Non-Stop: Sin escalas

Con “Venganza“, película de acción estrenada en el año 2008, pudimos disfrutar de un Liam Neeson que se unía a ese grupo de actores que rodaban escenas de acción sin apenas uso de especialistas, véase Keanu Reeves o Lawrence Fisburne en “The Matrix“, si bien esta nueva moda en las películas de acción tocó techo gracias al actor Matt Damon y su personaje en la saga de Jason Bourne (“El caso Bourne“, “El mito de Bourne“, “El ultimatum de Bourne“).

En vista del éxito de “Venganza” y el persanaje de Bryan Mills, el estudio dió luz verde para su secuela (“Taken 2“), si bien un año antes el productor Joel Silver (“Arma Letal“, “Depredador” o “The Matrix“) quiso repetir la misma fórmula en ese otro thriller titulado “Sin identidad” (2011) y que está dirigida por la misma persona que se encuentra tras las cámaras en la cinta que nos ocupa.

Y eso es “Sin escalas“, una nueva vuelta de tuerca a lo ya visto en “Venganza” o “Sin identidad“, en la que como principal reclamo o novedad es el encontramos con que el núcleo de la acción está situado abordo de un avión que se dirige a Reino Unido desde los Estados Unidos, y siendo el héroe de la cinta un veterano y hastiado agente del servicio aéreo de los Marshalls.

Bill Marks (ya es casualidad el parecido del nombre con el del protagonista de “Venganza“) se verá envuelto en una escalada de tensión a raíz de que comience a recibir mensajes de texto por parte de un desconocido que amenaza con asesinar a los pasajeros de su vuelo, cada 20 minutos, si no le dan la cantidad de 150 millones de dolares.

El protagonista tendrá que hacer uso de todo su ingenio y conocimientos a la hora de descubrir quien es la persona que se encuentra tras los mensajes, pues de sus decisiones dependerá la vida de todos los pasajeros y, porque no decirlo, la suya propia.

“Sin escalas” también podría situarse en la línea de esa otra cinta estrenada en el año 2005, protagonizada por Jodie Foster y titulada “Plan de vuelo : desaparecida” (2005), pues en ambos films los protagonistas se veían solos y sin apenas ayuda en el interior de sendos vuelos a través del océano atlántico; si bien aquí el protagonista tendrá la ligera ayuda de la compañera de asiento interpretada por la actriz Julianne Moore (“Hannibal“).

El film, muy disfrutable y que como principales virtudes posee la buena labor de Liam Neeson y la presencia de alguna que otra secuencia de acción trepidante (véase la pelea en el servicio o todo lo acontecido en climax final), es un producto que no defraudará a todo aquel que simplemente desee pasar unos unos entretenidos 150 minutos junto a unas ricas palomitas. Eso sí, no le pidamos mucho más, ya que poco hay que escarbar y saldremos defraudados.

Lo mejor: Liam Neeson (con piloto automático puesto) y alguna que otra secuencia de acción.

Lo peor: Alguna ligera perdida de emoción en lo que es su tramo intermedio y que el personaje de Julianne Moore tenga tan poco peso en la trama.

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Desde sus orígenes, el cine estadounidense - particularmente el de los grandes estudios - ha hecho una apuesta gracias a la cual el séptimo arte devino en un producto de entretenimiento extraordinario. Dijeron: ya que en la vida real el final no es feliz... al menos hagámoslo grato en la ficción. Y de ese modo, han conseguido crear la mayor industria fílmica del mundo. Y hacer escuela en la materia.
Si en lugar de ello hubiesen sido siempre "realistas", seguramente el público mayoritario no hubiese adoptado al cine como uno de los mayores atractivos de esparcimiento mundial.

Cuando de Hollywood se trata, todos sabemos que muy probablemente la estructura dramática resuelva - dentro de sus singularidades - positivamente. Y quizás también absurdamente (aunque no sea este el caso); pero sin embargo vemos y vemos sus películas porque sabemos que durante su duración, muy probablemente quedaremos subsumirnos en un "mágico universo de ficción" que, con mayor o menor efectividad, nos garantiza abstraernos de la cotidianeidad.

