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Ripley (Miniserie de TV)

Serie de TV. Intriga. Thriller Miniserie de TV (2024). 8 episodios. Adaptación de la serie de novelas de Patricia Highsmith sobre Tom Ripley. Años 60. Un millonario contrata al estafador Tom Ripley para que viaje a Italia e inste a su hedonista hijo a regresar a casa. La aceptación del trabajo por parte de Tom hace que éste se vea rodeado de riqueza, lujos y privilegios, haciéndose pasar por quien no es. Pero para conservar la vida que tanto desea, Tom tendrá que ... [+]
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Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
5 de abril de 2024
93 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien me faltan un par de episodios para terminarla, esta serie es de lo mejor que he visto en lo que llevamos de año. Cuando era jovenzuelo me leí un par de novelas de Patricia Highsmith de la serie de Tom Ripley, a raíz de la película "El talento de Mr. Ripley", la cual obtuvo cierta popularidad a finales de los 90 y que había tenido a su vez una genial adaptación 30 años atrás en "A pleno Sol" con el gran Alain Delon de protagonista. Más tarde encarnaron a este emblemático personaje de la literatura actores de la talla de John Malkovich en "El juego de Ripley" y Barry Pepper en "Ripley Underground", si bien he de reconocer que no he visto esta última. Además ha inspirado a otros personajes del cine, como el interpretado por Barry Keoghan en la reciente "Saltburn", donde el tributo a Ripley es innegable.

Ripley es un personaje oscuro como pocos, pero tanto en las novelas de Highsmith como en sus correspondientes películas, el lector/espectador no puede evitar empatizar con un tipo que, objetivamente, es de lo más siniestro. Y lo es porque su maldad es una maldad que yo denominaría como "cotidiana" si bien llevada al extremo. O sea, es un criminal, pero no del tipo habitual que imaginamos en plan asesino en serie. Ripley podría ser tu vecino del 3º Izquierda al que le das los buenos días todas las mañanas en el ascensor. ¿Me hago entender? Ripley es un embaucador y a veces sus intenciones parecen planificadas, cuando en realidad son impulsivas. Tampoco quedan claras sus inclinaciones sexuales (si las tiene). En realidad no sé cómo explicarlo y, tal vez por eso, por su ambigüedad (malvada), resulta un personaje de lo más fascinante.

Con estos mimbres, observo que Netflix ha estrenado una serie basado en el personaje de Ripley. Torcí el gesto por tres razones: 1) Es, como he dicho, una serie de Netflix, 2) Es en blanco y negro, y 3) El actor no me convencía. Sobre este último punto, el actor que lo interpreta es Andrew Scott, a la sazón conocido por interpretar al profesor Moriarty en la aclamada serie británica "Sherlock". Y digo que no me convencía su elección por motivos tan diversos como su edad (al principio de la trama, Ripley debe tener unos veintipocos años y el actor es manifiestamente mayor) y su estética (yo siempre me había imaginado a Ripley como un tipo de cierta belleza y misterioso encanto -tal vez influido por la versión de Matt Damon-, algo de lo que carece a mi entender Andrew Scott).

Pues resulta que me equivocaba. Tras vencer mis primeras resistencias, he de reconocer que la visión de Ripley en esta serie es tal vez la más realista y, me atrevo a decir, la más cercana a la idea que tuvo que tener la autora de las novelas. Esto, evidentemente, es pura especulación, ya que Patricia Highsmith murió en 1995 y tendríamos que convocar una sesión espiritista para conocer su opinión sobre esta última versión de su personaje estrella. Pero yo me doy la razón a mí mismo y así soy feliz. Además, quién lo diría, hay momentos puntuales de humor (y no necesariamente negro) que humanizan a un personaje que en realidad es bastante psicópata.

Otra cosa interesantísima es que es una serie tan visual que más que televisión es prácticamente cine. Me explico. Cualquiera que sepa un poco del séptimo arte, sabe que el cine debe mostrar y no contar. Si algo puede ser explicado mediante una imagen, que es su lenguaje natural, mejor que hacerlo con palabras. Esto es así y punto (de nuevo me doy la razón a mí mismo). Cualquiera que haya visto el clásico francés "Le Trou" (1960) se quedará hipnotizado por cómo su director mostraba los entresijos de la fuga de la prisión en vez de hacérselo decir a sus personajes. Eran unas interpretaciones tan artesanales, por así decirlo, que te quedas embobado viendo cómo los fugitivos construían ante las cámaras las herramientas que le iban a permitir su evasión. Pues eso le pasa a la serie de Ripley. Tú, como espectador, ves lo que hace este personaje y por sus actos derivas sus pensamientos. Al punto que terminamos pensando como lo hace él. Y hay un episodio (no diré cuál) en donde casi no hay palabras y es de lo más absorbente y cinematográfico que he visto en mucho tiempo. Además, el blanco y negro que al principio me resultaba hostil, refuerza mucho más el poder de sus imágenes y de la trama.

