Escalofríos 2: Una noche embrujada

R.L. Stine es un escritor americano, popular por haber traído a los hogares de multitud de niños "Pesadillas" (el título original en Estados Unidos era "Goosebumps", algo así como "piel de gallina"), que eran historias de terror con un enfoque tan entretenido, como tenebroso, pero siempre apto para todos los públicos.

Lo reconozco (y no se me caen los anillos al hacerlo), yo he sido un feroz lector de sus libros (no todos, ya que son demasiados), sobre todo de su primera remesa (la más recordada), y es que, se podría decir que, "Pesadillas", forma parte de mi infancia y siempre habrá un hueco en mi corazón para dichas aventuras de horror.

En 2015, llegó una película protagonizada por Jack Black, que no fue nada del otro aquel, pero que, como producto infantil (aunque yo diría más bien juvenil) y de aventuras (que no de terror, lo cual es una lástima), funcionaba y aunque el resultado era algo fallido (no estaba a la altura de los libros), resultaba una película correcta y entretenida, que no es poco.

Tres años después, llega una secuela, que ha sido vapuleada por la crítica y que no ha sido un gran éxito de taquilla (más de lo esperado y de lo que merece), y que ya puedo confirmar que no me extraña lo más mínimo, ya que estamos ante un producto pobre, infantiloide, y que supone un enorme paso atrás respecto a su predecesora, ya que estamos ante una absoluta pérdida de tiempo. 

Para empezar, la película ya no cuenta con los protagonistas de la anterior entrega, reservando una breve aparición para Jack Black, el cual está ante uno de los papeles más desaprovechado de los últimos años. Que no tengan presupuesto para pagarle, vale, pero para eso, no traigas al personaje y el actor. En esta ocasión se opta por unos jóvenes no tan conocidos (aunque una sale de "Jumanji 2" y otro en "It") con nuevos personajes, sin carisma alguna, por cierto.

Respecto a la dirección, se nota la bajada de presupuesto, y es que esta secuela debería haber salido directamente en el mercado doméstico. Es más, me juego lo que queráis a que esa era su finalidad, pero algún iluminado decidió que era mejor estrenarla en cines. Los efectos especiales son patéticos, desaprovechando a monstruos como el hombre lobo o el abominable hombre de las nieves, los cuales ocupan casi todo el cartel de la película, pero que apenas hacen nada en la misma y salen un minuto, si me apuras. Tomadura de pelo, lo llaman en mi pueblo.

Si no tienes dinero, no los saques y no hagas el ridículo, y céntrate en el maquillaje, que si se hace con mimo y esmero no suele fallar. Pero así están las cosas en Hollywood. Respecto al guion, qué decir, una historia tópica, con situaciones mil veces vistas y, eso sí, con algún instante gracioso y de lucidez... pero hablamos de dos frases, pero lo destaco para que veáis que no soy tan malo. Por otro lado, la película es muy corta pero eso no impide que sea aburrida y estés deseando que finalice todo cuanto antes.

En cuanto al reparto, hacen lo que pueden con lo que se les ha dado, ni más ni menos. Por cierto, doblando a Slappy (el villano de la película y protagonista de varias novelas de Stine), tenemos a Santiago Segura (en la versión española). Un día nos descuidamos y dobla al Rey en el discurso de Navidad. Este hombre lo dobla todo, por dios.

En conclusión, estamos ante una oportunidad perdida, ya que ambientar "Pesadillas" y sus personajes en la noche de Halloween debería ser un éxito asegurado, pero lo que tenemos aquí es un producto olvidable, poco trabajado, y con la única intención de conseguir millones a costa de la fama de la anterior entrega (mucho más lograda, como ya he indicado) y de la de Stine y sus libros. Una jugada patética, cortesía de una película que debería haberse estrenado en una tarde de Antena 3, y creo que soy generoso.

Más críticas: ocioworld.net

La noche de Halloween cobra vida en esta nueva comedia de aventuras basada en la serie de libros escrita por R.L. Stine, que lleva vendidos más de 400 millones de ejemplares en todo el mundo.


