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Crueldad necesaria

Thriller. Drama Texas, 1989. Richard Dane, un tipo corriente, padre de familia, una noche mata en defensa propia a un ladrón que había entrado en su casa. El sheriff de la la ciudad le da la enhorabuena y el caso parece totalmente cerrado; pero el padre del ladrón, un exconvicto con un largo historial delictivo, llega a la ciudad dispuesto a vengar la muerte de su hijo... (FILMAFFINITY)
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
1 de febrero de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tener el privilegio de poder asistir a diferentes festivales de cine te concede en muchas ocasiones la oportunidad de degustar película que por desgracia, no son estrenadas en tu localidad de residencia. Este es el caso de la notable y sorprendente ‘Frío en Julio’ (presentada a competición en Sundance y presente en Sitges y Gijón), película dirigida y coescrita por Jim Mickle (‘Mulberry St.’, ‘Vampiros del hampa’ o la estrenada recientemente también ‘Somos lo que somos’), un prometedor director de fantástico que utiliza en esta ocasión el thriller para firmar su mejor película hasta la fecha y hacerse así un hueco en el sector.

‘Frío en julio’ es la turbadora y sorprendente aventura de Richard (Michael C. Hall), un tipo decente que se dedica a finales de los años 80 al negocio de la enmarcación. Un hombre aburrido y honrado al que la vida le da un giro de 180’ cuando al oír ruidos una noche, descubre a un ladrón en su domicilio. Trágico desenlace mediante, Richard comenzará una odisea insana por la que sufrirá el acoso del padre del joven asaltante (Sam Shepard), un ex convicto recientemente liberado de prisión y que irá trasformando la forma de ser del monótono padre de familia.

La fuente es una novela de 1989 de Joe R. Lansdale, prolífico escritor -y experto en artes marciales- al que Mickle descubrió a través de la cult movie ‘Bubba Ho-Tep’, que adaptaba una plaquette del autor. «Me encantó la película. Y después empecé a tratar de leerlo todo, un gran trabajo. Tiene 30 o 40 novelas. Leí muchas en la universidad. Pero ‘Cold in July’ cayó en mis manos más adelante, tras rodar ‘Mulberry St.’ Enseguida supe que quería convertirlo en una película».

El film se incrusta en tu córtex y eleva tus pulsaciones. Sin duda te das cuenta de que estás paladeando un thriller superior a la media. ‘Frío en Julio’ resulta refrescante y cuidado, con aire pulp ochentero, una película coescrita con Nick Damici que revela la esencia de un cine ya extinto: tenso, ingenioso, perverso y sorprendente. Esa clase de película de las que nos gustaba recrearnos en los años 80 pero que sin embargo cuesta mucho encontrar hoy día en nuestros cines. ‘Frío en Julio’ cuenta con un trío actoral muy compensado y notable. Desde el seriéfilo Michel C. Hall (‘Dexter’), pasando por un recuperado Don Johnson en un personaje que le va como anillo al dedo y sin olvidar al genial Sam Shepard, un grande que nunca se fue.

Muy recomendable film para recuperar en DVD que a la perfecta ambientación de los ochenta (genial el peinado de Michael C. Hall) hay que añadir lo impredecible de la trama y unos acertadísimos cambios de tono que elevan la atención del sorprendido espectador. La banda sonora de Jeff Grace acompaña perfectamente las escenas de acción y tensión. Recuerda en parte al cine surcoreano de ‘The chaser’, ‘Memories of murder’ y ‘Mother’.

Lo mejor: Esos cambios y giros de tono. La tensión que emite.
Lo peor: No me creo cierta evolución del personaje principal.

Valoración:
Banda sonora: 6,75
Fotografía: 7,75
Interpretaciones: 7,5
Guion: 7,75
Dirección: 7,5
Satisfacción: 7,5
NOTA FINAL: 7,5

@hilodeseda - www.habladecine.com
Hilodeseda
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30 de diciembre de 2014
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un tendero asustadizo, un perseguidor implacable y una especie de ranger sureño lleno de chascarrillos. Este es el trío que componen Michael C. Hall -el tendero (A dos metros bajo tierra, Dexter)-, Sam Shepard -el perseguidor (Mud, Elegidos para la gloria)- y Don Johnson -el ranger (Corrupción en Miami, Django Desencadenado)- en Frío en Julio, una historia de violencia y venganza desmedida escrita y dirigida por Jim Mickle, basándose en la novela de Joe R. Lansdale.

