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No toques dos veces

Terror Una madre llena de culpa debe desvelar la terrible verdad que se esconde tras la leyenda urbana de una bruja demoníaca y vengativa. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
21 de febrero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Produce cierta simpatía esta historia, rodada con más eficacia que talento, tan pendiente de la tenebrosidad de su monstruo como de los traumas de sus protagonistas.
Casi que da la sensación de relato sencillo para no dormir, y probablemente esa sea su mayor virtud.

'Don't Knock Twice' empieza con una madre pidiendo una segunda oportunidad a la hija que abandonó, y estructura todo su desarrollo a partir de ese conflicto.
Jess cree poder pedirle a Chloe que vuelva a casa, porque ya ha cambiado sus antiguos hábitos de drogadicta, pero el desconocimiento entre ambas, con el paso del tiempo, se ha hecho demasiado abismal como para saltarlo.
Y a su vez Chloe reinicia, casi jugando, una antigua maldición que habita en la casa más alejada y destartalada del vecindario, según la cual si tocas su puerta dos veces vendrá a buscarte un espectro demoníaco.

Hay que admitirlo, los sustos se quedan cojos, principalmente porque Javier Botet ha sobreexplotado su excepcional talento para encarnar espectros de extremidades largas, pero los elementos siniestros, y la manera de interponerlos entre madre e hija, sostienen moderadamente el interés: parece que están ahí para torpedear su relación antes que matarlas de miedo, y cuanto más se esfuerzan ambas por no abandonarse menos claro queda que no vayan a hacerlo si la cosa se pone demasiado difícil para sus fracturados afectos.

Aparte, la leyenda de la bruja guarda un matiz enriquecedor a su fachada de mal absoluto: necesita ayudantes, por muy omnipotente que parezca.
Y siempre tendrá una debilidad humana que aprovechar, o una hija a la que robar, para cumplir sus propósitos.

Nada mal para un modesto relato que nos conecta con esos miedos infantiles tan primitivos, de tocar una terrorífica puerta sin atrevernos a mirar lo que por ella asome.
Charles
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8 de enero de 2024
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En "Don’t Knock Twice", es evidente que Caradog W. James desbordaba intenciones de hacer confluir su trabajo, o el encargo de las productoras Seymour Films y Red & Black Films, con los imaginarios del colectivo adolescente. Su meta era instruirlos en el sincretismo de historias populares de terror que hierve en su olla de cocido, con las quimeras, miedos e inseguridades y otros pertrechos afines a las mochilas de papas y mamás con vástagos de estas edades. Así, tenemos dos públicos diana, perfectamente perfilados, que pueden identificarse con cualquiera de las dos rubiales del tándem protagonista: Katee Sackhoff, interpretando a la mamá Jess, una escultora desintoxicada que rehace su vida agarrándose a las faldas, mejor dicho, sería bolsillos, de un banquero llamado Ben, interpretado por Richard Mylan. Ella acude con él al centro de acogida donde se encuentra su hija adolescente Chloe (Lucy Boynton), la también blonda actriz, con el propósito de recuperarla después de haber renunciado a su tutela cuando solo contaba la chiquilla con nueve años. Así, sin más, porque la señora decide, ella solita, que es capaz de ganársela y hacérsela suya precisamente ahora, en la edad del pavo, y después de tanto tiempo. Pues que no les pase nada a las dos.

Al maromo banquero lo hacen desaparecer del metraje. No por ser actor malo, sino por secundario masculino prescindible, con la excusa diegética de un viaje de negocios. Por otra parte, típico rol del padre, o padrastro en este caso, adinerado o distante, a quien no se le verá más el pelo después de apenas una escena en la que el guion le tiene reservadas solo algunas gilipolleces dialógicas.

Queda pues claro que hoy los tíos no pintamos nada, ya seamos los de la generación adulta (que parecemos sucumbir casi siempre en este género al prejuicio tópico del desentendimiento de los problemas); o sean los tocayos de la joven, el único tal su supuesto novio Danny (Jordan Bolger), que justo después de hacer de maestro de gamberrada para la Chloe, y haber cumplido la cuota racial en cinematográfica y administrativa prescripción, también se esfuma. Mejor dicho, lo esfuma la bruja. A la que despertarán golpeando dos veces la aldaba de la puerta de la destacada casa en la que se supone, según leyendas urbanas, que mora su espíritu.

Ahí ya tenemos la primera inyección de imaginería de terror popular, introduciendo la figura de la Baba Yaga, arraigada en el folclore eslavo y costumbres/juegos/gamberradas infantiles de abolengo más moderno, como ir a tocar los timbres de las casas y, consecuentemente, las pelotas de los vecinos y salir corriendo. Algo en lo que yo mismo participaba en mi comunidad, de crío. Solo que, como mucho, nosotros nos llevábamos broncas, palabrotas, o algún que otro cubo de agua fría a pesar de que fuera invierno, a diferencia del pobre Danny, en nuestra película, que será arrastrado por el terrorífico fantasma de la bruja. Ésta irá después a por las dos «chicas de oro».

