Noches de Cabiria

Por más que lo intento, Fellini me desquicia. Admito que es un artista en crear ambientes extravagantes, en retratar personajes peculiares y que se crece en el caos, pero ese caos, a mí me marea y a veces es una encrucijada que no lleva a ninguna parte. La película empieza mal. Esa escena de amor no correspondido e interesado, en el que la dependencia de la protagonista por su "amado" se convierte en enfermiza y ese final en remojo y ella empeñada en que se había caído, como una estúpida sumisa, me sacan de quicio. Estilo Fellini y su manía por dejar a las mujeres como seres débiles, con dependencia emocional y rayando en el déficit mental.

Más tarde la protagonista, como no, su mujer en la vida real, que siempre tiene papeles en los que es vejada y humillada, empieza a sumirse en una especie de mini relatos breves que no conducen a ninguna parte. Yo me pregunto, ¿es necesario? ¿O es que los films de Fellini tienen que durar más de 2 h por norma? A mí siempre me sobran 30 minutos en TODAS sus películas. La escena del peregrinaje a la plegaria de la virgen es insoportable. Gritos y más gritos, todos hablando a la vez ¿es que quiere hacer campaña contra los italianos? ¿Es que todos son unos analfabetos, estafadores o fanáticos religiosos? No sé nada sobre la ideología de Fellini, pero la sociedad que retrata en sus films es siempre de misfits o de snobs.

La parte del espectáculo de magia es interesante, nos introduce al personaje clave.
El resto es spoiler.
Jelen Back

Mi cita con el cine italiano tiene una nueva entrega con "Las noches de Cabiria", película que cierra la etapa neorrealista de Federico Fellini. Empieza regular, luego hilvana anodinos sucesos con profundidad más aparente que real y cobra interés en la "romántica" recta final. De todos modos, el único momento que me ha gustado, tampoco demasiado, que conste, es el del ilusionista. El resto se ve con más inapetencia que esperanza, incluido un desenlace que veía venir de largo. No es mala, pero su careta de obra maestra nos hace ver por contraste un trabajo menor, predeterminado por un idealismo inocente que nada explica. Una simple historieta pseudo-rosa.

Y dicen que es buena. Por supuesto, la película pero también la propia Cabiria (Giulietta Masina, por cierto, mujer del director). La verdad no le veo ningún gesto que revele bondad pero sí, a veces inocencia, otras, mala pipa, pero sobre todo, mucha estupidez. Si es que se ve desde el principio. A propósito, admito que puede haber circunstancias que empujen a una mujer a ejercer la prostitución pero ninguna de estas sale aquí. Si es que encima tiene buen dinero. 750.000 liras apila, o sea, unos 1.200 dólares cuando en 1955 la renta per capita anual en Italia es de 700. Claro, es mejor culpar al mundo o a los hombres para justificar la mala vida que ha elegido.