Killing Ground

A veces no es buena cosa ver una película con demasiadas expectativas, y eso es lo que me ha ocurrido en esta ocasión. Las críticas en general me parecen excesivamente positivas.

Me ha aburrido un montón durante los primeros 50 minutos, no diría que merezca la pena la espera, pero si aguantas, disfrutaras de un final con bastante adrenalina.

Damien Power conocido por dirigir y escribir los cortos «Peekaboo» o «A burning thing» debuta ante las cámaras con «Killing ground», una película sobre una pareja australiana que para celebrar el año nuevo decide irse de acampada a un parque forestal con fatales consecuencias. En los papeles protagonistas tenemos a Harriet Dyer como Sam, la chica de la pareja, y conocida por sobre todo series de televisión como «No activity» o la miniserie «The other guy» y a Ian Meadows, el chico de la pareja, y conocido sobre todo por películas para televisión como «Early checkout» o series como «The moodys». En la parte antagonista tenemos a Aaron Pedersen, como German, conocido sobre todo por películas para televisión como «Blackjack: dead memory» o series como «City homicide».

Se trata de una película de terror del subgénero asesinos en serie y supervivencia en su última parte que presenta la acción de una forma inteligente y arriesgada para llamar la atención del espectador. Para que se hagan una idea es algo así como «Memento», es decir, que intercalan las escenas «de los buenos y los malos» para que estemos un poco perdido hasta que se cruzan. En mi opinión no está del todo bien hecho porque no te crea expectativas, es de las películas en la que es frustrante el no saber qué está pasando en cada escena. No es mala malísima pero podría haber mejorado mucho.

Los actores la verdad es que están bastante bien, todos lo hacen bien, incluso los de la familia también o sea que por esa parte no puedo destacar ningún aspecto ni malo ni bueno.

Tiene un metascore de cincuenta y nueve lo que indica críticas mixtas o promedio y una tomatá de setenta y nueve lo que indica críticas en general positivas hacia la película. A mí me recordó mucho a «Eden lake» pero en un nivel inferior ya que a la anterior le puse un ocho y a esta un seis, algo se perdió en la traducción «aussie» de cafrelandia de la anterior película.

Vale, es un género muy trillado, pero existen directores capaces de sacar gran provecho a guiones aparentemente limitados. Además, los personajes nos ofrecen un perfil totalmente diferente al que nos suelen acostumbrar en estas lides. Poco más que decir, si gustáis de estos registros, sin duda no os defraudará la película.

Lo mejor: la abrumadora belleza del verdoso y virginal medio ambiente en el que se adentran los protagonistas, captada en multitud de planos con reverencia, combina a la perfección con la exquisita violencia (para nada soez sino sutil al valerse de supresiones como la de la violación o simbolismos como el del cerdo salvaje) que el director propone en este su más que decente debut cinematográfico tras las cámaras y el papel (firma como único director y guionista); el improvisado examen doctoral de conexiones óseas al que es sometido cierto profesional del sector puede antojarse impertinente pero, al fin y al cabo, se trata de un aporte intelectual (lo cual siempre es de agradecer en cualquier caso); el turismo (desde su vertiente escenográfica) luce espléndido a pesar, no obstante, del escaso e inconsistente contenido en relación al mismo, impropio de un largometraje cuyo estreno en territorio patrio se produce en un certamen de tanta trascendencia mundial como el Sitges Film Festival 2017 (si bien hacen lo propio muchos otros de peor calidad).

Lo peor: la especie de revisión de la sensacional Eden lake (salvando las quilométricas distancias entre una y otra), poco ortodoxa y menos curiosa, en la que se traduce la obra, osada pretensión que desemboca en desoladora mediocridad si se comparan (por muy superficialmente que se proceda a ello) ambas; la leyenda de la masacre colona se menciona sin ahondar nada en ella, pudiendo haber resultado un potente y perturbador elemento argumental muy compaginable con la estructuración de una trama que, por este y otros motivos, no alcanza en ningún momento la algidez esperada; la historia principal se presume de compleja lectura (no sucede lo mismo con la paralela, algo más cuidada e inmediata) pero para nada es así, poniéndose de manifiesto tempranamente para los más avispados (el móvil amarillo y el vehículo negro son dos claves que convierten la posible inquietud en una sencilla resolución) la intríngulis de este inusual rape&revenge con algún que otro gran error, entre ellos dotar de naturalidad la decisión de acampar en solitario junto a desconocidos (temeridad todavía mayor cuando se descubre que su tienda está vacía y amotinada) y emprender una expedición con un extraño armado (peor aún si éste se define como un cazador y es, fácilmente observable, alguien depravado y sin escrúpulos como su inseparable mentor de fechorías), no cabiendo confundir cobardía con prudencia, términos muy diferentes.

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl

Survival australiano que se sobrepone a un inicio anodino y con pinceladas idiotas para ofrecer un tercio final poderoso. Una pareja de va de acampada a un lago y allí coincide con otros campistas. Lo que no saben es que hay personas que tienen sus propios planes para quienes por allí decidan pasear.

Lo de idiota va por la otra familia campista, que hace cosas de memo y protagoniza algún susto barato e innecesario. En ese inicio de planteamiento de personajes, calcado a Eden Lake (2008) echa su buena media hora, lo cual es un handicap para una cinta de hora y media y uno llega a pensar que ha hecho una mala elección. Hay más cosas que descolocan, como la motivación de los antagonistas, que parecen hacen el mal por puro placer. No me parecen bien dibujados sus papeles, todo psicópata tiene una motivación, por absurda y disparatada que sea.

Es cuando la cosa se pone tensa, mediado el metraje, cuando el invento empieza a funcionar. Y vaya si funciona. Meter a un bebé de por medio es un acierto; añade un elemento sentimental que provoca grima extra, no todos se atreven. ¿Quien no sufre viendo los padecimientos de un niño pequeño? No es la piedra angular del film pero le da mucha mordiente. La revelación sobre el carácter de uno de los protagonistas también incorpora una nueva óptica de cara al crudo final. Si aguantan unos inanes primeros treinta minutos y pasan por alto las pegas reseñadas verán su paciencia recompensada.