Michael C. Hall, Sam Shepard y Don Jonshon encarnan tres personalidades distintas que se complementan unas a otras, moviéndose por la delgada línea de la justicia y el deber. Son los protagonistas de una historia donde la moralidad ha volado por los aires. El título ya en sí es toda una declaración de intenciones. Y es que la frialdad con la que asumen los acontecimientos que se van sucediendo, contrasta con ese ambiente pegajoso y caliente que representan los escenarios del sur de Estados Unidos.

Bajo esta singularidad, la película va avanzando a base de giros y vueltas. Nada es lo que parece y todo cambia. Este rasgo se observa especialmente en la figura de C. Hall, al que Shepard saca de su monótona rutina para adentrarle en un mundo violento y vengativo. Ni más ni menos que el mundo real. Una especie de maestro y aprendiz que, a base de intuición e instinto, llegan a respetarse y congeniar.

No podía faltar en un filme de este estilo ese personaje cómico, casi caricaturesco que alivia de tensión a la trama y que encarna perfectamente Don Johnson. Se mueve como pez en el agua en un rol de estas características y su aparición acelera la evolución del resto del reparto, que se completa con la arquetípica familia Dane -madre e hijo- la incompetente policía local y una mafia brutal y despiadada con la que deben acabar 'Los tres mosqueteros' sureños.

Frío en julio bebe de muchos géneros. Acción, comedia negra, rasgos del western, por supuesto drama... Ese es uno de sus puntos fuerte. Pero es, sin duda, la estética 'ochentera' -es en esta época donde se desarrolla la trama- la que singulariza al trabajo de Jim Mickle. Para más inri, todo ocurre en verano, con el calor sofocando y el polvo de Texas colándose por la nariz del espectador. Y todo ello, con muchas dosis de violencia, el alma de esta película.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Argoderse
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21 de noviembre de 2014
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el yermo terreno del cine independiente norteamericano, se suelen cocinar platos de un gusto exquisito, como destacado espacio de mayor libertad sobre el que poder trabajar sin presiones ni imposturas propias de los grandes estudios.

Bajo esa consigna, el director Jim Mickle ha sabido trasladar su mirada a los clásicos de la década de los 80, época en la que está ambientada la cinta. En ese punto, muchos ven la sombra de John Carpenter o Walter Hill planeando por su metraje, aunque ciertamente, sería muy injusto quedarse solo en esas sutiles pinceladas, que por otra parte no dejan de ser un leve homenaje, seguramente impreso de manera inconsciente en el propio ADN del realizador.

Lo que si está bastante más claro, es que existe un esfuerzo por parte de Mickle para que su criatura respire un aliento propio, los filtros de color que aplica, la huida del paisaje tejano mas desolado, su voluntad contenida, pero al mismo tiempo nerviosa, instalada en sonoros y puntuales estallidos de violencia, la convierten en un destacado ejercicio de estilo que recuerda, por encima de cualquier otra consideración, al debut de Los Hermanos Coen con "Sangre Fácil" (1984), título con el que además comparte localización geográfica.

En el terreno argumental, su arriesgada mezcla de géneros y estilos pueden descolocar al más curtido veterano de este tipo de propuestas, volviendo al terreno de lo culinario, este frío en julio bien parece un filete mal cocinado, carbonizado por fuera y crudo en su interior, pero su espíritu libre alcanzará con furia y convicción a los cinéfilos más Pulp, que como un servidor, encontrarán en su metraje sobrados motivos para la celebración.

De su reparto, contar con un puñado de actores implicados ayuda mucho a intensificar el eco del film, que tiene al televisivo Michael C. Hall - Dexter - como protagonista, bien acompañado por un secundario de lujo como Sam Shepard, y la presencia de Don Johnson, que parece haber encontrado un mejor equilibrio interpretativo con el paso de los años.

La recomendación final, apuesten por este peculiar retro thriller sombrío, incluso para sus desvaríos intencionados hay una buena excusa con la que poder defenderla, sencillamente porque alcanza esa cumbre donde su condición se manifiesta plenamente original, un aspecto con el que conviene siempre estar a favor.


