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El gran maestro

Drama. Acción Un relato sobre las artes marciales y el alma de la civilización china. Dos maestros de kung fu, Ip Man (Tony Leung), el hombre que entrenó al mítico Bruce Lee, y la bella Gong Er (Zhang Ziyi) se reúnen en la ciudad natal de Ip Man en vísperas de la invasión japonesa de 1936. El padre de Gong Er, un gran maestro de renombre, también viaja a esa ciudad para la ceremonia de su jubilación, que tendrá lugar en el legendario burdel El ... [+]
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Críticas 51
Críticas ordenadas por utilidad
11 de julio de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuidada, elegante, poética, histórica, estilizada, preciosista, poderosa, sencilla, básica, profunda, respetuosa, densa, pretenciosa, irregular, reiterativa, densa y compleja producción de acción y artes marciales, presentando la historia de la rivalidad entre dos personalidades del mundo de las artes marciales que se ven enfrentados por cuestiones de amor y honor.
El imaginativo y arriesgado director, Wong Kar-Wai, se atreve con una producción de acción en la que deja espacio para una historia profunda sobre la cultura asiática, el honor y el sentido de la lucha personal.
Los responsables de la película apuestan por un exquisito cuidado de la imagen y de las coreografías de combate, dejando espacio para secuencias visuales en las que se aprecia verdadero arte en movimiento.
La película cuenta y ofrece una calidad visual fabulosa y sus responsables aprovechan este punto para desarrollar una trama profunda que desborda belleza poética en cada movimiento.
La banda sonora y el estilo visual de la película dirigida por Wong Kar-Wai, se convierten en los puntos fuertes de película en la que los combates llegan a quedar en segundo plano.
The Grandmaster, puede poner a prueba la paciencia de los seguidores de la acción pura y dura, puesto que sus responsables apuestan por desarrollar una historia profunda y con diversas lecturas de interés sobre la cultura del combate y el honor.
Jon
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12 de julio de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que al salir del cine me he sentido un poco decepcionado con Won Kar Wai. Hasta ahora sus películas eran impecables con historias cautivadoras e imágenes preciosas. The Grandmaster tiene partes interesantes y partes soberanamente aburridas. Y desde el punto de vista técnico deja bastante que desear. Cámaras lentas simuladas, montaje a trompicones, la excelente dirección de fotografía que era algo que caracterizaba a las películas de Won Kar se esfuma como si nada, con planos fuera de foco y otros con un ISO tan alto que casi parecen grabados con un iPhone del ruido que tienen.
wanttodor_mir
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9 de enero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay un director famoso en el mundo entero para los más férreos amantes del cine y desconocido por el público general, ese es Wong Kar Wai, director de obras maestras como "Deseando amar", "Happy together" o "2046". El director Hongkonés es habitual en los Festivales más importantes de todo el mundo y parece que desde que firmó "2046" ha decidido llegar a un público más amplio. De ahí que el director decidiera probar suerte con "My blueberry nights" una obra menor que hizo que muchos críticos le dieran la espalda.
Ahora 7 años después Wong Kar Wai vuelve a su Hong Kong natal para contarnos la historia de Yip Man, uno de los grandes maestros de las artes marciales y más conocido por ser el hombre que entrenó a Bruce Lee.

Con "The Grandmaster" parece querer redimirse, pero no lo consigue del todo. A lo largo del metraje podemos observar como el director sigue con su estilo de siempre, cámara lenta, largos travellings acompañando a sus personajes, una banda sonora impecable y planos visualmente perfectos. Sin embargo, no acabamos de conectar con la historia que acaba por hacerse lenta y aburrida.
A través de Yip, también conocemos la historia de Hong Kong durante la invasión japonesa y quizás es demasiada información lo que nos quieren contar, tanta que acaba saturando. De ahí que la densidad de ésta acabe siendo un problema a la hora de centrarnos en la historia principal.