Si al principio la Chloe pone morros a mamá y le deja bien claro que no quiere saber nada, cuando se las tenga que ver con la habitante de la casa en la que ha tenido lugar el cachondeo de la aldaba, la niña corre de nuevo al regazo de la mamá, olvidándose convenientemente del abandono al que la había condenado años ha. Así se reinicia, hasta cierto punto, este vínculo perdido que en su día fue roto y marcado por la negligencia materna. Y ahora vemos retomado para presentar batalla al «pack» de toxicidades que entrarán en juego en la liza narrativa del metraje.

Creo pensar que está simbolizado en la Baba Yaga, que como elemento sobrenatural de turno, no deja de ser, o representar, una proyección gráfica en el espacio diegético de las inseguridades, temores, heridas abiertas y otros tantos bultos que ambas protagonistas están llevando sobre sus hombros. Y parece ahora que han decidido ayudarse mutuamente para sobrellevar y gestionar, para poder ambas conseguir ese estatus de independencia emocional que debería caracterizar o distinguir sus mentes sanadas del estado de confusión y tribulación en el que se sumirán hasta romper el maleficio de la bruja.

La diferencia de edad entre Chloe y su madre, interpretadas por actrices con apenas 14 años de diferencia, deja un tono postizo que sus respectivas caracterizaciones no logran ocultar. Además, ambas son rubias, con caracteres o perfiles de personalidad muy marcados. Posiblemente, Caradog W. James estuviera interesado en remarcar este significativo grado de indiferenciación en la puesta en pantalla, representando también la naturaleza especular de sus respectivos comportamientos y perfiles psíquicos en cuanto a evolución, madurez, conducta y sentimientos. Esto se puede extrapolar perfectamente a sus roles: Chloe corre a buscar refugio en casa de su madre, pero al final, ¿Quién será que, por ser más madura y haber crecido psicológicamente, tiene que proteger a la otra de la maldición?

El simbolismo de esta unicidad o indiferenciación del individuo respecto a su referente, afrontando un elemento externo y en este caso sobrenatural, sobre el que se proyecta lo más oscuro y enfermizo, es un recurso que contribuye a dar un matiz viciado y sofocante al ya de por sí siniestro y oscuro aire gótico con el que los responsables del diseño de arte de la cinta la envuelven. Lo rematan con una fotografía de Adam Frisch, que se guarda bien de que el imperio de la luz se salga o se haga con el dominio completo, incluso en las escenas diurnas, de modo que hasta éstas quedan invadidas de la atmósfera ominosa. Un efecto reforzado por una banda sonora no menos inquietante de James Edward Barker y Steve Moore que, en todo momento, rehúye las estridencias para causar sobresaltos, sin caer, salvo en contadas excepciones, en el exceso dramático.

El resto de los componentes de la factura técnica envuelven y acompañan esa relación madre e hija que constituye la espina dorsal del argumento de «Don’t Knock Twice». Se visten con la paramenta
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jordirozsa
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23 de octubre de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película empieza muy bien pero como suele pasar en este género va cayendo en los tópicos aburridos y mil veces vistos para los fans del género. Tiene una buena trama que es interesante pero conforme avanza se centran más en los tópicos que en la buena trama y acaba decepcionando mucho al espectador, tiene un buen par de sustos y a Javier Botet que siempre es un placer verle, pero nada destacable.

https://juantfilms.wordpress.com/2017/10/23/dont-knock-twice/
juantfilms
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15 de febrero de 2019
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película para mí es otra historia protagonizada por la relación madre desobligada-hija rebelde que tienen que enfrentarse a un demonio que las persigue y que las obliga a defenderse mutuamente dejando sus problemas de lado.

Hay ciertos elementos que son buenos, la historia detrás del ente que las persigue es buena ya que es venganza pura y los engaños que vemos a lo largo de la travesía es un toque extra pero… no dio la talla para mí.

No sé qué le quitaría ni que le agregaría pero ciertamente debieron hacer algo más en la parte de edición.

Puntos sólo por el suspenso que agregaron, pero en general es sólo pasable. Ni buena ni mala.
Bazinga
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6 de agosto de 2017
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué decepcionante resulta ver películas de terror. Siempre más o menos lo mismo. Un monstruo que quiere comerse a los protagonistas. Ya ni si quiera se gastan en mostrar al monstruo? Una cosa es no mostrar al bebé de Rosemary...pero ésto?? En serio no hay nada más que eso para asustar? Listo muchachos. Ya lo vimos. Cuántas veces más nos van a contar lo mismo? Cuántas veces más nos van a poner música de suspenso y esperar un susto?? Hay algo para salvar de ésta película. Está bien hecha. Si bien la historia es repetitiva, obvia y que intenta darte vueltas innecesarias,está perfectamente dirigida. El director dá una clase de cómo debe filmarse y hay tomas maravillosas. Las actuaciones también son más que correctas y la edición, muy bien. Una pena, porque si hubiera habido una buena historia que se sostenga, la materia para hacer una buena de terror, estaba disponible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nahuel
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