Un lugar llamado Notting Hill

Vamos a suponer que eres, no sé, carnicero. Tienes una carnicería en tu barrio y ahí estás día tras día, trabajando, intentando ganarte la vida.

Un buen día, justo después de que Josefina la del segundo de tu portal saliera de tu tienda con las pechugas para la comida, entra Angelina Jolie.

Tú tampoco lo flipas mucho, es solo una clienta más que busca unas cuantas costillas adobadas. La cosa es que inesperadamente, después de Angelina, entra en la carnicería Cupido y os dispara a los dos sus flechas del amor. Y así, de repente, os enamoráis.

Angelina va a tu casa, le encantas, tú estás nervioso y ella juguetona, hacéis unas cuantas locuras y os lo pasáis pipa. Tan bien va la cosa que al día siguiente ya le estás presentando a tu familia y amigos.

Aquí te das cuenta de que su vida tampoco es nada fácil, nunca sufrirá un desahucio, sus hijos siempre tendrán para comer, recorrerá el mundo de arriba abajo siempre que quiera, conocerá a la gente que quiera, gozará de muy buena salud, no se tendrá que preocupar porque sus hijos no puedan estudiar, ni por su pensión, ni por muchísimas otras cosas que a la persona de a pie sí le preocupa, pero oye, ella también ha tenido que soportar un lifting, una operación de nariz para estar más guapa, hay gente que está con ella por interés e incluso llegará el día en el que no cobrará 15 millones de euros por película. ¡¿Hay derecho a eso?!. Yo sinceramente no sé cómo esta buena mujer sigue teniendo fuerzas para levantarse por las mañanas.

Volviendo al tema, y como ya te habrás imaginado, hay un problema con nombre y apellido en esta historia de ensueño: Brad Pitt.

Tú no sabías que Angelina tenía pareja, sí, ya sé que es la actriz más famosa y que son la pareja más famosa, pero oye, tú no lo sabías. El caso es que tu familia y tus amigos te vieron con ella y tampoco te dijeron nada. Lo normal en estos casos.

Tú te acabas enterando de la existencia del tal Brad Pitt y de su relación con tu amada Angelina. Para tu consuelo Brad es un chulo superficial. Angelina lo deja y mueve cielo y tierra porque la perdones, vuelvas con ella, te cases con ella, la ames, la protegas, la cuides, la mimes y le hagas el amor todo lo que os queda de vida. Porque al fin y al cabo tienes que darte cuenta de que, en esencia, sois un hombre y una mujer nadando en el océano del amor.

Este gran reflejo de la realidad, de la vida misma, esta historia coherente, llena de emociones e intrigas es más o menos Notting Hill.

Eso sí, todo bajo una estupenda banda sonora y una ambientación bastante cuidada.

Sin duda una de las mejores comedias románticas de finales de siglo, con un desarrollo simple, prosaico y terrenal pero agraciado con un elenco de actores que enamoran y enganchan, y consiguen hacer que el espectador sienta, y todo ello sin olvidar esos pequeños toques cómicos, para ir rompiendo el ritmo, y así conseguir que las emociones vuelen de un extremo a otro perfectamente, risa y llanto, consiguiendo que te enamores de ella a la vez que te engancha de por vida.

La música es otro punto importante, una buena banda sonora, en su justa medida, ayuda, y en este caso, solventa esos tiempos muertos, esos pensamientos al aire de los protagonistas, rellanándolos, pero no sólo ello, aumentando en todo momento las sensaciones a transmitir.

Julia y Hugh están geniales, ella y su sonrisa ya te enganchan, él y sus ojos hacen lo propio, dos actores atractivos para la cámara, que saben actuar y saben transmitir, pero todo ello sin dejarse de un lado a Rhys, la antítesis a los protagonistas, pero igual de valioso, ya que sin su papel, el resto no sería igual.

En fin, si amas el amor, debes verla, no te decepcionará.

Curiosidad: Busqué la puerta azul, y la encontré .Más tarde leí qué la original la habían vendido. No todo se puede tener.

De los responsables de la divertidísima, acertada y lúcida "Cuatro bodas y un funeral" surge "Notting Hill", película cuyo título responde al famoso barrio londinense de no menos famoso mercado dónde se desarrolla la historia: un hombre (Grant) dueño de una tienda de libros de viaje tendrá un inesperado romance con su actriz favorita (Roberts) tras un encuentro fortuito con ésta. Es una suerte de cuento de hadas invertido dónde la princesa es el hombre y el príncipe azul la mujer, una película que recuerda y concuerda con la recordada "Pretty woman". De tono entre romántico y melancólico, pero sin renunciar al humor, funciona como una comedia eficaz, resolutiva y entretenida, de medios vuelos, con una estelar y apropiadísima pareja protagonista y una apuesta más clara por estar al lado de la comedia clásica y sofisticada americana que no de la actualmente idiotizante y juvenil.

Encantadora comedia-romántica ambientada en el no menos encantador barrio de Londres que da título a la película, Notting Hill.

La historia es mucho más enternecedora, familiar y cercana de lo normal, conecta con el espectador de inmediato y lo hace durante todo el metraje incluso cuando los desengaños se suceden uno tras otro siendo algunos de ellos innecesarios, y es que este es el único talón de aquiles del film, pero no importa porque la cinta nos regala momentos divertidísimos e inolvidables, todos ellos acompañados de una banda sonora impagable, con voces como la de Ronan Keating o canciones como "She".

Una inspirada Julia Roberts y un Hugh Grant haciendo de Hugh Grant, que es lo mejor que sabe hacer y es que, encima, nos encanta, tienen una química arrolladora en pantalla, pero en esta ocasión no nos podemos olvidar de los amigos de los protagonistas, simplemente sublimes. No te la pierdas.

Lo mejor: el final, precioso.
Lo peor: demasiados desengaños innecesarios.

Dicen de los ingleses que son algo sosos, por aquello del clima tan frío. Yo tengo una gran amiga inglesa y ratifico que no es así. Es un modo diferente de ver las cosas y de vivir el que tienen. Del mismo modo esta comedia romántica pudiera resultar sosa, pero a mi modo de ver lo que tiene es que es simple y soñadora. Desde un humor al puro estilo inglés nos cuenta un romance sin florituras. El personaje de Julia podría ser la mismísima Julia en la vida real, o lo que le gustaría a ella que pensásemos de su persona y Grant hace de un torpe y simpático Romeo que por ello mismo resulta encantador. Se pasa rápida, la película, y se ve a gusto, quitando cierto bodrio de cartel de película espacial que aparece en un autobús donde la Roberts posa con una peluca horrorosa.