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Son como niños

Comedia Después de treinta años, cinco amigos vuelven a verse para asistir al funeral de su entrenador de baloncesto de la infancia. Con sus esposas e hijos a cuestas, deciden pasar el fin de semana del 4 de julio en una casa cerca de un lago, en la que muchos años antes habían celebrado la conquista de un campeonato. Curiosamente, esos días de convivencia les harán comprender que, a pesar de que ya son personas adultas, en realidad no han madurado. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 73
Críticas ordenadas por utilidad
4 de enero de 2012
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Firmado por Dennis Dugan (que no dirigido), un habitual en los films de Adam Sandler, verdadera estrella y responsable de la película. La excusa argumental es la reunión de cinco antiguos componentes de un equipo de baloncesto para honrar la memoria de su entrenador recien fallecido, junto con todas sus familias en una apartada y tranquila casa. Como es lógico, cinco personas dan juego para mostrar diferentes formas de encarar y afrontar el paso del tiempo. Tenemos desde el que ha triunfado en la vida, aunque no acaba de ser féliz, hasta el que no ha triunfado tanto y no quiere reconocerlo, pasando por el que gusta de tener relaciones con mujeres mayores que ella, algo que puede resultar divertido cuando tiene 20 años pero cuando tiene 60 puede llegar a ser patético si no recibe un tratamiento algo más "delicado". Algo totalmente impensable en un film de estas características, donde el humor de trazo grueso y en ocasiones de mal gusto campa a sus anchas durante los 90 minutos que dura el metraje.

Y eso que Sandler, en calidad de productor (y por cierto, también co-guionista del film) ha conseguido reunir a un buen grupo de cómicos habituales compañeros de reparto (y por tanto pertenecientes a su generación) como Kevin James, Chris Rock, Rob Schneider o David Spade. Además estos cómicos se han rodeado de la todavía espectacular Salma Hayek, y actrices como Maria Bello y Malla Rudolph. El film pretende combinar el tono cómico de unos tipos que todavía parecen estar viviendo en la adolescencia, junto con un tono más dramático en los que ese forma de vida y de comportarse enmascara los miedos de esta generación a envejecer, unidos a la responsabilidad de criar a unos hijos que no parecen valorar las mismas cosas que a ellos les hacían felices, provocando problemas graves de incomunicación.

Parece que los protagonistas acaban identificando el hastío y la vida rutinaria con un registro que puede llegar a alcanzar amplias cotas de aburrimiento. También se quiere ofrecer una mirada algo crítica sobre las nuevas generaciones, excesivamente dependientes de las nuevas tecnologías, y viviendo de espaldas a la naturaleza o a las cosas sencillas. Y para más "inri" dejando al apartado femenino el papel de "florero", siendo el escaso papel que tienen las mujeres en este film.

En un momento dado, el personaje de Adam Sandler le dice al personaje que interpreta a su esposa (Salma Hayek) algo así como "¡Que bien estamos, aquí no pasa nada!". Nunca una frase pronunciada en una películala ha definido mejor. Precisamente el problema del film es que no pasa absolutamente nada. No nos cuenta nada que no sepamas, y, lo más grave, no nos lo cuenta de forma diferente a otras aportaciones. Casi funciona mejor como muestra evidente de la decadencia de una generación de cómicos que ve cercano su paso al anonimato, al ostracismo y al olvido definitivo.
manulynk
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14 de abril de 2018
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Una comedieta poco inspirada a mayor gloria del insoportable y sobreactuado Adam Sandler acompañado aquí por una serie de cómicos en franca decadencia y sin mucho que aportar a un guión absurdo y con muy poca gracia, amén de un par de momentos aceptables el resto es basura.

Ni la sexy Salma Hayek logra levantar el vuelo de este despropósito.

Para verla solo si no se tiene nada que hacer, aunque opciones infinitamente mejores.
Mefisto
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19 de agosto de 2018
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No se puede ver que de un elenco tan al estilo Sandler se espere algo bueno, lo predecible se hace presente una vez mas en este tipo de películas, el pasado es lo bueno, el presente y futuro es lo que esta mal, clichés demasiados obvios y una rescatable actuación de Kevin James, solo eso.
Facundo Garnica
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11 de diciembre de 2023
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En el clímax los protagonistas enfrentan cara a cara diferentes conflictos: amistosos, conyugales y generacionales; podría llevar esta historia a un plano más dramático...sin embargo sucede bajo la bandera norteamericana y en 4 de Julio.
Así que, ¿cuál sería el único final posible?

Pues no hay otro que la alegre reconciliación familiar. Sin segundas intenciones porque no estamos ante una obra de John H. O'Hara, así se perfila la visión unilateral del todopoderoso Adam Sandler en la que fue su enésima colaboración con Dennis Dugan, un acercamiento para todos los públicos de su particular humor (curioso, ya que es cualquier cosa menos para todos los públicos) a partir de una idea concebida quince años atrás que hubo de esperar el momento adecuado y en base a pasar un buen rato con amigos de toda la vida.
Es fácil apreciar esa atmósfera en "Niños Grandes", donde cuatro de sus cinco protagonistas masculinos militaron en Saturday Night Live como Sandler; un "flashback" con ellos en los felices días de instituto tiene esa camaradería entrañable que lo envuelve todo. La actualidad, tres décadas después, halla el perverso reflejo de la vida de su guionista y actor estrella, transformado en agente de talentos de Hollywood (Feder) cuyos hijos parecen haber sido modelados a partir de las suyas propias, Sadie y Sunny; es una actualidad terrible para aquellos niños atléticos del prólogo, a quienes el guión transforma en arquetipos un tanto penosos.

