Capitán Fantástico

Me voy a directamente a la zona spoiler. Creo que no voy a hacer spoiler, pero por si acaso se entendiera así.

Es la mejor película que he visto en toda mi vida, ya que refleja ideales y formas de vida que no se representan a diario. Creo que es una película que además de ser entretenida y sólida, da al espectador esperanza, esperanza de una forma de vida diferente a la cotidiana, esperanza al cambio. Y creo que otro punto importante es la importancia de la educación dentro de la casa, tanto para estudios teóricos (a través de los libros) como la enseñanza de los valores, de esta forma reflejando lo tan valiosa e importante que es.
Es perfecta, entretenida, familiar, colorida, tiene toques dramáticos, totalmente maravillosa.
Sin duda queda en 1°lugar en mi lista de películas favoritas que repetiría una y mil veces.

Otras veces os he comentado que el cine, como cualquier arte, está en crisis por culpa de la ideología. Es decir, que se ha convertido en un vehículo para la propaganda política, entendida ésta en un sentido amplio. Sin embargo hoy os voy a hablar de otro asunto bastante relacionado pero que merece una nota aparte. Se trata de la identidad. Antiguamente se suponía que se escribía o se rodaba para todo el mundo, abordando temas, situaciones y problemas universales y atemporales. Ese es el material del que nacen las obras maestras, los clásicos que nunca pasan de moda. Sin embargo ahora eso ya no nos vale. Lo que interesa en estos tiempos es que determinados espectadores, por supuesto los que se engloban en la izquierda genérica o al menos de los que se ha hecho bandera, se sientan representados: identidades sexuales, mujeres, minorías raciales, antisistemas, anticristianos, tercermundistas y otras muchas más. Ese es el objetivo. Entonces, cuando se ha asumido ese principio, ya no importa que una película sea verosímil, creíble, inteligente, honesta con su público o no sectaria, sino que refleje, copio del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, "las mismas creencias, propósitos, deseos, etc., que otra persona", es decir, que el espectador progresista. Este es el nuevo cine/arte.

Teniendo esto en cuenta nos vamos a "Capitain Fantastic", que lo único que pretende es representar, es decir, complacer al espectador que comparta con su director y guionista Matt Ross su postura hippy izquierdista radical. Que sea una parida insostenible, en la vida podrían llegar a tal nivel de eficiencia intelectual y física tirados en el bosque, que no me crea la falta de conflicto interno en la familia o que todo resulte de una idealización pueril, es irrelevante cuando la obra muestra unas posturas avanzadas que harán las delicias de los de su misma cuerda. El progresista se sentirá identificado, reafirmado en sus valores, satisfecho. Por eso es buena y no hay que darle más vueltas. Ahora bien, lo más gracioso de todo, es que aún siendo un mero panfleto con el que echarse incienso, nos explica a la perfección aunque involuntariamente por qué la izquierda nos lleva directamente al totalitarismo. Hay gente que no comprende por qué tantas revoluciones realizadas con las mejores intenciones han acabado en matanzas y hasta genocidios. Pues a todas ellas les invito a que vean "Captain Fantatic". Ben (Viggo Mortensen) y su mujer van de los más liberales, tolerantes y defensores de los derechos humanos del mundo y sin embargo imponen la tiranía más feroz que he visto en años, la que llega hasta el pensamiento.

Las pobres víctimas de estos alucinados, que mezclan muy atinadamente según la tradición norteamericana el socialismo con el darwinismo social y el pensamiento de Nietzsche, vamos que son de una izquierda bastante nazi, algo por otro lado bastante lógico y por ello común, son los hijos. El nivel de control sobre ellos haría las envidias de tiranos como Pol Pot. Por supuesto, la película es totalmente tramposa y la familia se mantiene en paz interna, pero en la vida real, este Ben les daría unas palizas y aplicaría unos castigos brutales para llevarlos "por el buen camino", que es el que él decide. Y ellos a repetir como loros sus enseñanzas, perfectamente adoctrinados. Si entendemos que este colectivo simboliza a una comunidad política liderada por el "sabio" líder supremo, lo mismo que hiciera Stalin o Mao Tse Tung, nos daremos claramente cuenta de que sólo mediante el terror más salvaje se puede mantener esa "utopía". Por eso ha pasado lo que ha pasado en el siglo XX. Porque lejos de la propaganda comunista-rousseauniano, mediante ninguna clase de educación se les puede imponer a las personas la deshumanización bestial que estas ideologías pretenden, la degradación más absoluta que los convierta en meros trozos de carne carentes de cualquier derecho, consideración o resquicio de libertad.

Otro subproducto USA para envenenar la inteligencia de las personas. Como siempre recursos más que suficientes para que parezca que es una película. Quitando algún que otro exterior el resto es vulgar y corriente.
La Dirección es un auténtico plomo, incapaz de narrar la Historia con un mínimo de interés. Parece un telefilm infantil; mezcla de Pili y Mili o la Casa de la Pradera.
La Historia es lo peor; no hay por donde coger un estupidez de esta envergadura. Todo un subproducto intelectual para mentes débiles y crédulas.
Los actores son algo así como Verano Azul pero sin Chanquete. Falsos y exagerados, especialmente Viggo Mortensen; que debía de estar muy necesitado de dinero para hacer esta bazofia.
Resumiendo: no la volvería a ver por nada del mundo.

Coges unos cuantos tópicos, un montón de sitios comunes y una pizca de superficialidad, aliñado todo ello con un poquito de cuento de hadas y el resultado es esta película. Típicos izquierdosos, comunistas, anti-sistema que viven en un mundo irreal, ese es el mensaje trasnochado de la película, tan profunda como la típica frase ¿si eres de izquierdas cómo es que tienes un Iphone? Mi marido salió del cine enfadado e irritado por la manipulación de la película. Por cierto, hay un desnudo integral de Viggo Mortensen por exigencia del guión, totalmente necesario para entender la peli (es ironía)