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El vengador anónimo 2

Acción Después de varios años, el arquitecto Paul Kersey ha conseguido superar el asesinato de su mujer y lleva una vida tranquila en Los Angeles. Pero, cuando su hija, ingresada en un sanatorio desde que fuera violada, también es raptada y asesinada, decide tomarse la justicia por su mano. (FILMAFFINITY)
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Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
22 de mayo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta saga, Deat Wish, también llamada Vengador Anónimo en Centro y Sur América, y en España : El justiciero de la ciudad/Yo soy la justicia, marcó a Charles Bronson como el tipo rudo que limpiaba de maleantes la ciudad.

En esta segunda parte, su hija y sirvienta son violadas y asesinadas por una banda de criminales, lo que hace que Charlie vuelva a retomar las sanas costumbres de sacar su arma y reventarle los sesos a los criminales. Ojo x ojo.

Más brutal que su antecesora, la peli puede resultar excesiva, pero no decepcionará al que haya alguna vez sentido el noble deseo en su vida de cargarse a los desalmados del mundo.

Las escenas de violación bastante fuertes, no se guardó nada el director, ojo la gente sensible.
elniñodelcorbatin
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14 de mayo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película como otras críticas anteriores es la segunda secuela de Death Wish de 1.974, si aquella película ya era violenta para la época esta lo es mucho más, como fan del gran Bronson esta película es uno de sus máximos exponentes, quedaría ya vinculado a Cannon Films durante los años 80, creo sín lugar a dudas que ha sido uno de los mejores actores duros de la historia que ha perdurado con nosotros hasta comienzos de este siglo.

Ya desde el comienzo de los títulos de crédito en esta película se nos muestra una enorme ciudad, Los Ángeles, unos bellos planos de la ciudad junto con una retransmisión por radio para que nos demos cuenta de cual es el problema principal, el problema es muy grave, la violencia y los delitos violentos a los cuales la policía permanece casi inactiva e impotente ante tal magnitud de la situación.

En medio de este panorama de violencia el señor Bronson volverá de modo más inesperado a encontrarse con una pandilla de maleantes salvajes sín ningún tipo de remordimientos que se lo harán pasar muy mal en los primeros 15 minutos de metraje, otra vez le toca la lotería sín haberla jugado, ¿será posible?.

Los maleantes acudirán a su casa, pero en vez de eso se lo harán pasar muy mal a una pobre mujer, que sín quererlo ni beberlo se convertira en objeto de vejaciones llevadas al límite y torturas por parte de esos digamos "caballeros" por no decir otra cosa más ofensiva, en fín es una película, pero hay que reconocer que ciertas escenas de violencia explícita pueden herir la retina de más de un espectador y son realmente crudas para la época.

No solo acabará aquí el periplo de torturas y vejaciones sino que la propia hija de Kersey las sufrirá de nuevo en carne vida por segunda vez y acabará mal, tal vez demasiado ya, ¿no?.

La película aquí tiene dos versiones, la censurada y la no censurada, la censurada son 85 minutos y la no censurada son 88, la de 88 realmente ofrece de forma más detallada todo el periplo de escenas de violencia anteriormente comentadas hacía la ama de llaves de Kersey y su hija, podeís elegir aunque suene mal decirlo, solo en nuestro pais la versión uncut se puede encontrar en DVD en la edición de Sony Pictures ya descatalogada y La casa del cine.

A partir de ahí Bronson volverá a recuperar su papel de justiciero, se sumergirá en el ambiente marginal de la ciudad y encontrará a los maleantes, la única manera de hacer justicia para el señor Bronson que ha perdido e su hija es acabar con ellos, yo creo que el mensaje de esta película es que el espectador piense y que saliese del cine con buen sabor de boca al haber hecho Bronson su trabajo, hacer justicia, en este caso el ojo por ojo, un trabajo que la policía no puede hacer con leyes y tribunales pero es que ni tan siquiera los va a detener, no busquemos más mensaje ni nos equivoquemos con lo que aporta esta película.

Michael Winner vuelve a dirigir a Bronson, había sido director de la primera parte y de otros films de Bronson, volvería a dirigir la explosiva Death Wish 3 en 1.985.

Jill Ireland acompañando a su esposo, ya perdí la cuenta de cuantas películas han compartido metraje, era bastante más joven que Bronson y se notaba, una mujer de muy buen tipo, pena que falleció muy joven, en este caso hace un papel que si bien no destaca no desluce tampoco, Vicent Gardenia que había interpretado al inefable Frank Ochoa de la primera parte vuelve en esta segunda, realmente no está mal.

La música y banda sonora creo que encaja a la perfección con la historia y lo que se muestra, el guitarrista de Led Zeppelin Jimmy Page compone una banda sonora de buen ritmo y brío, la verdad, me gusta, aunque sea una percepción muy subjetiva y personal.

El doblaje de la película sin ser malo tampoco es bueno del todo, Luis Carrillo como Charles Bronson no acaba de caer bien o convencer al 100%, algo chirría, hubiera estado mejor con Dionisio Macías o Héctor Cantolla, Paco Hernández más tarde en Death WIsh 3 y siguientes películas de Bronson de los años 80 lo bordaría al 100% en casi un decena de películas.

