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Perdidos en La Mancha (Lost in La Mancha)

Documental En el año 2000 Terry Gilliam intentó llevar el Quijote a la gran pantalla en un proyecto llamado "El Hombre que Mató a Don Quijote". Sin embargo, una serie de desgracias para la historia del cine hace que nos tengamos que conformar con el documental "Lost in la Mancha" de Keith Fulton y Louis Pepe sobre el rodaje de éste magnífico sueño de Gilliam en España. En él veremos como los técnicos se desesperarán por el modo de trabajar de ... [+]
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
28 de enero de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesantísimo reportaje sobre una película que nunca fue y que sufrió todo tipo de desgracias durante la pre-producción y el poco rodaje que se hizo, y que obligó al equipo a tirar la toalla ante las adversidades que se acumularon.
No desvelaré aquí ni uno solo de estos impropicios dignos de una maldición vudú, pero aparte de este elemento el documental nos muestra la pasión y la genialidad de Terry Gilliam, un artesano que disfruta con su trabajo y que lucha hasta el final para sacar adelante un proyecto tan ambicioso como imposible debido al poco presupuesto del que dispone.
Recomendable para todo aquél que ame el séptimo arte y que quiera saber de la dificultad de tirar adelante una película, aunque en este caso sea un proyecto fallido...de momento.
Dinou
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20 de diciembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Man Who Killed Don Quixote es conocida por uno de los fracasos mas grandes del mundo del cine. Ya de por si Don Quijote ha sido de esos proyectos malditos, Orson Welles también se obsesiono con la obra de Cervantes durante 20 años. Los dos tuvieron la misma suerte, aunque el proyecto de Gilliam parece que esta volviendo a la pre-producción con nombres tan sonados como Ewan McGregor.

Pero este documental es la historia de un hombre, Terry Gilliam y su sueño de hacer la mejor adaptación del clásico Don Quijote. Es una obra de visionado obligatorio para alguien que se vaya a dedicar al cine, sobretodo a la dirección, Gilliam se encuentra con problemas que podrían haberse solucionado fácilmente, pero su obsesión le llevo al fracaso.

Actores que no aparecen, problemas de presupuesto, tormentas, aviones y demás problemas aparecen en el rodaje de la película, la desesperación se va palpando, todos incluso el espectador observan los problemas del film y se dan cuenta de todo, crisis y estrés para todos, excepto para Gilliam, el siempre se mantiene idealista, como Don Quijote.

El resultado final es catastrófico y puedes ver como un sueño se rompe. Un documental que deberían poner en todas las escuelas de cine. Planificación, esa es la clave.
Nachogf
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14 de julio de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que cada vez que a Terry Gilliam le mentan una serie de palabras concretas (Bardenas, Navarra...) sufre espasmos, convulsiones y tiritonas. No fui testigo directo de las andanzas de la ilustre troupe de este señor por la zona, pero sí que queda alguna leyenda. Hoy un aldeano todavía se acordaba de aquel extravagante señor que vino a rodar y que con extraños ademanes se paseaba con el cráneo de un esqueleto de oveja que había encontrado a modo de gorro, encima de la cabeza.

Para gente que no conoce la zona decir que su elección del sitio no fue tan extraña. En los parajes desolados de las Bardenas se han rodado entre otras "Acción mutante" de Alex de la Iglesia y el año anterior, en la misma zona que eligió Gilliam, "El mundo nunca es suficiente", de la saga James Bond (en esta última el escenario simulaba ser Afganistán), aparte de multitud de anuncios de coches yendo por zonas semidesérticas. Hace bien poco ha estado Maribel Verdú rodando "Der tu ventana a la mía". Si algunos directores son capaces de rodar una escena de Sanfermines en Sevilla, no debería extrañar tanto que Gilliam eligiera para simular La Mancha una zona conocida ya en el mundo del cine, con unos paisajes que pueden oscilar entre los sembrados de secano, la estepa y el desierto puro y duro.

Cierto es que los militares del polígono de tiro cercano no tienen por costumbre avisar qué días toca bombardeo (¿va a ser que es que eso es alto secreto?). Viviendo a apenas 20 kms. del escenario, nunca he conseguido ver uno, pero a Gilliam le tocó la lotería. Lo de la hernia discal de su actor ya fue mala pata. Y creo que para rematarlo le tocó una buena tormenta de esas que en un momento transforman este semi-desierto arcilloso de formas endiabladas en un gigantesco pantanal surcado por torrenteras. De esas super-tormentas caerá una cada cuatro o cinco años, pero parece que el bueno de Gilliam volvió a hacer pleno.

