María Antonieta

Después de leer la maravillosa crítica de Maldito Bastardo (tío, como se te echa de menos) poco puedo añadir, aunque me temo que no seré tan benévolo como él en lo referente a esta pijada, creada por la misma sujeta que realizó la estulticia diletante llamada Lost in Translation.

Lo de la banda sonora me ha quitado el sueño. Lo único que ya me hubiese reventado la cabeza más si cabe viendo esta obscenidad, hubiese sido escuchar Highway to Hell de los ACDC mientras comían pasteles.

El vestuario, la ambientación, el maquillaje, los decorados los compra el dinero recaudado que millones de burgueses aburridos le otorgaron a la pija por su anterior obra, pero coño, están muy bien.

El total de la obra es insípido, traslúcido, hueco... como si la camaradería nerviosa y superficial del mundillo hollywoodiense se hubiera trasladado a la época exacta, aunque un acierto como ése no debiera ser causa de aplauso, sino más bien de reprimenda, silbidos, y quizá, un calvo de algún espectador furioso.

Película recomendable para las personas que suelen afirmar: "yo lo único que quiero es ser feliz" o... "yo siempre voy con la verdad por delante". Para todas ellas María Antonieta será sin duda un icono en sus vidas. Vive la France!!

PD. Espero que los españoles tomen nota de este bello film y acudan en masa dentro de unas décadas a saludar a su Letizia con el desparpajo que dos siglos antes el pueblo francés brindara a sus monarcas...

Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Durante la rueda de prensa de "Maria Antonieta" en el festival de Cannes, Sofia Coppolla dijo que prefería provocar reacciones negativas antes que indiferencia.
Objetivo cumplido para una de las directoras que tiene tanto un gran número de seguidos como de detractores. Y los seguirá teniendo después de meterse con un acontecimiento histórico sin perder un ápice de su personalísimo estilo.

Siempre han existido unas pautas al realizar una película histórica, normalmente son películas sobrias, con personajes serios, llenos de datos históricos y con una banda sonora instumental muy de época.
Y ahora llega la Coppolla y hace su "María Antonieta" centrada en la vida de esta reina adolescente en Versalles, deja a un lado lo que pasaba de puertas para fuera, aunque eso no sea del todo cierto ya que el pueblo francés es mencionado en varias ocasiones, y encima la banda sonora es de grupos modernillos como The Strokes o New Order. Una de dos: o nos está tomando el pelo o se toma en serio la historia pero desde otro punto de vista.

Yo me quedo con la segunda opción, porque he salido del cine encantado con el ambiente del Versalles aunténtico, con una dirección artística sublime que te sumerge totalmente en la época, y una para nada desconcertante banda sonora que no chirría en ningun momento de la cinta (salvo creo yo a los más puristas) y unas interpretaciones a la altura. Kirsten Dunst en cabeza (o sin ella) borda su personaje de una niña que debe madurar drásticamente en un terreno que aunque está lleno de lujos sigue siendo territorio hostil.

¿Puede resultar frívola? Claro, es un retrato de la sociedad burguesa de aquella época, en la que no paraban de chismorrear e ir de fiesta en fiesta, y además resulta bastante paralela a la sociedad actual en ciertos aspectos.
Más de uno puede salir decepcionado respecto a que la película no termine donde acabó la vida de la reina, pero ya eso hubiera sido otro tema que no tenía que ver con lo que trata la película.

En conclusión, los "sofialistas", como así he bautizado a los seguidores de la directora, acabarán la película satisfechos, los que no prepárense para rajar a gusto, que tema hay.

Sorprende el punto de vista de la joven directora, guionista y coproductora. A diferencia de la minuciosa y muy convencional reconstrucción de hechos que presenta la película de 1938 (“Marie Antoinette”, W.S. van Dyke), la de Coppola construye un retrato de la reina como personaje fuertemente condicionado por unas circunstancias tan fastuosas como opresivas. Sofia Coppola realiza un excelente trabajo de análisis del universo de las emociones, percepciones y sentimientos de una muchacha ingenua y sensible, sometida a una presión psicológica desproporcionada en relación a sus capacidades y su preparación. Dibuja con acierto el aislamiento y la soledad que la acompañan en Versalles a lo largo de 19 años. A la soledad se añaden factores dolorosos como las actitudes anti germánicas y xenófobas de cortesanos y familiares del Rey y una presión angustiosa por parte de personas de gran ascendiente sobre la muchacha.

La realizadora evita juicios de valor y trata al personaje con respeto y afecto. Lo muestra cómo entiende que es y expone por qué se comporta cómo lo hace, sin caer en banalidades psicológicas. Dibuja su drama con pinceladas suaves, superpuestas y transparentes, creando un retrato en el que el esbozo determina la forma y la función de las formas y el color. También aborda la descripción de las reacciones de la muchacha, que se enmarcan en un contexto en el que pesan mucho su desconcierto y su falta de referentes que faciliten la comprensión de los hechos. Describe con precisión no exenta de compasión, su amor a los animales domésticos, su fuerte amistad con dos amigas íntimas, la afición a los juegos de azar, un episodio de amor extra conyugal, la adquisición incontrolable de vestidos, zapatos y joyas, etc.

