Acoso del más allá

De esta película no se pueden esperar grandes maravillas, sirve para echar el rato y poco más.
Los personajes no me convencen demasiado: un policía sobreexcitado, una mujer sin miedo, y un repartidor con suerte.
Existe otro protagonista: la casa. No es la primera vez que vemos una película de casas encantadas, y probablemente no será la última, pero esta no pasará a los anales de la historia, ni será tomada como ejemplo para las generaciones futuras.
También se repite algo que hemos visto en "Disturbia", con el tema de la limitación de movimientos del protagonista.
Lo mejor: que no tendrá secuelas (cinematográficas quiero decir, no hablo de secuelas en el espectador).
Lo peor: que en algún sitio leí que la recomendaban.

No creo que esta película se merezca tan mala nota como se le da. Cierto que los efectos no son gran cosa y que hacia el final decae un poco… me dió la sensación como si intentaran cerrar la trama demasiado rápido y lo que consiguen es justamente eso, que todo ocurra demasiado rápido. Se hecha de menos algún giro argumental. Así, la película empieza bastante bien y luego va perdiendo parte de la chicha por el camino.

Bueno, a lo que iba, decía que no creo que se merezca tan mal puntaje. Al fin y al cabo, y al margen de lo anteriormente citado, la película tiene algunas escenas de tensión bastante bien logradas.

Una de las cosas más importantes en una película es que sepa capturar en la pantalla ese ambiente que se supone debería tener. Y la verdad es que la película lo logra. Yo por lo menos me llevé un par de sobresaltos y también pasé un rato bastante angustioso en una de las escenas.

En definitiva, esta película ha cumplido bastante bien las expectativas que tenía puestas en ella. Que eran las de pasar una tarde entretenida y llevarme algún que otro susto. Así que al margen de todo lo demás, y por el buen rato que pasé, le pongo un 7.

Hay películas que uno ni siquiera debiera de ver. Son tan deficientes desde todo punto de vista que uno no pude imaginar que exista un público que pueda apreciar y disfrutar con estos desaguisados como lo es la tal: “Arresto Domiciliario”. Ya el tan socorrido uso de los fantasmas y aparecidos que antes se hacía con cierto rubor y comedimiento es ahora un recurso grosero y destemplado sin ninguna sorpresa de por medio. Violencia gratuita descerebrada, actuaciones planas y sin emocionar a nadie junto con un argumento que no tiene la menor lógica ni interés, conforma una propuesta realmente pobre.