El motivo de su reunión es precisamente la muerte de su mentor y entrenador, y cuando vemos a todos estos colegas de la vida real, además de sentirnos en mitad de una fiesta privada a la que nadie nos invitó, también se aprecia cómo juegan las apariencias de cara a la admiración ajena (el mejor ejemplo es Lamonsoff, quien se hace pasar por un pez gordo para no avergonzar a sus amigos). Sandler (Dugan simplemente encendió la cámara y dejó hacer a todos lo que quisieron...) nos propone un poco de desestructuración familiar y de pareja y ausencia del poder paterno sobre los hijos...
Pero sin ahondar en rincones oscuros ya que esto pasa por su filtro desenfadado, creyendo así que unos días todos juntos en un paisaje idílico servirá de reconstituyente espiritual. Pero uno de los grandes problemas es la acumulación de personajes, adultos e infantiles, y su nula profundización, definiéndolos el guión por el sistema del arquetipo: mientras los niños se postulan (sin excepciones) como los más repulsivos de la Historia del cine, los adultos (masculinos) no parecen reales, sino fotocopias de Sandler, cuyo humor, que a estas alturas ya sabemos lo ofensivo, irreverente y escatológico que es, falla en varias ocasiones al querer plantear "gags" inesperados y estirarlos de más hasta desgastar la chispa inicial.

Es mucho más acertado su agudo comentario sobre ese choque generacional entre padres e hijos, esos niñatos de la generación "Z" criados con el internet, los móviles y las redes sociales donde un guantazo es motivo de denuncia o trastorno psicológico (esto ayuda a empatizar más con los tres padres del film (Feder, Lamonsoff, McKenzie) ). Por otro lado el actor no desaprovecha la oportunidad para escaldar otros estereotipos y conductas sociales poco a poco aceptados y algunos por desgracia "normalizados", a partir de otra faceta de su humor basado en la agresiva burla ajena (el tan norteamericano estilo de comedia "roast").
Por ejemplo la educación peligrosamente permisiva con la que los niños/preadolescentes crecen hoy día, además de su insoportable aumento de la sensibilidad y la creencia de que todo lo anterior a su generación es desechable; esas madres jóvenes tan apegadas a sus hijos y (gracias al divertido personaje de Maria Bello) las que siguen amamantando a altas edades; esas personas vegetarianas/veganas que inducen a otros a seguir su mismo estilo de vida; o esas esposas autoritarias que desplazan a sus maridos hasta reducirlos a la nada en el seno del hogar. Sandler escupe azufre sobre todas estas cosas hasta quedar un panorama mucho más conservador y decente.

Pero incluso cuando expone las situaciones espinosas por las que pasan sus protagonistas, no hay un drama real ni traumas, y se resuelven de manera natural y amable para pasar rápido a los momentos divertidos y al gran partido final; es decir, los niños se quejan, pero terminan adaptándose, y las diferentes esposas también, para complacer a sus amargos maridos (¿no os parece preciosa la estampa?). Queda lo demás, los chistes y comparaciones de mal gusto, que vuelan cuales balas, las ocurrencias escatológicas y esos instantes de "sólo para divertirnos nosotros".
Son momentos en los que el espectador no se ve realmente involucrado y observa atónito la sucesión de imbecilidades igual que los hijos, desde las constantes burlas a Rob Schneider, que hace bien de sí mismo, el juego de la flecha, las salidas desagradables de David Spade o la catarata de bromas sexuales, porque, ¿puede faltar esto en una comedia de Sandler?; ofensivo para muchos (no para un servidor) serán las repetidas bromas sobre la lactancia de Sally o el hincapié de la cámara por recrearse en los esculturales cuerpos de Madison Riley y Jamie Chung (¿dónde más podría acabar la Chi-chi de "Dragon Ball Evolution"?).

Pero una de las alusiones que menos me gustan y más se repiten es que aquí todo va de perlas desde la perspectiva de un millonario y también para los que están cerca de él. Por eso los rivales de instituto de Feder son una panda de desgraciados decadentes, porque es mejor tener a un millonario sinvergüenza de amigo.
Sandler no tiene miedo de exhibirse como es en los abofeteos continuos a Schneider o en la persistencia de sus mentiras a su esposa y amigos. Pero el film termina siendo un placer culpable, de principio a fin, y uno queda con una sensación de agria satisfacción; el actor sabe que eso le gusta al público. A veces está bien reírse como un subnormal de otros subnormales...pero sólo a veces.
Chris Jiménez
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1 de agosto de 2010
9 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adam Sandler ha vuelto a hacer una muy buena comedia, y ya se intuia con su trailer. Muy superior a la melodramática película de Judd Apatow, "Hazme Reir·". Rodeado de un buen plantel de actores y actrices y con cameo de Steve Buscemi incluido, esto se agradece. Cerca de hora y tres cuartos de buenos y divertidos momentos, de risas aseguradas.
josep
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