Los contrastes entre la música roquera de los años 80 y la barroca del momento histórico parecen acompañar y subrayar los choques que en la vida de la protagonista se producen entre su mundo personal y el de una Corte insensata, entre su necesidad de afecto y la frialdad del marido, entre las urgencias que la apremian para que resuelva temas que no están a su alcance y no dependen de ella.

La fotografía, de Lance Acord, acompaña la evolución del personaje con cambios de color y tonos (rosa y pastel, brillos dorados, colores oscuros y tonos sombríos...). En varias ocasiones la imagen se presenta estática y geométrica, queriendo significar probablemente la rigidez de la Corte y la ausencia de espacios de intimidad con el marido. Abundan los recursos visuales que cumplen funciones de sugerencia, analogía, metáfora y paralelismo. Con ellos se llenan espacios que dejan libres unos diálogos breves, concisos, elegantes y sugestivos. La música barroca se toma de tres grandes maestros: Vivaldi, Rameau y Couperin. La música roquera aporta una selección de grandes intérpretes, como Gang of Tour, Air, Dustin O’Halloran, Bow How How, etc.

Hace ya cosa de unos 7 años, papá Coppola subvencionó a su hijita para que realizara un proyecto, su debut tras las cámaras en largo. Así pues, la Coppolita rodó "Las vírgenes suicidas", que era una peli muy muy guay y verdaderamente chachi, pero como casi nadie le hizo caso, a parte de los cuatro freaks de turno y los fans más acérrimos de todo lo que lleve el apellido Coppola, pues nuestra directorcita se deprimió y decidió ser más radical, más cool, más moderna y divina que nadie, así que decidió romper esquemas y presentar su cine como algo alternativo e innovador. De este modo, y tras revisar unas cintas de un tipo húngaro muy diver que, según dicen, realiza planos secuencia de media hora y cosas por el estilo, pues nuestra Coppolita decidió hacer algo parecido, y de ahí nació "Lost in translation", además que, jopetas, ¡se ahorró una pasta en cámaras que no veas! Y consiguió que todos le prestasen atención, que premiasen con un Oscar el guión que escribió en una servilleta de un seven eleven y agrupar tras de sí una trupe de entusiastas de lo más chachi. Sin embargo, y no contenta con ello, maquinó nuevamente un modo de ser el centro de atención, pues no satisfecha con ponerse a dirigir una peli de epoca con música de esta tan cool que ponen en el Razzmatazz, quiso ir más allá, y tomó los esquemas de uno de los cineastas con más fans de todo el mundo, nada más y nada menos que nuestro admirable y queridísimo Uwe Boll!! Y os preguntaréis, ¿y que sacó en claro de las enseñanzas del señor Boll? ¡Pues es bien evidente!, logró revitalizar un género que el señor Boll descubrió años atrás con "House of the dead", pero que había perdido mucho encanto: La comedia involuntaria. Y así fue como nuestra superprogre Sofi dió un otro paso adelante demostrando ser más estupendilla y creativa que nadie en esto del cine.

Y es que, jope, ahora es ver una peli de la Coppola, y es todo tan alternativo y cool, que uno no puede evitar reir con ella y gozar de sus grandes obras! Y encima la tía se lo monta genial, les da a los actores unas cartas, unas fichas, reparte platos de comida.. ¡y jo! se ponen a rodar tomas como quien no quiere la cosa, y de ahí sacan media peli... hay que ver, como es esta Sofi.. se las sabe todas.
¡Pero si eso fuera todo! ¡No, no! Va de un extremo a otro la tía, antes rezumaba intimismo con esos planos tan ultralaaaaaargos y guays y ahora divierte, logra que uno se sienta identificado cuando la prota suelta frases como "esto es ridículo"... jo, si es que hasta los que aparecen en la peli lo reconocen... es más sutil esta mujer... como sabe la tía...
Venga Sofi, espero que sigas así y que la próxima sea tan tan chachi como esta, pero si metes con calzador algo de Franz Ferdinand mejor, sabes? es que molan mazo tiaaaaaaaa!

Si se cambiase la temporalidad y se trasladara al ambiente americano del siglo XX no veríamos ningún cambio. Se trata de una adaptación del cine de entretenimiento adolescente americano al momento histórico que se intenta retratar.
Extremadamente aburrida, insípida, carente de emoción donde la frialdad de los actos realizados por los protagonistas ni seducen ni preocupan al espectador.
Se trata de un intento por realizar una visión revolucionaria de un género cinematográfico que "presume" de ser único hasta el momento( gracias a dios) y que a mi modo de ver no existe una justificación para ello, salvo la "auto satisfacción" ególatra de S. Coppola.
La música totalmente des contextualizada y MALA para lo que se pretende. El hecho de que tu novio tenga un grupo musical no es excusa para que le metamos un par de canciones en una película de época. Como sentaría hacer una película sobre "Yo soy la Juani" y cuando se realicen escenas de locura, diversión, sexo, y exhibiciones de sus coches TUNNING escuchásemos de fondo en el film a Haëndel, Bach o Mozart? Lamentable.
Lo mejor: La utilización de colores y expresividad. La estética muy cuidada.
Lo peor: Todo.