> Lee esta crítica, y muchas más, en Fusion-Freak.com <
alcaide
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4 de enero de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la torpeza instintiva no pretendida a la pretensión voluntaria buscada y querida.
"No, yo soy tu padre" le revela Darth Vader a Luke Skywalker en su legendaria tentación hacia el lado oscuro pero, ¿y si quien está en el lado oscuro es el hijo?, ¿tendría la misma fuerza, contundencia y escalofrío un "yo soy tu padre y he venido a matarte"?, porque en esos términos se mueve una historia sencilla y modesta en sus inicios, intrascendente en un acto defensivo que nadie recrimina/a nadie importa o preocupa excepto al protagonista involuntario, un buen hombre/padre devoto que protege a su familia y que, en su inconsciente pero arduo deseo de saber, va subiendo el calor, la energía, el impacto y frenesí de una historia que bulle con mayor fuerza a cada minuto y movimiento que da, un primer paso de un sólo personaje común y ordinario, vacío en su feliz ignorancia al que se le añade un segundo letal y temeroso, de gran incógnita hasta llegar a un tercero resolutivo de encrucijadas que permitirá poner las cosas en su sitio por duras, esperpénticas y andrajosas que sean y, hacer lo que se ha de hacer, tan simple y complicado como esa sentencia escrita, tan fácil y peligroso como mirar y no participar o tomar cartas en el asunto y decidir la persona que serás a partir de entonces, un señuelo equivocado que resultó no ser el bobalicón taciturno previsto, un detectivo curtido con cuenta pendiente de por vida y, un mal padre en defensa del honor de su desaparecido hijo que se encuentra con la sorpresa de elegir entre la agonizante verdad a resolver o, la infructuosa mentira servida que a todos contenta excepto a la permitida víctima de turno.
Pausada, lenta y accidental en su inicio, fría, punzante y letal en su evolución cuenta con un trío protagonista espléndido, muy bien avenido, un recuperado y aún vivo, como actor, Don Johnson, un Sam Shepard curtido e incisivo para capturar el motivo de toda la historia y, un Michael C. Hall atrayente y sugestivo como digno representante del ciudadano medio que resulta ser de gran pureza, alto coraje, valentía oculta y bravo corazón.
Se necesita poco mareo, escasas vueltas de farolillo para atontar al personal cuando se cuenta con un guión firme y certero, seguro y convincente que alecciona en su camino a seguir con precisión e impacto y, cuyo destino a lo Tarantino es atravesarlo dejando de lado las tonterías y florituras de embellecimiento inocuo.
Si Tom Hanks dio su vida por la de su hijo contra un Paul Newman añorado que, a pesar de su amor incondicional por quien era como un hijo para él, hizo lo que tenía que hacer, aquí no resulta menos explosivo, inquietante y martir dicha hazaña pues, el mal ha germinado en la descendencia y hay que extirparlo a la velocidad, ferocidad y efectividad que sólo un buen thriller, de acción concisa, golpes firmes y andadura gélida puede conseguir en plena ola de ardor de un asfixiante julio.
De la serenidad conocida de un bienestar a salvo a la locura cuerda de justicia impuesta cuando ésta hace oídos sordos a su responsabilidad, frenesí consciente de llegar a Caín en actitud de sequedad, austeridad y compañeros efímeros que une la casualidad amarga y rompe el cumplimiento del compromiso adquirido para nunca más volver a ser el mismo.
Jim Mickle consigue elaborar una cinta de tinte añejo, placer de eclipsada mirada y respiración en vilo de tiempos pasados que revive con la suficiente habilidad para no defraudar aunque, tampoco ocupa los primeros puestos de la parrilla pero, viendo el catálogo de filme a imagen y semejanza unos de otros, sosos y repetitivos, este aire tormentoso de cizaña indecoroso que infecta el ambiente es apetitoso y sabroso al captar tu atención con empeño y mantener intacto, con moderación, un interés que permite devorar la cinta con gusto, motivación y exigencia complaciente.
Heladas temperaturas para un mes de calor insoportable que incendia conciencias y aniquila toda esencia virgen y pura con el resquemor del deber cumplido, de ser el cartero, sin piedad ni compasión y con osada tentativa, que reparte la misiva marcada que corresponde y merece el destinatario.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
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3 de abril de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras un prometedor comienzo empiezas a notar que las piezas no encajan, que no te crees la historia porque el guión está poco trabajado y la dirección menos aún. Los actores andan algo perdidos, sobre todo Sam Shepard que da la sensación que a veces se pregunta qué hace ahí. Al final lo único que esperas es que acabe pronto y lamentas el tiempo perdido.
Alfredo
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