La fotografia corre a cargo esta vez de Philippe Le Sourd (director de fotografía de "7 almas") realizando un trabajo formidable, en especial en las secuencias grabadas de noche haciendo que las imágenes que vemos sean un placer para la vista, además de las dificilísimas secuencias de lucha.
Y es que si la película falla en cuestiones de trama y guión, ninguna pega se le puede poner al aspecto técnico de ésta, muy cuidado y milimétricamente estudiado.
Y es que si algo podemos aplaudir son las coreográficas peleas que el director rueda asumiendo riesgos estéticos pero con un resultado impecable que sobresale en belleza por encima de las de "Tigre y Dragón".
Las interpretaciones como en la mayoría de los films del director son muy contenidas con emociones que evolucionan desde lo más dentro hasta fuera. Tony Leung uno de sus actores fetiche lidera el film llevando todo el peso dramático de la película sobre sus hombros realizando una de sus mejores interpretraciones en los últimos años.

La música que acompaña al largometraje corre a cargo del compositor Shigeru Umebayashi siendo un gran estudio de la música Hong Konesa de los años 20 y 30, además de saber complementarla con los sonidos épicos de las películas de artes marciales.
Una película inferior a las que nos tiene acostumbrados "El gran maestro" de Wong Kar Wai, en la que se sigue intuyendo al genio detrás de la cámara pero que queremos de vuelta con sus historias de personajes angustiados, románticos y violentos.


Óscar San Martín.
http://ciudadanoskine.blogspot.com.es/2014/01/the-grandmaster-lo-ultimo-de-wong-kar.html
Óscar San Martín
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19 de enero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablamos de una película con un reparto de actores de primera, la fotografía/ambiente es sublime pero luego la historia cojea y cojea siendo lenta y hasta confusa por momentos. No esperes ver algo parecido a Ip Man (2008), es otra cinta totalmente distinta, no diría que mala pero en mi opinión mas drama enfocado a personajes del entorno de Ip que al propio personaje en si.
No entiendo el punto de vista del directo y todavía hay partes que no he conseguido entender. Es una pena porque las escenas de lucha son todas muy buenas (algunas mas que otras), como punto negativo en alguna que otra secuencia abusan un poco de los cables pero no es algo tan bestia como para criticarlo aunque si merezca que se comente ese detalle. Wong en mi humilde opinión no supo aprovechar lo que podía haber sido una obra maestra que se queda en una peli interesante tirando para aburrida, una lastima.
Angel
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20 de enero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
2.500 planos configuran el nuevo amalgama de imágenes, secuencias, miradas, luchas, espejos, luces, marcos, encuadres, pasillos, música… del chino Wong Kar-Wai. The Grandmaster, trabajo que le ha llevado tres años de duro rodaje, es un efectista producto cargado de una belleza, podemos decir que usual en el director de Deseando amar y 2046, asombrosa, en la que se nos muestra un interesante y bello recorrido por la China del siglo XX, presentándonos y, contándonos, la vida de Ip Man, el reconocido entrenador del mítico Bruce Lee dentro del arte marcial conocido como Wing Chun. Un arte compuesto por tres formas: Kata, Kuem y Pumse. El Wing Chun: Tiene como objetivo el de ayudar a comprender en profundidad los conceptos básicos del sistema y desarrollar habilidades tales como la raíz, la coordinación, la mecánica corporal, la relajación, la estructura, el desarrollo de la energía y el poder explosivo. Mismos objetivos aplicables a nuestros sentidos a la hora de ver un trabajo de este señor.

Uno, que anda todavía vibrando de aquella experiencia amorosa –y costosa por sus protagonistas– que es Deseando amar. De su magia, del Yumeji’s Theme de Sigeru Umebayashi –enamorado de esta pieza musical de por vida–, de los paseos a por leche por aquellas escaleras, de la lluvia, del intenso color que emanaba amor desde cualquier punto hacia donde dirigieses la mirada, de perspectivas varias... de todo, porque Deseando Amar es para amarla. De 2046, donde Wai de nuevo nos llenaba de color alma y mente. Donde se podía asistir una vez más a un ejercicio siempre efectista visual y musicalmente, en el que dejarse llevar es la mejor herramienta para disfrutar de estas obras tan meticulosas. Y de paso, poniéndose uno a recordarlas, encontrará ciertos puentes de conexión con esta The Grandmaster. No pasa lo mismo con My Blueberry nights, una lujosa cinta de niveles estilísticos muy altos, pero de nefasto y aburridísimo guión. Llega con terribles ganas de ser seducido y enamorado nuevamente ante un estreno más que esperado.