En resumen, ved esta serie. Es una joyita.
palandam
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4 de abril de 2024
44 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Scott demuestra que ha nacido para interpretar a Ripley

No cabe duda de que Patricia Highsmith creó un icono de la literatura universal y de la cultura moderna con el personaje de Tom Ripley en su novela El talento de Mr.Ripley (1955). Un referente de asesino con mentalidad de psicópata, pero que todos conocemos y con el que todos podemos empatizar. Es precisamente eso lo que destaca de esta adaptación en formato de miniserie de ocho capítulos. La interpretación de Andrew Scott es algo que no habíamos visto antes en Ripley.

Llena de matices, prestando atención a todos los detalles, incluso la forma de firmar de Ripley, y le dota de humanidad. Un hombre que pertenece a la clase obrera neoyorkina y que encuentra la forma de buscarse la vida. Un gran ejemplo del género eat the rich, que hemos visto mucho recientemente en el audiovisual en El triángulo de la tristeza (2022) o Saltburn (2023), entre otros proyectos.

La mayor diferencia con la adaptación para la gran pantalla de Anthony Minghella de 1999, en la que veíamos a un Ripley mucho más sobrio interpretado por Matt Damon, es su fidelidad. Aquí vemos la adaptación perfecta de la primera novela, vemos representada la sexualidad y moralidad ambigua de Ripley. Así, Steven Zaillian se ha mantenido fiel al espíritu del original y ha creado un guion abierto, en el que vemos como la sensación de culpa y las mentiras se van apoderando del personaje principal. Porque, al final, el sentimiento de no ser visto y marginado por la sociedad es algo que todos podemos llegar a sentir en algún momento.

*Decadencia y lujo italiano a partes iguales

Además, otro elemento destacado de la miniserie son las localizaciones. Nápoles y Roma se convierten en dos elementos esenciales. Se integran en la historia y que añaden aún más sensación de decadencia y melancolía a la atmósfera y la imagen. El director y creador ha declarado que quería que la atmósfera recordará a La dolce vita (1960). Aunque, también tiene referencias a la emblemática saga de Bond. Lo consigue a la perfección con el uso de los espacios y la imagen en blanco y negro. Y, nos hace darnos cuenta de que lo que no se dice es igual de importante que lo que escuchamos.

*Conclusión

En conclusión, Ripley supone una adaptación brillante y una vuelta a los orígenes de la novela de Highsmith. Un homenaje al material original en el que Andrew Scott nos reafirma su capacidad para convertirse en un camaleón de la interpretación. El actor despliega todas sus capacidades para hacernos sentir miedo, ternura, melancolía, interés y empatizar con un personaje que, teóricamente, se convierte en el villano. La historia y las interpretaciones te atrapan y hacen que el viaje de los personajes se sienta como algo desconocido.

Escrito por Maria José Cánovas
Cinemagavia
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7 de abril de 2024
36 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un joven buscavidas sin escrúpulos queda fascinado por una pareja adinerada de la cual se aprovecha, llegando incluso al asesinato y a la suplantación de personalidad. Sobre ese mismo tema se han hecho varias películas, pero me ha gustado este nuevo enfoque en forma de serie de la famosa novela de Patricia Higsmith. Un enfoque más pausado y atento a los detalles, donde brilla una magnífica fotografía en blanco y negro que, aunque algo fría en su nitidez digital, nos retrotrae con acierto a esa fascinante Italia de finales de los cincuenta y principios de los sesenta inmortalizada en películas míticas como La Dolce Vita.

Como elemento negativo cabe señalar que el actor protagonista resulta demasiado mayor para interptetar a Ripley (21 años más que Delon cuando interpretó al mismo personaje), y aunque en la serie Ripley tenga treinta y tantos años en vez de veinte y tantos, Andrew Scott (magnífico por otra parte como esquivo psicópata desalmado y embaucador) sigue siendo demasiado mayor, pues está más cerca de los cincuenta que de los cuarenta.

Lo peor de la serie, sin embargo, es el inverosímil capítulo final, que le deja a uno un mal sabor de boca de lo poco convincente que resulta. Y sigo en spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
alex
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6 de abril de 2024
32 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay series que merecen ser vistas únicamente por lo visual. Me acuerdo por ejemplo de "Fundación", de la que no entendía absolutamente nada pero disfrutaba de los planos, los escenarios y los efectos especiales.

En este caso la serie rompe con muchas de las normas a las que estamos acostumbrados. En primer lugar está rodada en un bellísimo blanco y negro. No abundan los travellings y los planos son pausados. No hay acción en todo el primer episodio salvo las subidas y bajadas del protagonista de ciertas escaleras.