Secuela de Escalofríos (2015) que, al comienzo me costó enganchar, me pareció una propuesta muy pasable y entretenida, aunque no estoy muy familiarizado con los libros (creados en 1992) en las que se basaron o con la famosa serie de televisión. Fue un éxito (con un presupuesto de $84 millones tuvo una recaudación de $150.170.815) y Sony decidió sacar una segunda parte con menos plata ($35 millones), el tráiler me gusto y lo puse entre las más esperadas… al principio era un reinicio pero en las pruebas la gente quería que estuviera conectada… así que se tuvo que regrabar y en nuestro país se estreno el 11 de octubre, pero a Colón llego una semana más tarde (el 18) y la fui a ver el día sábado 20 a una única función de las 19 hs.

La sensación que tuve cuando lo veía… no sé que me pasó… pero dentro de mí pensaba… que este estreno me gustaba más que la del 2015. De Rob Letterman pasamos a Ari Sandel, por mi parte… un director desconocido, y realiza un buen trabajo de cámara, no puedo decir como lo realizo actoralmente porque me toco verlo en latino. Logra un producto muy entretenido y llevadero, dura 90 minutos y no te aburrís. A pesar de que conto con menos dinero para los efectos, realizo unos diseños muy correctos (inferiores a la primera) que son disfrutables.

En la parte de guion tenemos a Rob Lieber (basándose en un argumento de él mismo y Darren Lemke). Al igual que la primera, el no quiere emplear nada novedoso e innovador, decide por el camino más simple y concreto. Emplea situaciones que vimos muchas veces, pero siguen siendo igual de frescas. Los chistes -algunos de humor negro- están bien implementados, son graciosas. Las referencias al material original y a la cultura popular (desde Stephen King, películas, etc.) funcionan. Los personajes están bien creados, cada uno tiene su gracia, pero lo mejor son los tres protagonistas (Sonny, Sarah y Sam) y el muñeco Slappy. Sobre este último lo quiero felicitar porque fue el que hizo que disfrutara más esta entrega. En la del 2015 tenía muy poca participación y era el mejor personaje… y ahora lo solucionan dándole más protagonismo y se lo merece. Tiene las mejores escenas, es el rey de la función y su diseño es muy bueno.

Otro punto a favor es el doblaje (nuevamente, no lo vi en ingles), las voces me pareció que fueron las indicadas.


Lo que si me sobro un poco fue la participación del gran Jack Black, aquí vuelve como el personaje de la anterior (en un cameo), disfrute sus partes… pero después considere que estaba de más, como que no era necesario. Pero al final lo perdone porque él es un groso de la actuación y muy carismático.


Al final, Escalofríos 2: Una Noche Embrujada me pareció -en mi opinión, muchos no van a estar de acuerdo conmigo- una gran mejoría con respecto a la entrega anterior, porque lo disfrute de principio a fin y funciona para ver en Halloween (o Noche De Brujas, como quieran decirlo), si o si no le busquen la lógica. No se la pierdan, se van a divertir… y espero que haya una tercera entrega.

Nota: 6/10
Amarillo, Pulgar Arriba.

La secuela de la película basada en las historias de R.L. Stine es una película bastante ligera que si bien no consigue ser efectiva como su predecesora, es un buen y sano divertimento.

Sonny y Sam son dos amigos que deben quedarse en la casa del primero bajo los cuidados de su hermana mayor, Kathy, ambos son un tanto impopulares y para contrarrestar eso deciden emprender un negocio como recogedores de chatarra en su vecindario, por lo que a la primera llamada que reciben deciden ir sin cobrar por ello.

Al llegar al domicilio en cuestión, la cual es una casona deshabitada y algo tenebrosa, descubren entre los restos de muebles y demás cosas abandonadas, un cofre escondido del que piensan guarda un tesoro, pero al abrirlo, se encuentran con un libro que contiene una tarjeta, Sonny la lee y con ello libera a Slappy, un muñeco de ventrílocuo de aspecto temible pero que comienza a ganarse su confianza al hacerles sus trabajos y tareas escolares, hasta que todo se empieza a salir de control.