The Grandmaster cuenta la historia de Ip Man (Tony Leung: Deseando amar y 2046), maestro y divulgador del Wing Chun (hegemónica del sur de china) y Gong Er (Zhang Ziyi: El camino a casa) experta en el Ba Gua (la que procede del norte). Ip Man se dedica a la enseñanza, Gong, es más bien una mujer inclinada a no transmitir los conocimientos de su legado familiar. Mirar hacia delante (Ip Man), y mirar hacia atrás (Gong Er). Dos estilos diferentes de luchar, de ver y sentir diferentes tipos de lucha que se cruzarán por amor, poder y satisfacción.

Estos dos maestros del kung fu vienen a reunirse en la ciudad natal de Ip Man, Foshan, en vísperas de la invasión japonesa en 1936. El abuelo de Gong Er, un gran maestro de renombre, también viaja a Foshan para su ceremonia de jubilación, que se llevará a cabo en el legendario burdel ‘El pabellón de oro’. Una historia de traición, honor y amor llevada a cabo durante la época tumultuosa que siguió a la caída de la última dinastía de China, un tiempo de caos, y una división y guerra, época también de oro de las artes marciales chinas.

Wong Kar –Wai no defrauda en cuanto a dotes técnicos, diría que está por encima de cualquier trabajo anterior, puesto hay cientos de detalles de los que poder hablar y seccionar hasta hacer de un plano o secuencia una nueva película. Te quedarás más que satisfecho con el resultado final si sólo buscas eso –y sin buscarlo–, porque todas las luchas: la protagonizada bajo la lluvia, la del burdel entre Ip y Gong, o la memorable, descomunal, o como se le quiera definir, pero grandiosa lucha, en la estación del tren entre Gong y Ma Sam, son para arrodillarse y hacer reverencias. Su estilo, color, textura, movimientos a cámara lenta, la gente observando desde las ventanas o nosotros desde la nuestra, nos llenará de placer y agitación. Simplemente magistral.

Pero The Grandmaster como cualquier otro filme, debe, tiene que tener para ser una gran obra, o por lo menos engancharte con lo verdaderamente necesario, un buen guión. Una historia y desarrollo a la altura –qué mínimo–, en este caso del nivel técnico, del que es elocuente la película, para formar una explosión, al igual que los golpes de tan maravilloso arte, definitiva y mortal.

Montada como si de una obra teatral se tratara, por capítulos –así la veo yo–, veremos entrar y salir personajes de la historia sin más explicación –bueno, viviremos de flashbacks durante todo el metraje–, cargando el relato de cierta complejidad. Apuntar, que la narración china tradicional organiza las relaciones entre los elementos del relato de forma más libre y flexible que la novela occidental, pero no culpa de esto, porque no se llevó acabo así finalmente –dicho por el propio Wai–, The Grandmaster , ni construida a capítulos ni de la forma tan libre como es la narración de este país, alcanza los niveles requeridos, y ya no para su comprensión –que es llevadero–, sino para un entretenimiento y aprendizaje digno del resto del trabajo.

El Hongkonés demuestra ser un auténtico maestro dirigiendo: su narrativa visual con la cámara sí es perfecta. La fotografía, obra de Philippe Le Sourd, sí es para quitarse el sombrero. La música, a cargo de Sigeru Umebayashi y Nathaniel Méchaly, es hermana gemela de cualquier plano, momento o estado del filme. Todo en el apartado técnico es desbordante de majestuosidad. Todo. Son, como decía, cientos y miles de detalles con los que disfrutar diseccionando poco a poco. Pero, su guión, realizado entre Wong Kar-Wai, Xu Haofeng y Zou Jinzhi, basándose en una historia propia del director, no es de ese magnetismo, no logrando engancharte, dejándote frío como las tierras por las que nos moveremos durante el visionado.

Kung fu: Horizonal y vertical. Como la vida de de Ip y Gong respectivamente. La deshonra y la gloria.

Mi web: cinemaunderground.net
David
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