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Los hijos de la calle

Drama Durante los años 60, la iglesia de los Santos Ángeles y su escuela eran el centro de la "Cocina del Infierno", un barrio marginal de Nueva York. Allí podían refugiarse los niños marginados. John, Lorenzo, Michael y Tommy son cuatro amigos que tratan de sobrevivir en el barrio, y cuya única guía moral es el padre Robert Carillo, un tipo criado en las calles que intenta que no se desvíen del buen camino. Sin embargo, tras una fechoría ... [+]
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Críticas 90
Críticas ordenadas por utilidad
15 de octubre de 2007
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dentro de la generalmente anodina filmografía de Barry Levinson observamos que siempre le ocurre lo mismo: tiene grandes historias que contar, pero siempre se queda a medias, no se implica, no se tira a la piscina, obteniendo como resultado correctos y fríos entretenimientos comerciales que se ven con facilidad pero pasan al olvido. Ocurría esto con, por ejemplo, Acoso, Esfera, Bandits o incluso Rain Man.
Sleepers es la excepción que confirma – o no – la regla. De imparable éxito comercial y crítico en su momento, Sleepers nos cuenta una historia cuasi bíblica de venganza, una tragedia de resonancias clásicas sobre la amistad masculina, y un verdadero espectáculo cinematográfico en cuanto a la importancia de su historia y en la manera de contarla. Sin salirse de unos patrones clásicos (o comerciales y convencionales, según se mire), Levinson narra la historia de cuatro jóvenes cuya pérdida de la inocencia (preservada aún en un barrio tan difícil como Hellskitchen) llega a base de golpes que dañan su integridad como personas pero sobre todo el devenir posterior de sus vidas. Sleepers es una película esencialmente trágica, por ello sus personajes viven marcados por un estigma de un pasado del que no hablan pero no les abandona. Un hecho de un segundo desencadena unos acontecimientos que les persiguen allá donde van, pese a que cada uno de ellos lo encare de una forma diferente. Pero el peso de la historia se condensa con esa rabia contenida que desemboca en una venganza que calmará su sed pero no redimirá sus almas. Todos los seres que pululan por esta gran historia llevan ese desgarro en el alma que se transmite en unas imágenes de una fuerza brutal gracias a la apasionada cámara de Levinson, que sabe captar ambientes y dotar de un lirismo o tenebrismo excepcionales, pero sobre todo a ese inigualable reparto cuyos intérpretes aparecen con toda esa historia tras sus ojos, los cuatro jóvenes que dan vida a los protagonistas viven una auténtica transformación en su ser, Bacon da su más detestable composición, las escenas de Gassmann y DeNiro tienen aroma a clásico, Hoffman borda una de esas miméticas interpretaciones que tan bien se le dan como abogado alcohólico, Pitt es el que mejor presenta los antecedentes de su personaje con una sencilla pero espléndida caracterización que le fue quitando la coletilla de niño mono, y Patrick consigue que no nos aburramos cuando está en pantalla, algo que no ha vuelto a suceder… son muchas de las cosas que hacen de Sleepers una experiencia única, una gran película de los noventa.
jaly
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16 de octubre de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente película del irregular Barry Levinson. Dramática, dura, con unas interpretaciones magníficas y un reparto no menos magnífico, asoma la cabeza por encima de las películas del género de juicios, abogados y otras hierbas.

Un guión bien escrito y desarrollado, basado en una obra literaria polémica, nos muestra con crudeza la historia de unos jóvenes cuyas vidas cambian irremediablemente después de una travesura que acaba en tragedia. La reclusión de los chavales en el reformatorio es mostrada de forma quizás un tanto exagerada pero muy crítica, a pesar de que al final de la película nos aclaran que en los reformatorios de los Estados Unidos no se aplican los procedimientos vistos en el filme.
Esa reclusión, llena de torturas y abusos, no sólo les cambiará la vida, sino que les marcará de tal manera que les provocará una sed de venganza saciada de varias formas que no voy a contar aquí, por supuesto...
Todo el filme es una crítica al sistema legal estadounidense, burlándose de sus jueces y, sobre todo, de sus abogados defensores. Una vez acabada la película es inevitable pensar cómo un abogado inútil y borracho (magníficamente representado por Dustin Hoffman, el actor fetiche de Levinson) es capaz de defender y ganar un juicio tan claro, aunque estuviera todo preparado de antemano. Una forma de engañar al juez y al jurado bastante inocente, pero por lo visto así son muchos de los juicios que se producen no sólo en los USA sino en toda la sociedad occidental.

