Lluvia

Otra gran obra de Majid Majidi, el director Iraní de la recordada Niños del Cielo. Esta vez nos invita a ver una historia de inmigración, amor, injusticia y mucha pobreza.
Situada en una obra en construcción, tomamos consciencia de lo lejos que ellos están del primer mundo en cuestiones de tecnología, pero como superan al primer mundo en honestidad y relaciones humanas.
Una historia atrapante y sencilla, que te hace reflexionar sobre las comodidades que tenemos en el mundo occidental, pero que poco que nos sirve para tener el alma limpia.
Lo mejor: Los personajes son muy creíbles
Lo peor: Si hubiera tenido un final hollywoodense, le subía un punto
Lo absurdo: Sigo en spoiler

Peliculón chim póm.
Y casi no puedo decir más sin desvirtuarla (que con lo poco que dije, ya la desvirtué).
Película que podría servir para ilustrar el día de los enamorados de tipo RomeoyJulietanos (con el gusto teatral isabelino de la mujer disfrazada de hombre, incluso), el día de la mujer, el día del trabajo, el día de la migración, el día contra la discriminación y que incluso entra en esa curiosa clasificación genérica de mi tía, como película "de pobres". Parece un mordisco muy grande para una sola boca, pero la realidad es que me he quedado bastante corta.
Porque también es una película de denuncia social, política y económica, de tesis y con toques costumbristas, realistas y quiero pensar (o me gustaría pensar, pero no lo pienso), que bordeando el naturalismo.
Y sigo quedándome corta.
Y corta habré de quedarme diga lo que diga porque esta película no es bigger than life, desgraciadamente para sus protagonistas, pero es bigger than mi boca por mucho que lo intente, por varios estadios de football como poco.
Mezclar semejante cóctel sin que salga un mejunje lleno de grumos ya es en sí mismo, un logro portentoso, cuando una ha visto películas que por mezclar un par de estos factores, mostraban el caos propio de los que quieren abarcar demasiado.
No es el caso aquí.
Pero hacer además que todo se deslice y fluya de un modo tan sencillo, incluso humilde, como si le saliera casi sin querer y sacar de todo cuanto muestra y denuncia una película lírica e incluso poética y absolutamente tierna y conmovedora es un lujo al que una no está acostumbrada.
Un film que se termina y una se queda ante la pantalla vacía en silencio. Como esos minutos de silencio que se hacen a veces cuando muere alguien muy importante.
En realidad es una película a la que cualquier comentario sólo puede empequeñecer. Por eso, yo nunca debí hacer este.
Hay que verla, dejar que te cambie el color (como cuando metes una esquina de un terrón de azucar blanco en café y ves cómo se va volviendo marrón y sabes que ese cambio de color no es de piel. Es en sus intersticios. Que jamás podrá volver a ser blanco y seguir siendo ese terrón) y asimilar todo lo que te da, en todos esos frentes ideológicos y sobre todo, emocionales, que es mucho, mucho, mucho.
A veces una ve películas que le hacen sentir una especie de agradecimiento casi tocado de veneración, hacia quien las realizó.

BARAN es la tercera y certera película que conozco de Majid Majidi. Después de los Niños del Cielo, esta es de las mejores en su no muy larga aún filmografía. Puedo decir si temor ni remordimiento, que no hace ya falta las idioteces e in-sustanciosas historias hollywoodenses o de otras "industrias" desarrolladas cuando existen verdaderos salvadores del séptimo arte como Majidi.
Su gran lección es que, a pesar de todos los inconvenientes que vive en su convulsionado país por años en una lucha estéril y desgarradora, ello no le quita brindarnos esa crudeza de realidad y mostrarnos que aún en las mas adversas circunstancias, se puede hacer cine sincero, sencillo, sin tantos alardes tecnicistas y lograr verdaderas obras de arte que alcanzan los umbrales de lo clásico.
El simple hecho de que Rahmal no pronuncie una sola palabra a lo largo del filme contrasta con la fuerza física y sensual que despliega Lateef, dan la mejor idea del asunto que los atrae, poniéndole así un sabor algo aventurero al asunto, que puede ser uno de los pocos sabores de género que Majidi inserta en sus historias. Esta pelicula -guardada las proporciones- me remitió a esa obra maestra que es Adiós a los Muchachos de Louis Malle, hoy un poco olvidada en el concierto de las críticas cinematográficas actuales.
Majidi imprime a sus guiones la sencillez que toma de la realidad sin necesidad del rebusque de giros inesperados ni montajes truculentos que ofuscan al espectador. Majidi llega directo al alma del cinefilo y recrea el verdadero sentimiento y dureza que se viven en esos territorios hoy todavía insertos en luchas estériles de las guerras sin fin, como estas del mundo del desplazado y de los inmigrantes ilegales y que en circunstancias tan adversas plantea como el sentimiento del amor en este caso,descubre en los rostros de dos hermosos adolescentes la esencia de un humanismo que va mas allá de la lucha entre Oriente y Occidente.
Verdadera obra obra de arte que es corroborada por los premios que ha cosechado Majidi en festivales internacionales, irónicamente occidentales como Montreal y Oslo..
Obra maestra.: 10

Una película aburrida, con pésimos actores, y muy poco interés visual, me imagino que debido a la falta de medios.
Pero lo peor es el inverosímil y ridículo argumento. Veamos.

Tenemos a un joven llamado Laatif, pendenciero con sus compañeros y al que le importan muy poco las duras condiciones de los refugiados afganos, hasta el punto de que se permite hacer chistes de pésimo gusto cuando uno de ellos sufre un grave accidente. Tampoco tiene reparos en vengarse de quien le ha quitado (con toda justicia) su empleo. Pero he aquí que un día descubre que el joven afgano al que odia por ello es en realidad una chica. Y entonces se enamora perdidamente. No sabemos muy bien cómo puede ocurrir tal cosa, dado que sólo la ha visto cuando creía que era un hombre y una vez de forma fugaz reflejada en un espejo. Además nunca ha hablado con ella, entre otras cosas porque ella no parece saber hablar persa. Pero da igual. Se enamora. Y a partir de entonces, y sólo entonces, se desvive por darle a la familia afgana de la chica todo lo que tiene, llegando incluso a robar, por amor, claro...

En fin, algo a medio camino entre lo cursi y lo pueril. Lo que ya intuíamos en la primera escena, cuando ante un ñoño jueguito de una pareja de enamorados Laatif sonríe complacido.

Lo mejor de la película, aparte de su corta duración, es poder contemplar en alguna escena los bellos paisajes que rodean Teherán (lástima de fotografía cutre) y mostrarnos el tema de los refugiados y su explotación laboral, aunque esto tampoco se desarrolla demasiado. Y la escena final.

Esta historia sobre una refugiada afgana en Irán que tiene que hacerse pasar por un chico para conseguir un trabajo, y todas las penurias que como ella tantísimos refugiados sufren por salir adelante. Una película sobre un amor imposible, dura y directa en contenido, preciosista y detallista en la forma. Escenas de gran belleza y sutileza que dejan ecos de tristeza en cada paso. Se sufre viéndola pero esa dureza es necesaria para que seamos conscientes de una realidad que vemos muy lejana. La belleza de algunas imágenes (la cortina movida por el viento o la huella del zapato, dicen más que un diálogo perfectamente escrito. Cada vez me gusta más el cine iraní. CINE con mayúsculas, VIDA presentada con transparencia y sin adornos. No os la perdáis. "Barán"