Las viudas de los jueves

Retrato de una clase social alta en la que, aparentemente, no falta de nada. Maridos atractivos y con buenos puestos de trabajo, mujeres bellas y bien relacionadas, lujo, casas impresionantes, es decir, a lo que todo el mundo aspira.
Sin embargo, sus vidas están vacías. Todo es fachada, y eso es lo realmente interesante de la película.
Comienza bastante lenta, pesada diría yo. El espectador tarda en situarse puesto que abunda en detalles sin importancia.
Abusa también de los flahsbacks inconectos pero al final se entiende.
Pasable, sin más.

Los pros de esta película son sin duda sus actores (acertadísimo reparto) y la impecable hechura del traje que les ponen. Todo está perfecto, todo es perfecto. La historia avanza lenta pero segura hacia un final que es el principio.
Los contras son sin duda que pasa por encima de la situación del país en aquel momento sin aprovechar la oportunidad de enseñarnos lo que ocurrió. Y es una lástima, porque del corralito argentino podríamos aprender algo hoy día.
La historia deja claro que hay gente que vive en su mundo de luz y de color y no le importa lo que hay que hacer para seguir en él ni lo que hay ahí fuera. Ese es en mi opinión el mensaje que quiere transmitir el film. Y desde luego, lo consigue.

El problema de Las viudas de los jueves, a mi corto entender, es que sugiere y apunta mucho, pero nos da pocas certezas. Se explaya bastante en presentarnos la vacía vida de unos richachones de un "country" (yo diría que más de media película, y tampoco descubre nada que no sepamos antes), pero a la hora de buscar un camino concreto y seguirlo, la película de Marcelo Piñeyro, desafortunadamente, naufraga.
La gran baza de Las viudas de los jueves es, sin duda, su magnífico reparto. Tanto los cuatro hombres como las cuatro mujeres están espléndidos, pero en el conjunto de la película se sienten desaprovechados. Una pena, porque el argumento, si hubiera tenido mayor amplitud de miras, podría haber dado mucho de sí. Y también si no se perdiera entre tanto alarde de trascendencia. En el aspecto técnico, nada que reprochar, con algunas secuencias donde Piñeyro demuestra su buen hacer. El pero es que parece que tanto formalismo se ha tragado la emoción, que no aparece por ningún lado.
Sinceramente, Las viudas de los jueves me decepcionó. No me esperaba tanta reflexión banal y unos personajes tan poco atrayentes, y menos encarnados por tan buenos actores. Se me quedó muy corta, teniendo en cuenta todo lo que parece que te va a dar. Pero, tras tres cuartos de hora de visionado, mi gesto empezó a torcerse. A partir de ahí, ningún momento de la película fue capaz de recomponérmelo.

Demasiado larga y se nota porque no la pasas bien. En algún momento, al final, a pesar de lo exagerado del hecho, cobra cierta textura pero igualmente hubo que esperar demasiado.

Poca luz en las escenas, audios complicados tornan aún más confusa la trama.

Como metáfora se queda corta o no está bien desplegada, como entretenimiento es demasiado el esfuerzo.

Vi esta película a poco de ver Bolivia, diferencia de presupuesto y gran diferencia en aprovecharlo.

Probablemente si hubiera durado la mitad de tiempo y sacando escenas de balde, mejoraría.

Debo recordar no volver a verla, salvo caso de fuerza mayor.

La historia pudo haber sido fabulosa, pero se quedó ahí nomás. Pudo haber sido una crítica social estupenda (pero ya estaba "La zona" y esa es insuperable) y pudo haber sido una buena película de suspenso (sino hubiera tenido un desenlace tan traído de los pelos) ver spoiler.
Y encima de todo los actores tampoco parecen muy convencidos de sus personajes, al menos uno puede seguir viendo al actor detrás del personaje. ¿O es que Echarri nunca hace de otra cosa que de sí mismo, al igual que Sbaraglia? ¿O de eso se trata la actuación? ¿De decir determinadas cosas aunque uno no las crea ni las sienta pero con la misma cara bonita que Dios le dio?

Les sugiero que no gasten su dinerillo en el cine ni en el video club, váyanse a tomar un helado o cómprense una revista de historietas y sacarán más provecho.