Las escenas se suceden de forma bastante lineal, mezclando flashbacks coherentes con el momento. Raro, muy raro en el cine de Levinson. Por otra parte, el lujoso elenco de actores da el toque dramático necesario, destacando un cruel Kevin Bacon y un brillante Dustin Hoffman. Robert De Niro se queda en el camino con su interpretación de un cura algo macarra.

En definitiva, buenos actores, buena historia, buena dirección; se deja ver bastante bien. Y para los que quieran detalles del final, al spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Richy
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4 de enero de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En muchos casos, cuando se juntan muchas estrellas, éstas eclipsan por completo la historia y la película. No es el caso: estamos ante un buen ejemplo de un enorme reparto al servicio de una buena historia, que el director acaba convirtiendo en una dramática y convincente película. Catalogarla dentro de un género es difícil, ya que la película está estructurada en dos partes claramente diferenciadas, pero yo lo considero un buen thriller con tintes carcelarios y judiciales. La primera parte creo que es superior a la segunda, donde los acontecimientos se suceden de un forma un tanto precipitada.
Muy recomendable a pesar del excesivo metraje.
LUISMA
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5 de mayo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Menudo peliculón.

Muy de vez en cuando te sientas en el sofá y consigues ver una película que te cala hondo. Puedes entretenerte, disfrutar en mayor o menor medida, viajar en el espacio y en el tiempo, llorar, reír, reír hasta reventar...y esto es precisamente la magia del cine y es por eso que lo adoro. Pero muy pocas veces te pones enfrente del televisor y esa película que estás viendo te da algo más, algo diferente y especial. Estas son las mejores, las que elevan el cine a condición de arte, las que recuerdas, las que quieres y las que están unos cuantos paso más allá del resto.

Sleepers, para mí, es una de esas películas.

Como cinéfilo empedernido que soy, lo que no consiste en más que tirarme 2 horas delante del televisor, veo varias veces cada película, y las que más me gustan más veces las veo. Después de un tiempo considerable, calculo que unos dos años sin ver Sleepers, me otorgue a mí mismo el placer de volver a verla.

Y volví a disfrutar. Volví a ver esta dramática historia, la miserable existencia de los cuatro protagonistas, volví a maravillarme con su amistad y a sentir la desgracia de Hell's Kitchen. Una primera media hora perfecta, con una introducción, una voz en off y una banda sonora brillantes.

El guión es buenísimo. Sleepers trata de cuatro amigos inseparables criados en las calles de Hell's Kitchen (Nueva York) que comparten los problemas propios del lugar. De la noche a la mañana una tragedia marca el rumbo de sus vidas de la forma que menos cabía imaginar.

Bien, esta película tiene dos partes clarísimamente diferenciadas; los protagonistas como niños y los protagonistas como adultos. Y clarísimamente la primera parte, la de los niños, le da mil millones de vueltas a la segunda. Tanto es así que es esta primera parte la que causa esta diferenciación de la película, pues si el nivel del conjunto fuera como el de la segunda parte Sleepers se quedaría en una película aceptable del montón.

En cuanto a los personajes y las interpretaciones quiero resaltar por encima del resto a dos: Robert De Niro y Kevin Bacon. Y sobre todo al segundo de estos.
El personaje de De Niro representa el lado bueno del hombre, el que está ahí pase lo que pase, el que se ha curado a sí mismo y el que trata las personas como personas, con independencia de clase o posición social. Es el que te ayuda, el que te protege. Tú ves Sleepers y lo quieres y deseas que haya más personas así y De Niro lo hace francamente bien.

Por otro lado tenemos el personaje de Kevin Bacon que representa el lado malo, siendo capaz de hacer las cosas más horribles y despreciables que se puedan imaginar. Ves la película y lo odias, lo detestas, le deseas lo peor. Y Kevin Bacon da vida al personaje de manera magistral. Este tío se merece todas mis alabanzas pues no tiene reparos en coger personajes arriesgados y sacar adelante papeles muy controvertidos. Lo demuestra aquí, desde una posición más fácil pues se limita a ser "el malo", y lo demuestra sobre todo con esa magnífica película llamada "El leñador", donde interpreta a un pederasta desde un punto de vista humano, tratando la problemática como una enfermedad desgarradora y dominante, siendo él un hombre que intenta apartarse de esa a vida y seguir adelante.

No voy a entrar a analizar cómo nuestra infancia y adolescencia marcan nuestra vida, ni cómo las oportunidades que tengas, el sitio en el que vivas y el apellido que tengas determinan tu futuro. Es de sobra sabido que hay quien nace con la vida resuelta, quienes al menos tienen oportunidades y quienes son carne de cañón. ¿Son, estos últimos, culpables?.

Este revisionado de Sleepers trajo a mi memoria un caso reciente (de hace muy pocos años) destapado en eeuu (el país de la libertad, las oportunidades y la democracia). Un correccional público situado en cierta ciudad fue adquirido por un millonetis que no sabía dónde cojones meter tanta pasta que le sobraba. Cuanto más interno hubiera en el correccional más beneficio se obtenía, por tanto, al poco tiempo, el número de sentenciados subió como la espuma y a ese correccional fue a acabar todo quisqui joven. ¿Qué pasaba?, que los jueces estaban bien untados y por cada chaval que enviaban allí se llevaban un jugoso incentivo (una especie de comisión). Ah, y se les sentenciaba a, por ejemplo, un año por haber discutido con un amigo en clase, por haberle tirado a un compañero un trozo de filete en el comedor del instituto o por criticar a la profesora en las redes sociales. Ah, y si la sentencia era de un año después se les alargaba sin ningún motivo e igual pasaban dos.

No es lo mismo que lo que sucede en la película. Ya lo sé, no es lo mismo, pero es jugar con la vida de los jóvenes y en este caso con la colaboración de quien debería impartir la justicia.
DaniBalboa
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28 de agosto de 2008
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de esas películas de las que oyes maravillas, una de esas que siempre te llama la atención, que sabes que aunque solo sea por el reparto (¡vaya pedazo de actores!) tiene que ser buenísima y que nunca ves, ya sea porqué no la pillas en la tele, porqué crees que verla después de 12 años ya no mola, porqué en el videoclub hay 100 con mejor pinta,... o por cualquier otro motivo.

Y he de decir, después del visionado, que me ha encantado. Todos los actores rozan la perfección, tanto los niños como los mayores. Kevin Bacon está genial, Dustin Hoffmann como abogado alcohólico y drogadicto esta inmejorable. Y que decir del papel que tiene Robert de Niro, este hombre siempre lo clava todo. Lo que más me ha agradado es que en esta película ningún actor ni papel destaca por encima de los demás. Todos tienen la misma importancia y ninguno queda como protagonista. Si bien es cierto que hay un narrador que representa a uno de ellos, no asume ese rol de "prota" que queda repartido para todo el grupo.

También me ha encantado la ambientación de la época, la fotografía, el mafioso del barrio (¿Vittorio Gassman? no estoy seguro), la representación de la amistad como el lazo más fuerte que ha unido jamás a las personas, la idea de "actualizar" La venganza del conde de Montecristo. El guión de la obra es muy bueno, con unos diálogos vivos y ásperos en algún caso.

Un drama nada desechable y muy recomendable para todo aquél que quiera pasar un par de horas viendo buen cine.
homer
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