Sabiendo que Infectados (Carriers) es una propuesta que no te va a impresionar, hay que admitir que también se trata de un entretenimiento que se siente muy realista, sobre todo si se llega a ver en estos días. Y es que después de la horrible pandemia que hemos vivido en los últimos tiempos, el trabajo que nos ocupa resulta tan familiar y cercano que pese a sus defectos, somos bien conscientes de lo verosímil que puede ser una situación tan crítica como la que se ve en pantalla. Y es ahí, precisamente, donde esta cinta postapocalíptica tiene su atractivo. Además, otra virtud a destacar es la ausencia de zombis o muertos vivientes, ya que es un recurso tan sumamente empleado que actualmente no posee el impacto de principios de siglo. Nos suenan mucho las mascarillas y los guantes. Sin embargo, lo que más conocemos es el terror ante un posible contagio. Esa inseguridad constante que es vital para poder sobrevivir a un peligro como ese, la paranoia que nos invade siempre que en nuestro camino nos topamos con otras personas, el miedo al contacto físico... Chris Pine es el mejor con diferencia de un reparto en el que no hay mucho donde elegir, las cosas como son. Si eres hipocondríaco, como yo, lo vas a pasar mal mientras ves esta película de 2009, año, por cierto, en el que hubo un brote de Gripe A...

Por algo Steven Spielberg es el cineasta favorito de muchos, incluyendo al servidor que escribe estas palabras. Y es que este hombre es el director de varias de mis películas preferidas, las cuales no voy a nombrar porque si lo hiciera no termino hasta mañana, pero sí diré que veo dichas películas prácticamente cada año debido a lo mucho que me encantan, y creo que no hace falta decir nada más al respecto. Sin embargo, no todos sus trabajos pueden ser tan geniales, y el que nos ocupa justo ahora es un claro ejemplo de ello. Y eso que la mano de Spielberg se nota bastante: la magia de varias escenas es notoria, la ternura de la historia traspasa la pantalla en más de una ocasión y el tono familiar que tanto recuerda a E.T. siempre está presente. Además, no se trata de un relato tan infantil como se dice. La parte en la que están atrapando los sueños me parece de lo más interesante, aparte de simpática, por supuesto. En el aspecto visual la cinta es notable, aunque es cierto que a veces el CGI canta un poco. De todas formas, hay que tener en cuenta que el 90% del visionado contiene efectos visuales. La amistad que se forja entre Sofía y el gigante bonachón es tan parecida a la de Elliot con el simpático extraterrestre que las comparaciones resultan inevitables. Mi amigo el gigante no es Hook. No obstante, merece más elogios de los que recibió en su día cuando se estrenó, pues a veces no viene mal olvidarse del mundo real y conectar con nuestra imaginación más fantasiosa.

Creo que no me equivoco si me atrevo a afirmar que Juan Nadie es una película valiente y reflexiva porque refleja la triste, pero incuestionable realidad que reina dentro de la frágil y manipulable sociedad en la que vivimos, y eso que estamos hablando de un filme que tiene más de 80 años... Así que nos podemos hacer una idea de lo poco que ha cambiado el panorama desde entonces. La corrupción ya existía y, por desgracia, sigue existiendo en nuestros días. La moralidad humana siempre ha estado en entredicho... y con razón. Tampoco se pueden negar las (obvias) referencias a la religión cristiana, pero lo más relevante (a mi juicio) es el mensaje que el propio Juan Nadie trata de hacer creer a todo un país. Y es que dicho mensaje no puede ser más acertado. Ojalá se cumpliese alguna vez... Muy convincentes Gary Cooper y Barbara Stanwyck en sus papeles. Sobre todo el primero, ya que su personaje tiene una evolución creíble. Pasa de ser un ciudadano despreocupado al que únicamente le interesa el béisbol a un héroe nacional que busca el bien y la verdad. Ojo también al rol que desempeña Walter Brennan, que hace de un bohemio vagabundo que adora la libertad y la ausencia de ataduras. Muy significativo el hecho de que llame buitres a esas personas que se meten en la vida de los demás.

Otro clásico de Stanley Kubrick aplaudido por la inmensa mayoría del público. Ya he dejado clara mi opinión sobre el mencionado cineasta en alguna que otra crítica escrita hace tiempo y no voy a volver a hacerlo ahora. De modo que me limitaré a hablar de lo que me ha parecido La chaqueta metálica y quizás al final de la reseña haga una pequeña reflexión, aunque no prometo nada... Bueno, vayamos a lo realmente interesante. Como ya sabéis, esta película se divide en 2 partes: la primera es, con diferencia, la mejor, ya que nos presenta a un grupo de reclutas que se prepara para entrar en combate. Sin embargo, su instructor no es otro que el sargento Hartman, un cruel marine que no tiene el más mínimo reparo en humillar por medio de golpes e insultos. Enorme interpretación por parte de Ermey. Se nota que fue soldado en la vida real. Dudo que alguien quiera tratar con un tipo como ese. Aparte, está el pobre del recluta patoso, que es la víctima favorita de Hartman. Ojo al desarrollo de este personaje porque en él se refleja la crítica hacia el ejército que tanto ha calado. No es la primera vez que Kubrick critica al estamento militar, pues ya lo hizo en Senderos de gloria. Por desgracia, el visionado no mantiene ese gran nivel en su segunda mitad, la cual se desarrolla en Vietnam. Y el problema de dicha segunda mitad es que esta tarda demasiado en arrancar. De hecho, el filme llega a su fin precisamente cuando la parte bélica empieza a tomar forma, por lo que es una auténtica pena. No seré yo el que cuestione el trabajo de Kubrick tras las cámaras. Quiero pensar que si es considerado uno de los más grandes directores de la historia del séptimo arte por tantísima gente que supuestamente sabe y/o entiende de esto es por algo. El caso es que ya he visto muchas de sus películas más valoradas y ninguna de ellas ha logrado maravillarme. Es posible que su cine no sea muy de mi agrado, no lo sé. De todas maneras aún me quedan unas cuantas por ver. Confío en que tarde o temprano Kubrick acabe dándome lo que busco.

Quentin Tarantino es tan grande que hasta sus propuestas menos brillantes son buenas y dignas de ver. Jackie Brown ofrece un thriller a lo Tarantino que destaca por presentar una historia enrevesada que posiblemente tarda más de lo necesario en ponerse interesante. Dicha historia gira en torno a Jackie y Ordell. Y hay que admitir que esta cuenta con un guion bien escrito y plasmado. En cuanto a los diálogos, más de lo mismo, por lo que no tienen desperdicio. La película desarrolla muy bien a sus personajes principales, y a algún que otro secundario (el de Robert Forster, por supuesto). Se echa en falta la presencia de escenas más dinámicas para que el ritmo de la cinta sea algo más rápido, sobre todo durante la primera mitad del visionado. El manejo de la cámara por parte de Quentin es digno de elogio porque a lo largo del metraje vemos varios planos bastante conseguidos. Esto no es de extrañar teniendo en cuenta al tío que está al cargo de la dirección. Samuel L. Jackson y Pam Grier están fenomenales siempre que salen en pantalla mientras que Robert Forster es el secundario más destacable debido a su grado de importancia en el devenir del relato. Eso sí, Robert De Niro y Michael Keaton están desaprovechados. Y eso que no están mal, en absoluto... Sin embargo, el guion no les beneficia. Bridget Fonda está ahí para lucir cuerpazo y ya. En conclusión, no estamos ante uno de los mejores trabajos de Tarantino. No obstante, sí ante una buena película que merece ser vista, especialmente si te gusta el cine de este hombre.