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Buffalo Bill y los indios

Western. Comedia Western basado en una obra de teatro de Arthur Kopit, que narra, en tono paródico, la vida del legendario Buffalo Bill (Paul Newman), que hacia 1885 triunfaba con su espectáculo circense. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
11 de octubre de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los temas que reveindica esta película son los derechos de los indios norteamericanos y su maltrato a lo largo de la historia. Ni los blancos eran tan buenos ni los indios eran tan malos, sin embargo Buffalo Bill se niega aceptar lo que realmente pasó y quiere plasmar en su espectáculo lo que cuenta la historia pero no la verdad.

William F. Cody (Paul Newman) se cree el personaje que ha forjado a lo largo de los años: Buffalo Bill. De ahí las palabras del personaje de Burt Lancaster de que cuando alguien se cree el personaje que está interpretando, es cuando se sale fuera de la realidad y ya es imposible volver a ella.

Las actuaciones son buenas, Paul Newman es creíble en su personaje de Buffalo Bill y los diálagos de Burt Lancaster son de lo mejor de la película junto con las escenas cómicas entre Buffalo Bill, Toro Sentado y Hashi.

Viendo el DVD editado en España, surge la pregunta del porqué la versión en Castellano dura 90 minutos y se han cortado numerosas escenas respecto a la versión original que dura 120 minutos.
bruce_waynes
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28 de abril de 2010
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso. Paul Newman no esta mal, no lo está, pero otro actor más caradura le hubiera dado al Buffalo Bill de Robert Altman la sinvergonzonería que quiere (pero no termina de conseguirlo del todo) darle el director. Burt Lancaster grande, como siempre. Harvey Keitel irreconocible, no es nuestro Harvey Keitel de piel de cocodrilo, aqui es un chavalín. Por lo demás la historia no está mal, es simpática y está bien hilada, y aunque no es un peliculon tiene su profundidad, en mi opinion. Yo creo que es un western aunque no hay tiros de verdad, ni duelos al sol. Pero hay vaqueros (o postvaqueros, si este termino existe) y, sobre todo, indios: derrotados, engañados y dignos. Atentos a los discursos de Burt Lancaster pues ahí está toda la chicha de la peli.
inisfree
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29 de mayo de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert Altman produjo y dirigió este western crepuscular basado en la obra ‘Indios’ del dramaturgo Arthur Kopit, una sátira sobre la figura del legendario Buffalo Bill y su espectáculo circense.
Paul Newman se despedía del género dando vida al personaje, un mito venido a menos al frente de una troupe de perdedores, entre quienes veremos a la tiradora Annie Oakley y al mismísimo jefe sioux Toro Sentado. El film deja un sabor amargo en su refelexión sobre el ocaso del salvaje Oeste y el genocidio indio.



“Buffalo Bill. Inventarte ha sido lo más emocionante de mi vida.”
CINECLUB
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31 de julio de 2012
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revisando el género, desmitificando al hombre, aludiendo a una ácida crítica hacia la matanza de indios durante la conquista del Oeste. Robert Altman realiza una película sincera, honesta, comprometida, basada en la parodia y la burla hacia la figura del mítico Buffalo Bill en los años en los que triunfaba con su espectáculo circense. Es valiente incluso, pero no muy efectiva, muy básica en lo técnico y en el guión, en definitiva un film fallido con buenas intenciones.

La película retrata bien la figura idolatrada y mitificada de éste héroe americano cuya persona no deja de ser un esperpento, un bufón para entretener a los demás que vive de las rentas de su gloria pasada. Precisamente el hecho de que la película ahonde en la faceta circense la convierte muchas veces en una obra de teatro más que en una película y el guión no se exprime como debiera, de hecho, no hay grandes momentos que recordar todo pasa desapercibido e incluso el gran elenco de actores con el que cuenta Robert Altman está desaprovechado, bien a secas Paul Newman interpretando un papel que no le ‘pega’ demasiado, algo mejor Burt Lancanter, el resto simplemente representa a personajes demasiado anodinos como para destacar.

Por tanto lo mejor de la película se queda en la crítica que logra, acusando directamente al corazón de la creación de los Estados Unidos por su victoria homicida, contrapuesto a la templanza y paz que desprende un pueblo indio encarnado aquí por un Toro Sentado ya derrotado que se ve obligado a participar del espectáculo inventado de Bill, pero que guarda su dignidad y su sabiduría. De igual modo, la crítica interna al espectáculo y a la fabricación de ídolos enaltecidos que no dejan que la verdad no se interponga entre ellos y el público. Dos conceptos interesantes, pero poca película que inexplicablemente recibió el oso de oro en Berlín, Robert Altman no quiso ir a recogerlo, por algo sería.

