Haz click aquí para copiar la URL

Los despiadados

Acción Madigan y Bonato son dos policías veteranos que se ocupan de los más duros trabajos callejeros. Durante una operación rutinaria, se les escapa un delincuente que está siendo buscado por toda la ciudad. Su jefe, indignado por su negligencia, les da un ultimátum: deben encontrar al fugitivo en un plazo de 72 horas, antes de que la opinión pública se entere. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 5 >>
Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
28 de diciembre de 2008
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue Don Siegel el máximo exponente de la regeneración del cine negro durante los 60’s, los cánones clásicos empezaban a no servir y la figuras del hombre de la ley y el delincuente estaban cada vez más cercanas, creando una ambigüedad moral que suele ser el epicentro de su cine. Desde la espectacular “Código del Hampa” (1964) hasta “Harry el Sucio” en 1972 y “La gran Estafa” en 1973, Siegel dirigió dos obras menores como “Brigada Homicida” y “La Jungla Humana” pero no carentes ni mucho menos de interés (de hecho, las andanzas de Harry Callahan tienen un precedente muy claro en estas dos películas).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
griffinjazz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de enero de 2007
33 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
El veterano detective de la policía, Daniel Madigan, patrulla las calles con su inseparable compañero Rocco Bonaro. Ambos han de verse las caras con tipejos de dudosa calaña: un dandi enano y su "guardaespaldas", un asesino mujeriego, un soplón alcoholizado, un proxeneta melenudo... El comisario Russell es jefe de Madigan y no le aprecia demasiado. Recuerda que se servía de su placa para comer gratis. Sin embargo, es benevolente con su amigo y compañero, el inspector jefe Kane, aunque haya incurrido en un grave delito.

Estupendo filme de policías, lleno de acción y de pesadumbre. Siegel, muestra las escenas de Madigan de modo trepidante en contraste con las escenas de Russell, más pausadas. Mientras el policía Madigan debe capturar a un asesino en un fin de semana, corre por las calles, sube escaleras, salta de azotea en azotea, extorsiona a mujeres indefensas, asalta domicilios privados y se involucra en tiroteos, el comisario Russell se refugia en su despacho, tiene citas amorosas con una mujer casada, asiste a las fiestas del cuerpo y… ¡mañana será otro día!
Kick'Em Ars
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
30 de junio de 2009
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en los años 30 se implanta el Código Hays en el cine norteamericano, no fue por motivos políticos o puritanos, esencialmente y en un principio se debió a que las películas de gángsteres se habían convertido en un espectáculo de violencia desaforada que preocupaba a las autoridades. Cuando el Código desapareció en 1967, era normal que precisamente se recuperara un género, el policiaco, que estaba por aquel momento medio muerto, ya que ahora se podían incluir todo aquello que antes era más difícil y que en el mundo de la delincuencia es habitual, como drogas, prostitución, corrupción y todo tipo de personajes que pululan por las alcantarillas de las ciudades.

Este repunto del cine policiaco culminó con el éxito de “French Connection” en la gala de los Oscar del 72. Por el camino se hizo de todo, unas mejores y otras peores, pero particularmente una de mis preferidas es “Madigan”, uno de los trabajos más interesantes de Don Siegel, un director al que desgraciadamente se le negó una y otra vez el pan y la sal.

“Brigada homicida”, como se la conoce en España, es un durísimo retrato de las relaciones internas de la policía de Nueva York, donde la jerarquía prevalece por encima de la razón y de la verdad. Más que la investigación de turno, muy interesante, el guión de Abraham Polonsky (mejor siempre como escritor que como director) incide en los trapos sucios de los jefes y en su frialdad ante el sufrimiento de los agentes que hacen la calle. No se olvida tampoco del tema más personal, de sus parejas, conflictos, infidelidades, incomprensión e hipocresía en sus relaciones.

Reparto de altura, mientras Henry Fonda está magnífico en su personaje de comisario distante, calculador y carente por completo de empatía hacia sus inferiores, Richard Widmark demuestra que sigue estando a la cabeza de los más grandes actores y a la vez olvidados de la historia del cine.

Ver esta película es como tomarte un vino de Vega-Sicilia, sabe a otra época y te devuelve a ella. Brindemos por ello. Salud.

