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Las horas más oscuras

Drama. Bélico Mayo de 1940. Winston Churchill (Gary Oldman) se convierte en primer ministro británico en un momento realmente crucial de la Segunda Guerra Mundial, pues los nazis avanzan imparables conquistando prácticamente la totalidad del continente europeo y amenazando con una invasión a Inglaterra. Churchill deberá entonces explorar la posibilidad de un tratado de paz con Alemania, o ser fiel a sus ideales y luchar por la liberación de Europa. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 117
Críticas ordenadas por utilidad
19 de enero de 2018
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El instante más oscuro”, de entrada, no ha sufrido transformación en su título traducido. Podían haberlo hecho, pero se agradece que no lo hayan manipulado, porque realmente lo que narra precisamente es eso, uno de los momentos más oscuros y preocupantes de la historia británica: el año 1940, durante la Segunda Guerra Mundial. Quizás este género histórico, en la actualidad, sea necesario para “animar” a sus ciudadanos por el hecho del “brexit”, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, lo cual ha generado una división entre sus ciudadanos, creando una gran incertidumbre sobre su futuro pero pretendiendo que no haga mella en el concepto ya conocido del “orgullo británico”.

Personalmente ha supuesto una agradable sorpresa, ya que a mí el cine de Joe Wright no me ha conmovido especialmente y el caso es que “El instante más oscuro” me ha parecido una buena película, difícil de hacer y adulta. En su planificación puede que haya un exceso de planos del rostro del protagonista, pero no suena a egocentrismo del actor si no a un director que le reverencia, y sobre todo, a su magnífico maquillaje. Realmente en este apartado, con el paso de los años, se han obtenido unos avances prodigiosos. También es verdad que Gary Oldman pone hasta el alma en su interpretación, por la que recientemente obtuvo el Globo de oro entre otros galardones, ha sido nominado por la Academia de cine británico y está en espera de ser nominado a los “Oscars”, siendo uno de los favoritos para llevárselo este año. Parece mentira que este extraordinario actor fuese nominado por primera vez al “Oscar” hace muy poco, en la edición de películas de 2011 por “El topo”: “Sid y Nancy”, “Ábrete de orejas”, “J. F. K: Caso abierto”, “Drácula de Bram Stoker”, Romeo Is Bleeding (Doble juego)”… la lista de injusticias por la que ha sido ignorado sería interminable y esta es una oportunidad para enmendar semejante barbaridad. El resto de sus compañeros, como es costumbre en las producciones inglesas que están cuidadas, también es elogiable, desde Kristin Scott Thomas a Stephen Dillane o Ronald Pickup. Puede que Lily James en el rol de Elizabeth Layton, la secretaria, sea la que brille menos, pero no es porque esté mal, si no porque entre tanto peso pesado su juventud es evidente en muchos aspectos.

Dario Marianelli crea una banda sonora que insta a levantar el ritmo en todo momento, sobrando en los momentos más intimistas, quizás porque Wright como director desconfiaba de su propio pulso, sin ser consciente que estaba ante su mejor creación. Prefiero el trabajo musical de Marianelli en “Kubo y las dos cuerdas mágicas”, por ejemplo, pero su trabajo es bueno. Mejor es la labor de Bruno Delbonnel a la fotografía, siempre trabajando con claroscuros y tonos grises, como requería la época retratada, o su vestuario… es decir, nada nuevo en el cine británico, pero siguen siendo estupendos a la hora de recrear ambientes, aunque los “zooms” que arrancan desde los sótanos para acabar casi en la estratosfera evidencian un exceso de digitalización. También es de alabar que en esta producción ya amortizada, su presupuesto de treinta millones de euros no haya sido motivo para no llevarla a cabo. En otros países hubiera sido imposible realizarla, y en el caso de hacerla, más difícil hubiera sido que hubiera llegado a buen puerto.