http://palomitasconchoco.wordpress.com
Palomitasconchoco
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23 de septiembre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
344/22(22/09/21) Fallido (sobre todo por las expectativas), que no mal western revisionista (aunque ganó Ganadora del premio Oso de Oro 1976 del Festival Internacional de Cine de Berlín, Altman no quiso ir a recogerlo) dirigido por el iconoclasta Robert Altman, que con guión propio (también produce) junto a Alan Rudolph, adaptando una obra teatral de Arthur Kopit. Iba a suponer la tercera colaboración entre la estrella Paul Newman, y el director George Roy Hill (habían hecho las míticas “Dos hombres y un destino” y “El Golpe”), pero al final el proyecto fue a parar a Altman, que convierte la cinta en un western crepuscular ocasisticos, propio de la década donde se desmitificaba al “Manifest Destiny”, la Conquista del Oeste, ello precisamente en el 200 Aniversario de la declaración de Independencia USA, lo cual no sentó precisamente bien. Ello arremetiendo contra el racismo de los supuestos héroes de la colonización, ensalzamiento de los indios, contra la creación de leyendas y mitos que no concuerdan con la realidad, exponiendo en un perverso espejo (el duelo ficticio entre dos mitos del Salvaje Oeste)al legendario Búfalo Bill rodeado de aduladores y ‘pelotas’, siendo un vanidoso, hedonista, pomposo, egocéntrico, deformador de la historia en su favor, frente a Toro Sentado (Frank Kaquitts en su única aparición en cine, teniendo su gran escena en el paseo majestuoso y noble ante el público embestido de regitud) como un jefe indio orgulloso (el que venció a al General Custer en la icónica Batalla de Little Big Horn), soberbio, hierático (no dice una palabra en el film), que es forzado cual esclavo (fue comprado por el espectáculo de Búfalo Bill), a representar un papel de villano tergiversado en su circo. En lo que se puede ver también como una ácida crítica al capitalismo que convierte la historia en una chirigotada, da una visión caricaturesca de la verdad, y todo en pos de los buenos dividendos: es un retrato desalentador de la cultura blanca, donde todos resultan ser ineptos, incompetentes, envidiosos, racistas, o petulantes, frente a los indios que los observan extrañados ante tanta payasería.

Film coral (marca de la casa Altman), donde hay toda una pléyade de personajes que entran y salen de escena con gran fluidez, pero con poco espacio para exponerse con algo de carácter, con errores de casting tan claros como el del gran Harvey Keitel como sobrino de Búfalo Bill, donde solo se abre camino como secundario el Totémico Burt Lancaster en un rol de diáfano alter ego del director (nunca se llega a saber quién es), la voz crítica que flota por el metraje cual narrador omnisciente que pone el acento en la realidad y no en la leyenda deconstruida, llega a decir de Bill más o menos: “Cuando alguien se cree el personaje que está interpretando, es cuando se sale fuera de la realidad y ya es imposible volver a ella”.

Por supuesto está de protagonista la estrella Paul Newman, encarnando con gran vis cómica mezclada con cansancio vital, entre el bufón y la autoconciencia de su propia artificiosidad, llega a decir como manipulador: "Tengo un sentido de la Historia... y soy yo quien manda!"; Además aparecen en roles más o menos cortos Joel Grey (como el productor-presentador por altavoces de este particular circo), Kevin McCarthy (como el publicista del espectáculo), Harvey Keitel (como un ayudante y familiar de Bill), Geraldine Chaplin (como experta tiradora Annie Oakley, no se sabe porque lleva el brazo en cabestrillo), John Considene (Frank Butler, sufrido y a veces diana de Annie), Will Sampson (como el disfuncional intérprete de Toro sentado), o Pat McCormick (el pomposo Presidente USA Grover Cleveland, muy divertido como a cada cosa que le preguntan debe escuchar lo que le aconseja un ayudante) , Shelley Duvall (como la esposa del presidente).

Creando entre todos un collage de personajes que parecen exhibidos en viñetas, pero donde les falta un hilo narrativo y no sentirse poco más que sketches, donde los momentos buenos los hay, tiene buenas frases (Siempre recuerdo la lapidaria que suelta Búfalo Bill: ‘Lo último que un hombre quiere hacer, es lo último que hace’), pero con mucho valle, momentos lánguidos, donde el tono se queda medio camino de nada. Queda constancia de lo que se quiere contar, de la autopsia al Lejano Oeste, pero adolece de dispersión de abarcar mucho y apretar poco

La historia comienza en 1885 con la llegada de una nueva e importante estrella invitada a la gran ilusión de Buffalo Bill Cody, el Jefe Toro Sentado de la fama de Little Big Horn. Aquí estará gran parte de la sustancia del film, los ententes entre los dos mitos americanos, apabullado por la seguridad en sí mismo del amerindio, su temple, su pose regia, una cuasi-deidad capaz al aparecer de caminar sobre las aguas (cruzan el rio sin mojarse), Bill envidioso del protagonismo del indígena intenta ridiculizarlo en su espectáculo pero el jefe tiene aura.

La cinta está rodada de un modo alejado en planos mayormente alejados y medios, con pocos primeros planos, como queriendo dar relevancia a la masa de personajes, pero esto hace crearnos distancia emocional. Filmada en Panavisión por el DP Paul Lohmann (“Los pasajeros del tiempo”), con fulgencia de cromatismos cual comic falsario.

William F. Cody fue un soldado carnicero apodado, Buffalo Bill, más tarde porque en menos de dos años llegó a ejecutar la nada desdeñable cantidad de 4.000 bisontes. Organizador más tarde de safaris para turistas, un tal Ned Buntline le llevó a la fama con su modesta pluma y la decisiva colaboración de los empresarios Burke y Salisbury, que le enviaron en su circo alrededor del mundo, como brillante precursor del star-system de Hollywood.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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