Nota: 7,8.
vircenguetorix
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de febrero de 2008
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro cásico firmado por Don Siegel. Quizás no esté entre sus mejores obras pero cuenta con todos los ingredientes para ser un gran film policíaco. Siegel consigue que, sin demasiada acción en la cinta, se consiga mantener durante cien minutos ese ambiente de tensión e intriga ante el devenir de los acontecimientos propio de los grandes films del género.

Con grandes actuaciones tanto en lo protagonista (Richard Widmark y Henry Fonda) como en lo secundario (Inger Stevens y Harry Guardino) Siegel, al contrario de lo que hizo en Código del Hampa, se centra principalmente en el desarrollo de los personajes y la relación que se establece entre ellos. La de los dos detectives (auténticos sabuesos, depredadores de la calle), la de ambos con sus esposas, la de Madigan con su amante, pero sobre todo la del Jefe de Departamento con su amigo y lugarteniente. Ambos nos regalan un par de diálogos sobre la honradez y la amistad que son dignos de recordar y sin duda lo mejor de la película.

Ambientada en las calles de Nueva York, con todas las buenas imágenes que esto conlleva, con una gran banda sonora que borda cada momento en la película, con un guión bien escrito y añadiendo a esto unos diálogos superiores, tenemos otra gran película de Siegel que, como he dicho anteriormente, sin ser la mejor si es otro clásico del cine policíaco de los sesenta y setenta convirtiéndose en otra muesca de oro más dentro de la carrera de este enorme director.
Alfie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de octubre de 2006
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realizada por Don Siegel, se basa en la novela "The Commissioner", de Ridchard Dougherty. Se rodó en escenarios naturales de NYC y en plató. El productor fue Frank Rosemberg. Se estrenó el 22-III-1968 (EEUU).

La acción tiene lugar entre el 9 y el 11 de junio de 1967, en NYC. Narra la historia del detective Daniel Madigan (Richard Widmark) y de su compañero de patrulla, Rocco Bonaro (Harry Guardino). Al detener a Barney Benesch (Steve Ihnat), delincuente supuestamente rehabilitado, éste les sorpendre, desarma y huye. De regreso a la Comisaría para dar cuenta de los hechos, se enteran de la reciente participación de Benesch en un asesinato y de la orden de búsqueda y captura dictada contra él. El comisario-jefe, Anthony X. Russell (Henry Fonda), les da 3 días (el fin de semana) para que detengan al delincuente.

La película es un revival del cine negro americano de los años 30 y 40, realizado con convicción, afición y buen oficio. La trama central se basa en un fallo policial de dos detectives expertos, que desencadena una acción contrarreloj, en la que los dos veteranos se juegan prestigio y futuro. La tensión dramática corre en paralelo a la progresión del suspense que rodea la desaparición de Benesch y el paso del tiempo. La acción es trepidante, tanto en la persecución inicial del fugado, como en las pesquisas para localizar su paradero. Dan y Bonaro encarnan al policía incorruptible, honrado, volcado en el trabajo, que sacrifica su vida familiar en favor del trabajo. En paralelo se desarrollan varias acciones compementarias, como el affaire de Russell con una mujer casada, Susan Clark; las protestas de Julia Madigan (Inger Stevens) por la falta de atención del marido; las relaciones de éste con una cantante de cabaret, etc. A Siegel le interesa sobremanera describir el entorno familiar, las debilidades, los deseos y las miserias de los protagonistas, que muestra como seres humanos, no como héroes. Critica la corrupción del Cuerpo y hace la apología del agente duro, aunque algo marrullero y en exceso violento. Años más tarde dirigiría "Harry el sucio" (1971), apología del policía violento.

La música alimenta el clima de suspense y acción del film. Hace uso de percusiones múltiples, melodías de saxo, música de baile y combinaciones varias. La fotografía dibuja estructuras rectangulares, que evocan la abstracción de Mondrian y el constructivismo de Torres García. Cada secuencia tiene sus colores predominantes, combinados con agudo sentido de la armonía. El sombrero de Dan y Rocco delata su condición de agentes tradicionales, ajenos a la nueva moda impuesta por Kennedy (1961/63). El guión habla de amor, infidelidad, compañerismo y sacrificio. Las interpetaciones de Widmark y Fonda son magníficas. Inhat realiza sobreactuaciones poco adecuadas. La dirección crea una obra digna y entretenida, que le consagró como especialista en obras de acción.

La película se ajusta a un estilo realista, de trazos casi documentales.
Miquel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow