Los violadores del amanecer

Sexo y violencia, un dúo muy atractivos. Nos encontramos ante otra muestra del cine kinki de los 80, donde se mostraba en la pantalla grande lo mejor de cada cárcel. En esta ocasión un grupo de cuatro menores se dedica a asaltar a chicas de su edad para violarlas y robarles. Las víctimas no son al azar, si no que son seleccionadas previamente entre las más bonitas que ven por el barrio. Además atracan gasolineras, hoteles, etc. con la ayuda de la hermana preñada de uno de ellos, también menor.

La primera víctima es Linda Lay, que nunca me cansaré de decir que hace honor a su nombre, porque está para hacerle un monumento.

Los asaltantes son delincuentes juveniles sin oficio, ni beneficio, ni luces ningunas, que intentan hacerse los chulos e imponerse sobre los demás componentes del grupo con violencia.

Robos, secuestros, violaciones, drogas, incesto, navajas, escopetas,... no le falta de nada a esta película. Iquino aprovecha además para hacer un alegato en pro del aborto, al menos en estos casos, y para desarrollar un poco el trauma que supone esta agresión para las víctimas y sus familias.

Flipando un poco con las críticas de la gente... una película sobre violadores, y pretenden que sea bonita...

A mí me ha parecido una película bien hecha, cruda, directa, un drama social, 100% cine kinki. Muy realista. Un grupo de violadores que van a lo suyo hasta que la policía consigue cogerlos. Con el tema de la manada ya sabemos como es este tema... ¿y a la gente le parece raro que en esta película campen a sus anchas?

Como decía, real, cruda, triste y que consiste meterte el odio a los protagonistas en el cuerpo.
También se centra en la psicología de las víctimas, en la respuesta de la gente... No merece más puntuación porque la cosa no da para más, pero mala película, no me lo ha parecido. ¿De mal gusto?, pues claro, de eso va, de retratar un mal de la sociedad, si lo hubieran hecho más light, no valdría para nada.

Iquino es uno de los peores directores que ha habido y habrá en este país. Y su filmografía, especialmente desde los setenta en adelante, no merece otra cosa que ser quemada y enterrada para siempre. El director tarragonés se convirtió en un auténtico experto de subirse al carro que más convenía al final de su carrera, primero con el cine erótico (catalogado mucho más gráficamente en España como "cine de destape") que explotó en los 70, y a continuación con el cine quinqui o "social".

Bajo el pretexto de la crítica social más ramplona y naïf, Iquino se sacó de la manga películas como "Aborto criminal" o este engendro que es "Los violadores del amanecer", donde puso más énfasis en mostrar carne femenina que en generar un debate con cara y ojos sobre la delincuencia juvenil de la época, los medios con los que contaba la Justicia o la indefensión de las víctimas.

"Los violadores del amanecer" nos muestra las actividades delictivas de cinco quinquis que se dedican a atracar y violar día sí y día también. Mientras que las escenas de atracos están rodadas de forma patética, Iquino le puso muchas más ganas a las secuencias de violaciones, en las que mostró con todo lujo de detalles cómo el grupo de delincuentes acosa, tortura y abusa sexualmente de hasta a tres chicas a lo largo de la película.

Las escenas de violación no son nada agradables (ahí hay que aplaudir a Linda Lay y Mireia Ros, quienes resultan bastante creibles en sus forcejeos con los cuatro bestias de turno) pero además Iquino las alarga hasta la extenuación, llenando minutos de cinta que no aportan nada más allá de ver desnudas a unas actrices (Linda Lay, Eva Lyberten, Jennifer James...) especializadas en enseñarlo todo a lo largo de sus respectivas carreras.

Por lo demás, el guión es ridículo, y cuando entra en juego algún tema interesante (el aborto de Mireia Ros), Iquino lo zanja de manera cortante, buscando tan solo la reacción más primaria en el espectador.

Sin duda una de las peores películas del género "quinqui".

El título no invita a la tranquilidad, el curriculum del cineasta tampoco, y la época en la que se rodó menos aun, es totalmente previsible, un desfile de crueles humillaciones a mujeres sorprendidas por una banda de indeseables, el cine del destape unido a la violencia, es una película totalmente revisable y olvidable aunque por su crudeza difícilmente la olvidareis.

Es una película bastante repulsiva, consigue impactar.
Los protagonistas tienen pinta de tíos peligrosos y consiguen generar inquietud, una chica que vea la película sentirá la tensión y el miedo de lo que ellos le pueden hacer.

Encima tienen a una chica que les ayuda, es curioso ver a una chica ayudando a los protagonistas para que violen a otras chicas.
Se refleja una gran falta de empatía y solidaridad de esa chica, al ver a otras chicas en esa situación.

Lo que más me impactó fue la historia de la primera chica (Linda Lay). El resto ya me provocó más indiferencia al ser más de lo mismo, pero la primera es la que más recuerdo. Sobre todo, el modo en que el violador principal (Bernard Seray) trata a la chica, se me quedó grabado por su dureza.