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La tormenta de hielo

Drama Noviembre de 1973, New Cannan (Connecticut). La liberación sexual tan de moda ha llegado a los barrios residenciales y ha salpicado a las acomodadas y tradicionales familias americanas, que, de pronto, se aficionan al intercambio de parejas. Ben Hood pretende acostarse con la vecina de enfrente, pero su esposa empieza a estar harta de las mentiras de su marido. En la noche de Acción de Gracias, una serie de acontecimientos lleva a los ... [+]
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Críticas 49
Críticas ordenadas por utilidad
8 de octubre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta mañana en mi ascensor, se han encontrado un señor mayor con una madre y su bebé. Tras quedarse mirándolo fijamente durante un rato, el anciano no ha podido evitar decir: "¡Qué felices son!". Tras sonreír de forma agria, ha añadido "Que aproveche ahora".
De eso va la peli de ayer. De la necesidad que tenemos de volver a los orígenes para ser felices. De lo que definiría Camus como "lo duro que es llegar a ser un hombre".
Quizás no vaya sólo de esto, quizás vaya de muchas más cosas, pero al asistir a esa escena esta mañana en mi ascensor, es el recuerdo que me ha levantado. Todos sus personajes quieren volver a su infancia, quieren volver al punto donde nacen, tienen que volver a la familia. Pueden hacerse más daño cuanto más poder tengan, pueden entrar y salir de la Zona Negativa, pero unos tienden a ella (Elijah Wood) y los más necesitan volver a la familia como punto donde ser niños, donde refugiarse, donde encontrar la protección de la placenta.
Sobre este cordón umbilical, teje Ang Lee una metáfora de la pérdida de valores a la que asistimos al crecer, de la extrema soledad que propone una sociedad abocada a que en la interacción ésta no haga sino aumentarse. Las reflexiones de Lee no pueden ser más pesimistas, la realidad en la que las presenta no puede ser más real. Sus conflictos parecen ser los eternos entre hijos y padres, su enfrentamiento con las mentiras del mundo (Nixon) es el del que descubre que todo era más bonito cuando se veía de lejos, cuando te acercabas a ello.
Para conseguirlo, el binomio de Lee y su guionista-productor Schamus recurren a tratar de acercarnos un mundo tan pesimista mediante una voz en off con la que encontrar empatía, una selección de actores que puedan caer bien aunque los personajes tiendan a caernos mal, unas imágenes tan idílicas como tristes, una metáfora continua en el agua que se vuelve hielo para luego volver a ser agua, en una serie de comportamientos infantiles que nos recuerden lo que fuimos y lo que anhelamos volver a ser. Toda esa mezcla la agita mediante un montaje soberbio que acorta las escenas hasta el límite sin reducir su significado, mediante una música que encuentra la poesía en la tristeza, mediante una fotografía fría que logra que los momentos cálidos se queden en nuestra retina.
Con todo ello, el binomio logra que entendamos cómo los personajes sufren al enfrentarse con el entorno, sufren al crecer, sufren al enfrentarse a sí mismos. Y en ese enfrentamiento, quieren volver a ser niños. Quieren volver a jugar en piscinas vacías, quieren volver a ser llevados a hombros por su padre, quieren volver a dormir en posición fetal, quieren volver a estar rodeados de un agua que no esté helada.
mato
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24 de diciembre de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tormenta de hielo es un excelente retrato de esa burguesía acomodada de los sesenta que pretende ser progre y liberada. En su pequeña burbuja, los personajes trazados por Ang Lee buscan un aliciente vital, sobre todo en el sexo. Pero no caigamos en reduccionismos: La tormenta de hielo es mucho más, es un fresco de una época de avances sociales, de rupturismos, de supuesto progresismo. Ang Lee sabe mostrar, sin ser nunca cáustico, el vacío de las vidas de estos burgueses.
Sobre todo, Lee hace hincapié en la ruptura intergeneracional, en cómo los padres quieren vivir su momento de liberación mientras los hijos asisten estupefactos, perdidos. Las dudas y el caos existencial de los padres recae sobre los hijos de manera casi imperceptible, pero implacable. Ese es, en mi opinión, el gran tema de fondo de La tormenta de hielo.
Sin duda, el punto fuerte de esta película son las interpretaciones. Todos los actores están estupendos, y defienden un guion ajustado, muy eficaz, medido hasta el milímetro para impactar, enternecer o arrancarle una sonrisa al espectador. Es un drama muy accesible, con unos personajes muy reconocibles y una puesta en escena sencilla, sin grandes aspavientos. Gran película.
juanantlopez
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15 de enero de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy americano y tampoco he vivido en los 70 en USA, por eso no diré "magnífico retrato de la burguesía americana de los...." como se les llena la boca a muchos. Así que me limitaré a comentar lo que me parece que he visto. La cosa va de conflictos sexuales, niños, adolescentes,adultos, todos con las hormonas descontroladas que utilizan el alcohol como catalizador de la combustión. Destacar la sublime interpretación....bla bla.....de un jovencísimo.....bla bla.....que había rodado ya (FA)......nacido en (wikipedia) ......bla bla..... y ya sabéis, todos esos datos que están en la ficha de la película en FA, asi que mejor ahorrar palabras. Y ya mi opinion, la película como aproximación al tema de la infidelidad y los problemas con los hijos adolescentes pues se deja ver, pero nada del otro mundo. Los actores están bien tanto los adultos como los churumbeles, Maguire como siempre en su tono alegre flipado como si llevara un par de birras de más. Ricci empezaba a ser apetecible y juega con ello. Frodo bien, es un buen actor. O sea que te vas a entretener con la peli. Joroba ver que esas vidas bastante desahogadas, con bonitas casas, en realidad son infelices por lo que sea que busque cada uno, y todos van como pollos sin cabeza. No me gustó demasiado el cansino tema de Nixon (el Franco de Hollywood) pues parece que los protagonistas son víctimas de la degradación de sus líderes y ellos mismos se dejan atrapar en la misma red. Me gustaría pensar que no era intención del director caer en tan burda demagogia y que más bien fue el precio que tuvo que pagar Lee para ser reconocido en Jolibud. En resumen, es una pelicula amarga que gustará sobre todo a aquellos que odien el capitalismo y lo americano en tiempos de un gobierno republicano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
noise
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30 de abril de 2007
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda adaptacion de la novela de mismo título, en la cuál se narra la decadencia de una socidad aburguesada y autocomplaciente que mira como se desmorona el sueño del verano del amor.
Todo el reparto está es espectacular, pero no puedo dejar de nombrar a Sigourney Weaver AKA Mantis Religiosa.sublime.
irra
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13 de julio de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El realizador de origen taiwanés, Ang Lee se dio a conocer en el mundo del cine con películas que en principio parecen un tanto alejadas de las temáticas que se le pueden suponer a un cineasta oriental. En lugar de eso ha sido el firmante de films como “Sentido y sensibilidad”, y la que nos ocupa, un film que aprovecha una época muy concreta de la historia norteamericana: principios de los 70, para realizar una lúcida y profunda radiografía a su sociedad atacando justamente su base angular: la familia.

La acción se sitúa en New Canaan, Connecticut, justamente en la semana más tradicional del año: la del día de acción de gracias. Sin embargo en esta ocasión, no hay demasiados motivos para la felicidad. Ben Hood (Kevin Kline), mantiene una relación extramatrimonial con su vecina, Janey Carver (Sigourney Weaver); su esposa Elena (Joan Allen), cleptómana como su hija Wendy (Christina Ricci), trata de ingnorar sus sospechas acerca de su marido; Paul (Tobey Maguire), el narrador de la historia, pretende huir de un mundo que siente que no pertenece. Sin embargo, una tormenta de hielo (una clara metáfora sobre la situación que nos describe el director) provocará un cambio radical en sus vidas.

Los Hood y los Carver no son sólo dos prototípicas familias WASP de clase media-alta, que viven creyendo que tienen satisfechas todas sus necesidades. Sus integrantes creen vivir en el mejor de los mundos posibles, ignorando voluntariamente la realidad en que viven, así como los principales cambios que se están produciendo (como la contracultura), escondiéndose en unas vidas vacías.

El film viene a ser como el despertar de un sueño, o una ilusión y su choque con dura realidad. Sin embargo, Ang lee, se dedica unicamente a pasear su mirada por las familias “tipo” norteamericanas pero no toma juicios de valor, apoyado por una puesta escena tan fría como la tormenta que da título al film, y con unas actuaciones excelentes. El film, visto desde la perspectiva de fuera de los Estados Unidos no acaba de enganchar, ya que lo vemos como algo distante, ajeno, e incluso diferente a lo que se puede palpar en Europa. Quizás por eso mismo, el film es demasiado crítico para un norteamericano y muy distante para un europeo. Y eso sin obviar los excelentes valores del film.
manulynk
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