Eso sí, entre cubrir su vida política y personal parece que casi se les olvida integrar el punto de vista del pueblo, cosa que hacen casi a última hora y no de forma muy acertada, pero al menos lo hacen, ya que era interesante el que lo incluyeran. El final de la película culmina con cierto exceso de triunfalismo, pero creo que en esta ocasión no podía ser de otra forma, sobre todo porque es acorde al poder de convicción popular que en ese momento disfrutaba Winston Churchill. Lo digo porque muchas veces, cuando se cierra un film así, se le acusa de propagandístico y aquí está más que justificado. No conviene confundir ni los conceptos ni las intenciones.
Maggie Smee
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26 de enero de 2018
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
EL INSTANTE MAS OSCURO es un biopic que aborda el primer mes en el poder de WINSTON CHURCHILL , en un momento tan difícil como fue el MAYO de 1940 y todo lo que conllevaba el inminente ataque nazi a GRAN BRETAÑA.
Película histórica que nos muestra los entresijos de los lord ingleses y cómo dichos políticos, son capaces de cualquier cosa por salirse con la suya, todo con malas artes y en especial cómo cuando se tiene poder en política, a veces hay que tomar duras decisiones sacrificando a unos para salvar a otros.

JOE WRIGHT es un especialista en el cine histórico ingles y como casi siempre realiza un interesante trabajo para acercarnos los duros momentos que debió vivir CHURCHILL para contener a sus compañeros y para tomar una de las decisiones más importantes en la segunda guerra mundial que cambiaría la historia. El director opta por contar la historia a través del primer ministro, de su forma de ser, de su poder de oratoria y de su fuerza como político. Una narrativa que trata con virtuosismo, con una gran riqueza de diálogos, con planos oscuros que se mezclan a la perfección con la situación y destacando una excelente ambientación inglesa de dicho tiempo, desde las ropas, la fotografía y como no, pasando por la excelente caracterización de CHURCHILL.

El plato fuerte del film es dicha caracterización y el trabajo que realiza el veterano GARY OLDMAN detrás del estupendo maquillaje. Son muchas las grandísimas actuaciones de este actor pero en esta ocasión roza la perfección acercándonos a un CHURCHILL balbuceante, con su fuerte y especial carácter que sorprenderá a los que no conocen su historia (curioso ver como fumaba y bebía en abundancia desde el punto de la mañana). Gracias a este trabajo ha recibido su segunda nominación al OSCAR (después de EL TOPO)
Junto a OLDMAN , cantidad de actores que le acompañan de manera adecuada pero eclipsados por el poder de el primero. En particular, destaca su joven y bella taquígrafa ELISABETH LAYTON, encarnada por la estupenda LILY JAMES.

En definitiva, EL INSTANTE MÁS OSCURO es una película histórica que nos empuja a adentrarnos en aquellos momentos de la historia, con una muy buena ambientación y un magnífico trabajo de GARY OLDMAN que se pierde dentro del rudo y gran cuerpo de uno de los mejores oradores que ha dado la historia como fue WINSTON CHURCHILL.

Para finalizar, destacar la que para mí es la mejor secuencia de la película, que para no realizar spolier, solo indicaré que en mi humilde opinión, es la que acontece en el metro.Apuntar que el film puede interactuar a la perfección con otro de los estrenos importantes del año como es DURKERQUE. Además, también puede buscarse relación con la excelente EL DISCURSO DEL REY, en la que vemos las vicisitudes del rey JORGE VI y sus relaciones con el propio CHURCHILL.

Ojito para los despistados, que ya he conocido a alguno que confunde EL INSTANTE MAS OSCURO con otro estreno ingles en estas mismas fechas titulado CHURCHILL (a secas) y que narra mas historias del primer ministro pero en una época temporal posterior.
WATUSI
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30 de noviembre de 2021
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dentro de mi ingenuidad había supuesto que el presente trabajo de Joe Wright, que no es un retrato de la vida de Winston Churchill (Gary Oldman), ni de su carrera política, ni siquiera de su labor como primer ministro durante la Segunda Guerra Mundial, sino sobre ese mes antes y después de ocupar el poder, entre el 8 de mayo y el 4 de junio de 1940, iba a estar perfectamente documentado, motivo por el que se basaría en una biografía. En el 2018 salió una de las últimas del personaje, firmada por Andrew Roberts, pero como la película es anterior, del 2017, recurrirá a otra. Tal vez a la de Roy Jenkins, del 2001, que es la que tengo yo en la biblioteca de mi casa.