Por ello, rechazo la postura (snob) de tantos dogmáticos pseudo intelectuales que tienen por deporte la costumbre de denigrar "per se" esa cinematografía, pretendiendo que esta forma de arte siempre ahonde en la condición humana sin superficialidad ni pasatismo.
Así como históricamente han sido imprescindibles los grandes directores "humanistas", también lo son quienes brindan mero entretenimiento. Eisenstein, Visconti, Bergman y W. Allen pueden convivir perfectamente con Cóppolla, Scorcese, Cameron y tantos más, seguramente "menos profundos", pero eficaces en entretener.

OK. Dicho esto - que bien puede aplicarse a la película de referencia como a miles de otras mas - me sumo a quienes les ha gustado "Non Stop". Sin ser ninguna obra de arte - cosa que no pretende ser - es un film de acción y suspenso muy solvente en todos sus aspectos.
La recomiendo.

Este thriller palomitero es de los que entrega entretenimiento sin cuartel y con pulso durante dos horas, impidiéndonos razonar y dejándonos disfrutar sólo de lo que nos entrega. Su guión tendrá fallos e incongruencias, al igual que será fantasma y tendrá momentos WTF. ¿Y qué? A mí me mantuvo mirando a la pantalla y al borde del asiento por momentos. Liam Neeson es el verdadero sello de calidad en la película, gracias a quien tiene de verdad carisma e interés en el público. Vale tanto para papeles dramáticos, como para héroe de acción y aquí lo demuestra una vez más. El ritmo es trepidante y cada giro es más intrigante que el anterior. Incluso la banda sonora acompaña y ensalza la acción y la atmósfera conseguida de tensión. Incluso algunos de sus giros, por muy descabellados que sean, pillan por sorpresa.

"Sin escalas (Non-Stop)" es todo un entretenimiento digno elevado al cuadrado, con un Liam Neeson genial y con un ritmo voraz. Quien no se lo pase bien viéndola, es porque no le da la real gana.

Sin identidad me sorprendió gratamente cuando la vi y sabiendo que iban a estrenar juntos de nuevo una película de suspense con el mismo director y actor no me la iba a perder y así ha sido, no me la he perdido y lo he pasado en grande. Pese a tener un guión más sencillo y poco original que Sin identidad, si mantiene el ritmo mejor sin necesidad de exceso de metraje que lo cuida muy bien con un ritmo que te atrapa y no te suelta y que el director maneja muy bien la cámara y el guión para jugar al despiste y vayas especulando a lo largo de la historia sobre quien es el villano de turno.
Liam Neeson vuelve a brillar como protagonista una vez más como héroe de acción que devuelve el carisma de Venganza y deja a un lado la decepción que me llevé con Infierno blanco. El personaje está muy bien llevado y sin necesidad de profundizar que lo hace en algunos momentos puntuales, te ganas al personaje demostrando empatía por él y disfrutando con cada minuto que tiene en pantalla que prácticamente no hay casi ningún plano en que no aparezca.
Pese a tener la fórmula de estar siempre en un mismo sitio, algo que no suelo aguantar, sí consigue mantener la tensión y la expectación por saber quien es el que está cometiendo esas atrocidades en el avión. No brilla mucho su banda sonora ya que es uno de sus defectos, Lupita Nyong'o viniendo de realizar un trabajo magistral en 12 años de esclavitud queda totalmente desaprovechada y la credibilidad de las acciones del villano no son creíbles porque si se analiza bien no tiene sentido aunque no voy a decirlo para no spoilear al personal ya que es una parte avanzada de la trama.
En definitiva, una película muy entretenida que te atrapa y no te suelta con un guión ingenioso dentro del término thriller jugando al despiste constantemente para saber quien es el villano de la función, pero que sin ser original logra ser un thriller efectivo y espero ya con ganas la próxima colaboración de Collet-Serra y Neeson.

Película de tensión trepidante desde el primer minuto hasta su resolución. Neeson en esos papeles de perdedor de vuelta de todo, de alcohólico que nunca se rehabilita pero sin embargo hace su trabajo, y muy bien por cierto. La premisa es curiosa, alguien va a asesinar en el espacio reducido de un avión a una persona cada veinte minutos, y él es el único habilitado para impedirlo.

La tensión va subiendo ante la inconcreción de la amenaza, y que todo desde fuera le apunta a él mismo como al culpable de la amenaza e instigador de la misma.

Solvente actuación de Liam Neeson, bien secundado por una apergaminada Julianne Moore que tras sus visitas al taller se ha dejado un cromo por rostro.

Notable, 8.