Harry Potter y la orden del Fénix

Esta quinta entrega es digna de la saga. Posee uno de los tercios finales más emocionantes de las ocho películas. Pero los dos primeros tercios que lo preceden no están tan a su altura. Quitando que elimina varias tramas del libro que me hubiese gustado mucho ver aquí, no se siente una película tan fresca como las anteriores. La noto un poquito pesada. Pero, repito: ya les gustaría a casi todas las quintas entregas del imperio cinematográfico tener esta fuerza.

Harry Potter y la orden del fénix es uno de los mejores libros de la saga y, con diferencia, el más largo. Son estos dos detalles que debieron de importar más bien poco a David Yates, pues no solo hizo una adaptación claramente inferior a sus predecesoras si no que mandó al carajo la oportunidad de hacer la mejor película de la saga.

No hace falta ni leer los libros, simplemente con verlos unos detrás de otros en la estantería nadie podría entender cómo el primero, unas 3 veces más pequeño que el quinto, tiene una película más larga. Lo mismo ocurre con el segundo, La cámara secreta. De hecho, Harry Potter y la orden de fénix es a la vez el libro más largo y la película más corta de la saga, solo por delante de El prisionero de Azkaban (por unos pocos minutos).

Y ¿quién entiende esto?. Nadie. Y la Warner tuvo los cojones de hacer dos partes del último libro y dejar que el quinto se quedase en esto.

Y si con tantas y tantas y tantas cosas que aparecen en el libro resulta imposible que puedieras llevarlo al cine por muchas horas que tuvieras de pantalla, ¿vas a poder llevar algo mínimamente digno y comprensible en tan poco tiempo?, y si tan complicado es ¿cómo coño hiciste para hacer una de las películas más cortas de la saga?. Y siendo, además, un libro con tanta información importante para la historia.

El resultado es obvio:

Escenas mal hechas.
Escenas atropelladas.
Guión malo.
Saltos incomprensibles.
Cortes por todas partes.
Tijeretazo aquí y allá.
Nada de San Mungo.
Nada de Firenze.
Tonks caricatura.
Lupin cameo.
Las clases de oclumancia casi inexistentes.
Nada de la profecía.
Nada de psicologías de personajes.
Nada del papel de Neville.
Nada de los padres de Neville.
Nada de Dobby, Winky, Lockhart, autobús noctámbulo...
¿Quidditch?.
La batalla de la sala de misterios se reduce al máximo.
Y etcétera y etcétera y mil etcéteras más.

Por suerte para ellos todos íbamos corriendo al cine para ver en pantalla lo que unos meses antes habíamos devorado en el libro, y aunque la película pudiera adolecer de cualquier fallo en su adaptación no eramos pocos los que disfrutábamos del primer al último minuto con Harry, Ron, Hermione y compañía. Esa era y es la magia de Harry Potter.

Le pasa lo contrario que a la entrega anterior, tiene uno de los desarrollos más entretenidos de la saga, pero uno de los finales más flojos. Si la anterior entrega era basurilla para adolescentes, esta vuelve a un tono más mágico y con más trama, pese a que sea una trama con personajes y situaciones tan polarizados que resultan excesivamente caricaturescos. Si no le pides más de lo que nunca podrá ser Harry Potter pues esta entrega no te defraudará porque al menos entretiene. Lo malo es que cuando por fin la cosa parece que va a llegar a algo sustancioso, todo se resuelve a medias con un final atropelladísimo donde en 4 estampas de periódico te resumen el destino de todas las tramas alargadas en las 2 horas anteriores. Pese a todo, puede que sea la entrega que más he disfrutado hasta ahora tras la irrepetible primera película.

Aunque es algo más irregular que las dos anteriores, se podría decir que no desmerece en cuanto a que la trama sigue su curso normal y la oscuridad en la que ya entramos en la tercera entrega sigue latente. La dualidad bien-mal y la conexión entre Harry y Voldemort se hace más visible y la saga sigue siendo bastante regular y entretenida.

Esta película prosigue con las aventuras de Harry y sus amigos al estilo con el que concluyó la cuarta entrega. Hasta la tercera parte vimos unos films bastante entretenidos que tenían un tono simpático. Dicho tono quedó atrás y la saga maduró para ofrecernos algo más serio.
Harry ya no es un niño. Nuestro protagonista ha crecido al igual que la historia. Cualquier espectador que no se haya leído los libros como es mi caso se debe andar con ojo. Ya cualquier personaje puede morir.
Aquí vemos a un protagonista abatido y afectado. Los personajes secundarios tienen más protagonismo.
El clímax cuenta con una emoción que nos hará mirar la pantalla en todo momento porque tiene acción, sorpresas y un duelo épico.
Los actores que interpretan a los personajes consiguen que sintamos las mismas emociones que ellos.
Hay cosas que me encantaron como las visiones de Harry o ese clímax del que ya he hablado.
Otros personajes nuevos aparecen como Luna, Nymphadora Tonks, Umbridge, Bellatrix, etc...
Los planos de algunas escenas son buenísimos.
Aquí vemos la tierna relación entre Sirius y Harry, la cual parece la que tiene un padre con su hijo.
En fin, una notable quinta entrega.