Pues bien, con esta idea comienzo a ver "El instante más oscuro" y resulta que desde el principio no me suena nada, escena tras escena. No podía ser, todo inventado, todo falso. Más tarde releí el capítulo del libro de Jenkins y efectivamente es así. Pero no hay que ser un lince para percatarse de que escenas como la del viaje en metro son un auténtico pegote falaz para soltarnos el discurso político. En definitiva, Joe Wright se mueve en un contexto histórico ajustado, a fin de cuentas todo es verídico, no hay gazapos groseros salvo un par, pero en cambio las situaciones, el día a día, son ficticias, irreales. Esto admito que me sacaba continuamente de la película.

Ahora bien, cabe preguntarse si es tan grave tomarse tantas licencias, si es obligatorio que un largometraje sea absolutamente fiel a la historia. Quizás la respuesta sea que depende, según para qué. En este caso, Wright retuerce, ignora, fantasea para ofrecer en definitiva un producto más actual, más al gusto del espectador moderno y especialmente norteamericano. Es decir, una americanada. Como algunos dicen esta obra está concebida para cosechar Oscars, Gary Oldman el suyo, que se le merece, pero por contrapartida me sirven un Churchill, una clase política y un país a los que no reconozco. Y de paso nos cuela su ideario progre-populista-democrático.
Reaccionario
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1 de febrero de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de la ausencia de rigor histórico y de su vergonzoso maniqueísmo y espíritu manipulador, no se le puede negar la buena factura a esta película, ni la brillante interpretación de Gary Oldman, secundado por muy buenos compañeros de reparto, como Ben Mendelsohn, Kristin Scott Thomas y Ronald Pickup. La banda sonora es magnífica, la trama tiene buen ritmo y mantiene el interés en todo momento, a pesar de su larga duración. Para mí, todo eso justifica con creces su visionado, aunque no le perdono a Wright el pretendido -que no logrado- chantaje emocional de la escena del metro -por citar la más evidente, aunque no es la única-, ni la descarada manipulación histórica.
MARIANA
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13 de octubre de 2019
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algo parece que no era Churchill es un mojigato, llorón, dubitativo, necesitado de constante refuerzo, pusilánime y dado a repentinos ataques de "campechanidad". Al menos es difícil imaginarse así a un tipo que decidió que Reino Unido debía resistir a la maquinaria de guerra más impresionante hasta la época, que acababa de aplastar Europa. Un tipo que además se enfrentaba a un partido y un país, trufado de filonazis y simpatizantes entre los más influyentes, incluidos miembros de la familia real. No, no me lo imagino así.
Así pues, detrás de una parte técnica más que correcta encontramos a un Churchill que se enfrenta básicamente al desastre de Dunkerque, desastre que no fue más desastre debido a un error del mando alemán que no efectuó la masacre que tenía al alcance de la mano y que hubiese supuesto muy probablemente la capitulación inglesa.
El Churchill de esta película es un hombre muy actual, llora, necesita constante coba y además tiene una personalidad límite. Esto lo conduce desde esos estados anímicos hasta la furia más incontenible, tomando decisiones de lo más importantes al puro arbitrio de sus emociones. Hoy en día se llevan estos personajes, porque si no, la gente no entiende lo que está pasando o le parece poca cosa. Es como el chimpón de las obras de música clásica, para que la gente sepa dónde aplaudir.
La escena del metro es grotesca, irreal, el epítome de estos diálogos cliché tan infantiloides. Pregunta al azar en público y salen al paso un obrero patriótico, un ama de casa concernida, una muchacha empoderada, un niño heroico y un negro ilustrado, los Village People del patriotismo, a los que les cuenta los planes y la situación del país, y nadie se da cuenta de que ES "la situación del país" (y entran en pánico). "Qué harían si nos invadiesen". Todos a una se aprestan a luchar hasta la muerte... Irónicamente, los que no van a morir, políticos y nobles, son los únicos que se oponen a Churchill.
Los diálogos son tan artificiales, y el tono de la película en general tan melífluo e increíble, que resulta un tostón insufrible, aún más después de ver el maravilloso Churchill de John Lithgow en The Crown, el cual si que refleja a la perfección las dudas y los disparates del personaje sin apagar su carácter (serie que le da mil vueltas en todos los sentidos, técnicos, actorales y de guión a esta película)
el_desertor
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