama, dosifica los momentos, maneja hábilmente los planos, los rostros, las palabras, y logra construir una historia plena de vida y contradicciones. Como esa guerra de la que habla.
Como el mejor Ford, encierra muchos puntos de vista en su historia, voces distintas, opuestas incluso, y logra que exploten todas juntas dentro del espectador. Aristas. Contra la dictadura de lo fácil, relieve en un mundo que algunos intentan que sea cada vez más plano. Una excelente película bélica que desnuda las miserias y contradicciones de la guerra. Una gran historia acerca de como los principios, la verdad, la libertad y la personalidad individual, pueden ser sacrificados en el altar de los sacrosantos intereses de la Patria. Y sin embargo, o quizá por eso, profundamente patriótica a su manera.
La batalla es pura dinamita. Está filmada con maestría y logra transmitir toda la brutalidad y espectacularidad de la guerra. Pero no es lo mejor de la película. Lo mejor es la carga de profundidad que ésta encierra dentro.
Clint domina los hilos de la trama, dosifica los momentos, maneja hábilmente los planos, los rostros, las palabras, y logra construir una historia plena de vida y contradicciones. Como esa guerra de la que habla.
Como el mejor Ford, encierra muchos puntos de vista en su historia, voces distintas, opuestas incluso, y logra que exploten todas juntas dentro del espectador. Aristas. Contra la dictadura de lo fácil, relieve en un mundo que algunos intentan que sea cada vez más plano. Una excelente película bélica que desnuda las miserias y contradicciones de la guerra. Una gran historia acerca de como los principios, la verdad, la libertad y la personalidad individual, pueden ser sacrificados en el altar de los sacrosantos intereses de la Patria. Y sin embargo, o quizá por eso, profundamente patriótica a su manera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Impresiona esa anécdota del cambio de una bandera por el capricho de un superior, transformada por la imprevisibilidad de la guerra en símbolo de heroicidad (falsa) y extraño catalizador del sentimiento patriótico (y en este caso bélico) de todo un pueblo. Impresiona ese grupo de antihéroes convertidos en héroes por el simple hecho de que la función debe continuar y hay que ganar como sea. "Imprime la leyenda".
Conmueve ese grupo de muchachos ingenuos, inocentes, carne de cañón como la que hoy muere (y mata) en Irak -en una guerra cien mil veces más criminal e injusta todavía- intentando llevar sobre sus hombros el peso de la heroicidad que los dioses del Estado Mayor y el destino les han otorgado. Estremece ver como se rompen.
El indio, convertido en símbolo a su pesar y contra su naturaleza. Ilíada autodestructiva. El peso, abrumador, de aquello que, enfrentado a las grandes palabras: La Guerra, La Patria, La Historia; se supone que deben ser pequeñas cosas. Mentiras piadosas. Pecados veniales. Combustible para las grandes causas y los motivos de estado. ¡Y sin embargo...pesan!
El dolor por los auténticos "héroes" olvidados, muertos, desaparecidos de la foto falsa que se convierte en leyenda. El dolor de las madres, de todas las madres pero especialmente de esa que se agarra al fantasma de su hijo muerto intuido en la foto (y hasta esa sombra se le desvanece). Ese dolor callado, que cala hasta los huesos, de la traición a uno mismo que siempre significa intentar ser lo que no eres. Impresiona como duelen.
Conmueve ese grupo de muchachos ingenuos, inocentes, carne de cañón como la que hoy muere (y mata) en Irak -en una guerra cien mil veces más criminal e injusta todavía- intentando llevar sobre sus hombros el peso de la heroicidad que los dioses del Estado Mayor y el destino les han otorgado. Estremece ver como se rompen.
El indio, convertido en símbolo a su pesar y contra su naturaleza. Ilíada autodestructiva. El peso, abrumador, de aquello que, enfrentado a las grandes palabras: La Guerra, La Patria, La Historia; se supone que deben ser pequeñas cosas. Mentiras piadosas. Pecados veniales. Combustible para las grandes causas y los motivos de estado. ¡Y sin embargo...pesan!
El dolor por los auténticos "héroes" olvidados, muertos, desaparecidos de la foto falsa que se convierte en leyenda. El dolor de las madres, de todas las madres pero especialmente de esa que se agarra al fantasma de su hijo muerto intuido en la foto (y hasta esa sombra se le desvanece). Ese dolor callado, que cala hasta los huesos, de la traición a uno mismo que siempre significa intentar ser lo que no eres. Impresiona como duelen.