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Beneath

Terror Presenta a un grupo de mineros de carbón que se queda atrapado a 600 metros bajo tierra tras un colapso. El aire se vuelve cada vez más tóxico y el tiempo se agota, y poco a poco se verán abocados a una espiral de locura y volviéndose los unos contra los otros. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
28 de mayo de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que el género de terror aunque numeroso, en los últimos tiempos no puedo decir que haya dado grandes películas. Pero mira por donde, gracias al festival Nocturna, y con una película sobre la que no tenía ninguna referencia, se ha producido la excepción que confirma la regla.

¿Qué es Benath?, pues basicamente estoy de acuerdo con que desde un punto de vista argumental no innova nada, una serie de personas encerradas en un espacio claustrofóbico en el empiezan a pasar cosas raras. Pero a partir de ahí, todo se hace con maestría.

A diferencia de muchas películas de este género, los actores están muy bien, y la construcción de personajes está hecha con solvencia. El estilo, el escenario de la película, te invade y te traspasa, consiguiendo contagiar al espectador parte de la angustia de los protagonistas. La trama tiene un lógica, y se sigue bien, los sustos están donde deben estar y sobrecogen siempre. Pero sobre todo el recurso al talento más allá de los medios, que es el abismo de la propia oscuridad y algunos sonidos como provocadores del terror, y que nos llevan a situarla en una clasicismo a la altura de otras grandes películas del género.

Una pelicula excelente, digna de ser vista en una pantalla grande y de la que sales agarrotado por la tensión (el mejor síntoma de que una peli de terror ha funcionado). Hacía tiempo que no lo pasaba tan mal, osea tan bien, en una sala de cine.

Espero que esta crítica sirva para que quien la lea al menos se interese e intente verla, de verdad que creo que estamos ante una gran película que hay que ver, que tiene el riesgo de convertirse en una absoluta desconocida
zymu
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23 de diciembre de 2014
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Ben Ketai debutó en el cine con una saga muerta ya desde su nacimiento. Al cineasta se le encargó la dirección de una Miniserie y la secuela de la película que David Slade dirigió en el 2007, 30 Days of Night (30 Días de Oscuridad, 2007). Lo cierto es que de una película mediocre poco se podía hacer, así que la secuela 30 Days of Night: Dark Days (30 Días de oscuridad: Tinieblas, 2010) salió directamente al circuito comercial doméstico, es decir, DVD.

Ahora sí, con Beneath (Beneath, 2014) el cineasta presenta sus credenciales, con una película que una vez más se engloba dentro del género de terror, que parece dominar el cineasta. Amparándose en unos supuestos hechos reales (que uno cuando va a buscar la información[1] sobre los citados nunca los encuentra, pero ya se sabe que para muchos productores si la película no tiene el dichoso lema no tiene la misma salida comercial) que en realidad parecen ser inexistentes, los guionistas Patrick Doody y Chris Valenziano escriben conjuntamente un libreto que por momentos parece dignificar el género elevando el nivel intelectual del terror actual un poco por encima del listón (por lo menos hay que decir que la película no utiliza el Found Footage, tan manido en el género, sino que adopta una puesta en escena tradicional). Sin embargo, todo son ilusiones, porque Beneath acaba derrumbándose, si bien es cierto que lo hace más tarde que muchas otras películas de terror.

¿He dicho Terror? Sería difícil definir la película así, por lo menos la primera parte del metraje. Beneath realiza una presentación de personajes bastante interesante, mostrándonos una serie de mineros que celebran el cumpleaños de un antiguo camarada, interpretado por Jeff Fahey. También está ahí su hija, interpretada por Kelly Noolan, y que no ha seguido con el oficio paterno. Pero entre risas y cervezas, se le propone a nuestra protagonista que acceda a trabajar un día en las minas, para que vea lo duro que es la vida en esta profesión.

Y nuestra protagonista accede. La acción pasa al lugar desde donde no va a volver a cambiar de escenario, una mina. Quizá lo más destacable de la película sea el aprovechamiento que hace de su ambientación. Ben Ketai saca todo el partido posible a la mina, elaborando una claustrofobia que se degusta poco a poco, y que sólo se rompe en el momento en que el filme empieza a introducir elementos discordantes. Sí comparamos la película con otros filmes que recientemente parecen explotar las mismas sensaciones, como es el caso de la película española La Cueva (La Cueva, 2013), veremos que los méritos de Beneath son aún mayores. El nerviosismo de La Cueva, que utiliza el mareante recurso de Found Footage para disimular sus carencias cinematográficas, resulta incomparable con la modesta elegancia que emplea Beneath en sus primeros compases. Parte de esto se debe al responsable de fotografía, Timothy A. Burton.

No puede ser casual, que cuando la película se hunda definitivamente es cuando empieza introducir los elementos fantásticos, o si se quiere de terror. La claustrofobia empezaba a hacer mella ya en el espectador, cuando Ketai nos introduce un discurso que hace sospechar hasta al más crédulo. Y es que el guión que firman Patrick Doody y Chris Valenziano resulta totalmente incomprensible, se mire desde donde se mire. No me refiero a las primeras alucinaciones que sufre nuestra protagonista, algo que además de creíble (por la falta de oxígeno) resulta efectivo, sino a lo que viene a continuación, y que creo que no tiene ni definición.

Porque aún cuando el filme pasa a los títulos de crédito, el espectador sigue en Shock. ¿Posesiones en una mina? ¿Son los antiguos mineros que quedaron encerrados hace un siglo y cuyos espíritus poseen a quienes ultrajan su territorio? ¿Una nueva droga experimental?. La película trata descaradamente de engañar al público, primero haciéndole creer que son sólo alucinaciones de nuestra protagonista, para luego poner en juego la idea de que quizá han encontrado una antigua civilización o espíritus para finalmente no resolver ninguno de los misterios, sino aún elevando esa pirueta con un plano final que a pesar de buscar el susto, no puede dejar más indiferente. En Definitiva, Beneath nada entre dos aguas, que finalmente acaban por hacer naufragar a la película. Aunque fuera en un sentido en otro, lo que realmente habría de haber hecho el filme es tomar una decisión y arriesgarse por ella, y no utilizar la comodidad que proporciona la ambigüedad.

[1] Por lo menos más allá del encierro en la mina.

http://neokunst.wordpress.com/2014/12/23/beneath-2014/
Kyrios
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8 de abril de 2020
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Una producción pequeña que da más de lo que a priori promete. Un grupo de mineros se queda atrapado en el fondo de una mina y, asediados por presencias extrañas que no se sabe si son reales o no, empiezan a matarse entre sí.

Aborda la reacción de la mente humana al aislamiento y la presión asfixiante. O quizá es que en el fondo de la mina hay algo que realmente les acecha y eso les vuelve locos. Van a tener que acompañarles en el viaje para saberlo, pero prepárense para la tensión y la angustia. Mejor de lo que parece.
KlingonCome
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