Retomando elementos de las series y películas que han retomado una fiebre ochentera, la película pone a dos amigos en bicicletas que deberán vivir alguna aventura como suele pasar en esas tantas películas o programas de tv, en el formato de una comedia adolescente con algunas pinceladas de inofensivo terror.

La película no presenta mayores novedades, el tono es claramente dirigido a un público adolescente e infantil y a los seguidores de la saga literaria o de la serie de televisión, y el relato se torna ligero sin mayores pretensiones.

Y al final, esta secuela cumple su cometido, ser un eficaz y divertido entretenimiento, quedando a deber con la muy breve aparición de Jack Black que resulta insuficiente.

https://tantocine.com/escalofrios-2-de-ari-sandel/

Tres años después, cuando prácticamente se había olvidado la anterior, surge esta secuela y tras su visionado puedo confirmar las valoraciones que la sitúan por debajo de la primera. Por una parte, vuelve un viejo conocido que es la maligna marioneta parlante. Por otra, Jack Black queda reducido a un papel meramente testimonial. Ello relega todo el protagonismo a los niños y a priori es buena idea, pero no nos confundamos. No son los Goonies. Son una pandilla de chavales que hace gracia en sus peripecias y sustos, pero ni son altamente efectivos con el público infantil ni tampoco con el adulto. Ni tan siquiera evoca un fuerte sentimiento de nostalgia en este último.

Lo mejor de esta película es volver a ver "terror infantil" y toda una serie de monstruitos que, como ya nos está avisando el cartel, nos vamos a encontrar. En cualquier caso no deja de ser un producto para consumirlo en familia y olvidarlo a los dos días. El guión no engancha y es demasiado convencional. Verdaderamente, los libros de R. L. Stine daban mucho más entretenimiento que esta obra y eso que la anterior sí le había hecho buen tributo.

Luego de una exitosa primera parte en 2015 por parte de críticos, audiencia y taquilla, la secuela de "Escalofríos" o "Goosebumps" llegó este año en octubre, el mes de Halloween. Todos o al menos los que esperaban con ansias la secuela, pensamos que empezaría con el cliffhanger de la última escena de su antecesora, pero lamentablemente no solo tenemos una historia "diferente", sino también un elenco nuevo y una ciudad nueva.

La secuela y su conflicto está basada en el libro de "Haunted Halloween" de R.L. Stine, donde nuestros nuevos protagonistas traen de vuelta a Slappy, quien le dará vida a todas las decoraciones de Halloween con tal de cumplir si cometido. Como en la primera parte, tenemos una historia simple y fácil de entender. Si recuerdan, en la reseña de la primera película, mencionaba que el humor funcionaba en gran medida y que muy pocas veces era aburrido/absurdo. Bien, en esta secuela sucede todo lo contrario.

Después, el elenco no me terminó de convencer mucho, más allá de que los personajes dentro de la historia no requieren tanta profundización, pero si tienen química entre todos y es bastante entretenido verlos actuar juntos. Pero lo peor fue lo de Jack Black, ¿En serio tiene que aparecer 5 minutos en la película, dar un mensajito motivador y luego irse como si nada? Muy mal planteado si querían que R.L. Stine no apareciera en la secuela. Por otro lado, el cliffhanger del final si es bastante interesante pero no creo que hagan una tercera parte.

Los efectos en esta secuela también están bastante buenos aunque considero que bajaron un poco la calidad con ciertos efectos, pero están bastante bien. La ambientación y todos los vestuarios, toda esa caracterización de Halloween también está bien lograda aunque tampoco es nada del otro mundo, ya que solamente es la decoración de la ciudad.

En resumen, "Escalofríos 2: Una noche embrujada" no está a la altura de la primera, podríamos considerarla una digna secuela, pero tiene muchos puntos flojos. Cumple con el objetivo de entretener, sin más.

www.conpochoclos.com