En definitiva, película que si sabemos lo que vamos a ver podrá gustarnos, o tal vez no, a pesar de repudiar ciertas escenas en las cuales creo que se pasaron unos cuantos pueblos, la película no ha envejecido nada mal, muestra los problemas de cualquier sociedad llevados al extremo, un extremo en el que en una historia de ficción se encuentra el señor Bronson en su salsa .
Elverde124
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1 de enero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Años después de ¨El Justiciero de la Ciudad¨, llega ¨Yo Soy la Justicia¨, secuela cuyo título dió nombre a esta saga.

No voy a decir que la película no me haya gustado, es entretenida y engancha, pero hay que reconocer que la trama es prácticamente la misma que en la anterior, pero faltándole cosas que hacía a la original, para mi gusto, algo superior: el entrenamiento del protagonista, tanto físico como para saber moverse en los bajos fondos, y otra cosa que resultaba muy interesante, el tema del impacto mediático que sus acciones tenían en la sociedad, bajando el índice de delincuencia y la forma en que esto inspira a otra gente a seguir su ejemplo.

En esta película no tenemos ni una cosa (obvio, ya está entrenado) ni la otra (supongo que por ser una ciudad más grande), pero aún así, tenemos una película llena de acción y venganza con algún que otro buen momento.
TANOMUERTO
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12 de noviembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda entrega de la saga "Death Wish" -de visionado obligado para cualquier "fan" de Charles Bronson que se precie de serlo-, y secuela directa de "El justiciero de la ciudad" (Death Wish, 1974), película dirigida ya por Michael Winner, "Yo soy la justicia" tiene un título español que lo dice todo. Por un lado, es cine "exploit", sí, pero para mí es mucho más que un espectáculo violento para públicos ávidos de emociones fuertes: se trata de una reflexión sobre la justicia, a la que (desde el punto de vista de Paul Kersey) se entiende como una necesidad imperiosa que va más allá de la ley; como algo que no te van a conceder por derecho, por ser una víctima, sino que lo tienes que pelear y conseguir tú mismo, por tu propia mano, por tu propia iniciativa.

No es sólo que esta ficción muestre un mundo en el que la justicia ordinaria (la Policía, los tribunales de justicia) no esté a la altura de las circunstancias; es que Kersey es un personaje necesario, y la saga "Death Wish" es y fue una saga con éxito porque en la realidad la ley y la justicia no funcionan bien: a menudo los malos se imponen a los buenos, y se impone un relativismo moral en el que todo vale y se diluyen los límites entre lo que está bien y mal. Muy mal.

En esta película, no vale ese relativismo: los malos son muy malos y por ello deben pagar por sus crímenes, y por ello son asesinados por Kersey, y, como espectadores, nos alegramos por ello, porque entendemos a Kersey. Todo eso compensa de algún modo al espectador por las muchas injusticias de la realidad. Por supuesto, es increíble la mala suerte de Kersey, que le persiga la tragedia de ese modo, pero sólo ese ensañamiento del destino explica y justifica sus acciones.

Por otro lado, es muy interesante la doble vida de Kersey, que, como arquitecto, posee cierto estatus económico, pues vive en una casa lujosa, tiene un buen coche y va bien vestido; y luego, en sus ratos libres, se disfraza de pobre, frecuenta los peores barrios de la ciudad y alquila un cuarto miserable. "Yo soy la justicia" es un curioso documento social a la vez que cine de acción. Ahí queda eso.

He visto la versión íntegra, con la secuencia -bastante cruda, por cierto- de la violación grupal de la criada; en España se han editado versiones censuradas de esta película. "Yo soy la justicia" no está a la altura de su predecesora, ni tampoco de su continuación, "El justiciero de la noche" (Death Wish 3, 1985), una gran película, de nuevo dirigida por Winner; pero es interesante. Al menos, para mí.
Pedro Triguero_Lizana
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19 de febrero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seamos honestos, el cine "de derechas" es muchísimo mejor que el cine "de izquierdas". No hay que tener una ni otra ideología para entender esta terrible e inapelable verdad.

Esta segunda entrega de "El Deseo de Matar", no tiene la altura de la original, que era una verdadera obra de autor contemplativa y profunda, aunque no resulta menos entretenida. Si más gamberra, con esa novia rubia y ochentosa que parece una versión femenina de Sonny Crocket de Miami Vice, paseándose con su trajecito blanco de lino y su coche deportivo. La pandilla de estridentes seudo punks ladrones-narco-viola-terroristas-de-la-estética son tan artificiosos cómo targets de cartón pintado de esos que se usan en un polígono para practicar tiro. Los ves nacer para morir (entre ellos el gran Laurence Fishburne con esas llamativas gafas que sólo aumentan las ganas de que un adulto vestido de traje le perfore la frente con un fierro caliente). Pandilla de reos que reproduce el esquema de un video juego: se los van colocando al protagonista para que los vaya destrozando uno a uno, para goce de una ciudadanía atormentada por el noticiero y visitada cada noche por fantasías de violencia redentora.

Esta continuación, mil veces más burda que la original, hecha por tierras cualquier tipo de debate en torno a la "justicia" por mano propia, a la problemática de la delincuencia, la actitud corrupta y/o hipócrita de lo que los yanquees llaman "liberales", la reinserción en la sociedad de personas que han cometido delitos, el perdón y la redención. La superficialidad de los problemas y la banalización de la violencia desarticulan cualquier atisbo de seriedad con que se pretenda abordar esta película. Pero queda en el aire sólo una duda, un disparador que lleva a un debate no menos interesante:

¿Por qué el cine "de derechas" es muchísimo mejor que el cine "de izquierdas"?
Repoman
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