No obstante esta serie está aquí para diferenciarse y eso la hace interesante.

Andrew Sctott está sin duda en su mejor momento tras Fleabag y desconocidos. Y lo cierto es que es un actor excelente y lo merece.

Poco más que añadir. Leí la novela original de Patricia Highsmith y he visto las dos versiones anteriores de la novela. Supongo que de no haberlo hecho sería más interesante porque no conocería la trama. Con todo, creo que esta nueva adaptación vale la pena de primeras únicamente por el aspecto visual, aunque entiendo que es de cocción lenta y hay pocos espectadores acostumbrados a ello.

Dadle una oportunidad.
DoctorHausen
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7 de abril de 2024
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así de primeras me echaba un poco para atrás meterme en esta nueva adaptación, habiendo visto ya A pleno sol y El talento de Mr. Ripley. Pero en la balanza hacía contrapeso The night of, la anterior miniserie del director, Steven Zaillian, que me había encantado.

Al final ha sido un acierto total el revisitar esta historia desde esta nueva óptica, y ahora diré por qué.

No escribo esta reseña para hablar del guion ni del argumento de la serie, ni siquiera de las interpretaciones. Así rápidamente, en esta nueva entrega se mantienen los mismos ingredientes de la trama, con un personaje central totalmente jugoso y poderosamente seductor, y buenas dosis de tensión. Aunque tampoco se puede negar que algunos personajes resultan demasiado ingenuos y alguna situación puede resultar exasperante.
En cuanto a los actores, veo algo irregular el reparto. Excelente la actuación de Andrew Scott, que es la importante, pero algo flojas para mi gusto las de Dickie Greenleaf y Marge. Bastante extraña la elección de casting de Eliot Sumner como Freddie Miles, me chirría bastante ese personaje. La galería de secundarios en cambio es excelente, con especial mención a todos los recepcionistas de todos los hoteles que recorre Ripley a lo largo de la serie.

Pero voy directamente al objeto de este comentario, y lo que realmente me ha deslumbrado de esta miniserie.

Empiezo por la fotografía, ese blanco y negro casi expresionista, esos encuadres e insertos de planos desde todo tipo de ángulos, deteniéndose en cientos de detalles, callejones, ventanas, puentes, esculturas, cuadros... Es tremendo el arranque de la serie, toda la parte de Nueva York, la manera en que está fotografiada es en realidad una radiografía de nuestro protagonista, su psicología, su estilo de vida, sus tejemanejes, todo. Un 10 para el primer capítulo, una obra de arte en sí mismo.

Luego está la obsesión con algunos elementos, como lo son el agua y las escaleras, que son transformados en una suerte de estribillo que se repite incisivamente. El agua, sin querer hacer spoiler, es trascendental en la historia, y va a acompañarnos a lo largo de la serie como si de un río se tratara. La ducha averiada de Nueva York, las pesadillas acuáticas, la empresa de barcos, el yate, la lancha y, por supuesto, la propia Venecia. Y luego están las escaleras, que hasta adquieren un valor cómico en esas constantes subidas y bajadas por el pueblecito italiano, o el ascensor averiado de Roma. Pero también lo veo como una metáfora del poder, del estatus de cada personaje y el ansia por ascender en la escala social por parte de Tom Ripley.

Otra cosa interesante para mí ha sido la obsesión con Caravaggio. Hasta el punto de ser vital en alguna de las escenas. También creo que ha influido en la manera de trabajar la luz en ese blanco y negro tan expresivo. Y otro matiz que yo veo es que a medida que Ripley se introduce en un nivel de vida cada vez más refinado y aristocrático, va en aumento su observación del arte, y su devoción por él. Incluso pareciera que Caravaggio es lo único que puede llegar a apasionarle profundamente, dado que el personaje carece de toda pulsión emocional o incluso sexual.

Por último, otra cosa que me parece extraordinariamente destacable es la fisicidad con la que está narrada la historia. No me gusta mucho el palabro "fisicidad", pero me refiero a cómo se detiene la narración en mostrarnos cómo son ejecutadas las acciones por parte del protagonista. Lo que en cualquier otra serie estaría reducido a un montón de elipsis, es mostrado aquí con todo lujo de detalles y casi en tiempo real. Y además con imperfecciones, descuidos, errores y torpezas. Lo que dota la acción de una humanidad aplastante, y también de veracidad, en contraposición a esa perfección que suele mostrarse actualmente en el cine para este tipo de personajes, que actúan con precisión milimétrica. Hay muchos ejemplos, pero me viene aquí a la cabeza otro personaje muy heredero de Ripley, como lo es Jason Bourne, curiosamente protagonizado por Matt Damon, quien también fuera Tom Ripley en el film de 1.999.
winstonsmith
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