En fin, que si alguno véis a Terry, mejor no le cantéis aquella famosa jota que dice "No te vayas de Navarra...". Y por cierto, ¿por qué será que ya no ha venido nadie de Hollywood a rodar aquí? ¿Tendrá algo que ver el jodido Gilliam? ;-)
DickHavana
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5 de enero de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 2000, Terry Gilliam, ex-Monty Python y director de películas como "El Rey Pescador" o "12 Monos", intentó llevar una adaptación de "Don Quijote de La Mancha" al cine, un proyecto en el que estuvo trabajando 10 años. Este documental cuenta las desventuras que sufrió este proyecto hasta que fue finalmente cancelado.

"El hombre que mató a Don Quijote" parecía como poco un producto bizarro, algo difícil de vender en Hollywood, pero Terry Gilliam consiguió encontrar financiación en Europa, aunque parece que no suficiente, y es que, a pesar de contar con actores de la talla de Johnny Deep y tras una serie de desafortunados contratiempos, tuvo que ser abandonado a las pocas semanas de comenzar el rodaje.

De este proyecto sólo nos queda este interesantísimo documental, en el que uno no sabe si reír o llorar, y que nos muestra lo difícil que puede llegar a ser el cine con la Ley de Murphy presente en el set... una lástima, pero al menos queda este documento para probar que lo intentaron, y para dar una lección de cine a todo aquel que aspire a dedicarse a esto.
Jose Z
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26 de abril de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay un plano en este revelador documental que exprese mejor la quijotesca empresa de Terry Gilliam sería este:
Gilliam empieza a describir los recientes pormenores de la producción, diciendo que estamos hablando de algo muy próximo al "caos", y sin embargo un ayudante le replica que puede ser algo "casi imposible".
¿La reacción? Terry Gilliam pasa a dar una risotada, alta y prolongada, que viene a expresar que es eso precisamente lo que le mueve.

Hay en todo este documental un elemento de sueño, de lucha por una realidad que no está a la altura, imposible de negar.
Y por supuesto, no caben más calamidades en un rodaje que ya estaba expuesto a ellas, pero incluso todas ellas tienen toda la pinta de ser una prueba más en el camino de Gilliam.
Como si algún fenómeno natural deseara probar la resistencia del director, un fenómeno natural contra el que, por supuesto, no cabe enfadarse ni reclamar.

Todo ello para establecer el paralelismo fácil entre el propio Gilliam y Don Quijote, dos figuras enfrentadas a lo imposible y a la vez derrotadas por la aplastante realidad, que no perdona.
No es solo un documento de vital importancia respecto a cualquier rodaje (esas caras de hastío, esa mala gana seguida del más bueno de los humores...) si no un testimonio de lo duro que es ser el único que ve un sueño que necesita de la colaboración para vivir. Era una lucha a lo imposible, una batalla perdida de antemano, y sin embargo Gilliam no lo deja ni a las primeras, segundas, terceras o cuartas de cambio, porque, como él mismo dice "disfruta de rodar, aunque sean tonterías".
Un ejemplo de lo que es un creador entregado a su obra, y quizás existente por culpa de ella, algo tan fascinante como peligroso, por las múltiples desilusiones.

Podrían cargarse las tintas contra esta realidad. Esta realidad inane y estéril, que cree demasiado poco en los sueños y si mucho en las facturas que pagar. Uno no puede si no fantasear con las maravillas que tendríamos si a las grandes mentes de la Humanidad se les hubiera dotado de recursos, tiempo y ánimo.
Pero sería hablar ni de la mitad de la cuestión: que, a veces, sencillamente, la mala suerte se empeña en que nuestras empresas caigan antes de tiempo.

Al final, es un hermoso (pero triste, muy triste) réquiem: uno por los sueños perdidos, por ese diálogo perdido entre lo racional y lo abstracto, que pocas veces se llega a dar.
¿La respuesta? No la tiene Gilliam, ni la tiene nadie, tan solo sigue rodando. Termina con las palabras de que Terry Gilliam a los seis meses quiso poner en marcha otra adaptación del Quijote. No necesito saber si lo consiguió, porque esas pocas palabras ya me dan bastante más esperanza que saberlo.
Charles
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